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Channel: la aventura de mi embarazo
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Mary Poppins, 50 años ilusionando a los niños

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A veces las redes sociales te traen efemérides tan entrañables como esta. Hace dos días leía en Facebook que Mary Poppins, esa niñera de aspecto estrafalario (con ese sombrero floreado y su paraguas pájaro), que quería parecer estricta pero en realidad era puro cariño y, sobre todo, magia, cumple nada menos que medio siglo.


Cincuenta años son muchos años, y con ellos varias generaciones de niños a los que ha entretenido con sus canciones, muchos niños a los que ha ilusionado con su magia, muchos niños a los que ha emocionado con su cariño. Fue una película que enamoró a mi madre cuando era niña, que me enamoró a mi cuando era yo niña, y que hoy en día es de las películas favoritas de mis hijos, no pasa una semana sin que la veamos en familia.

Mary Poppins es entrañable, la niñera que todos hubiéramos querido tener, cuánto hemos cantado el Supercalifragilisticoespialidoso o "Con un poco de azúcar", cómo hemos bailado con los pingüinos, cuánto hemos aplaudido que Jane y Michael volaran la cometa con su padre, cuánto hemos llorado cuando Mary Poppins se iba sin despedirse, dejando a la familia Banks unida y feliz.



Sin embargo, y supongo que eso nos pasa a casi todas, desde que soy madre la veo de una manera diferente. Siempre se ha enfocado la película hacia la idea del padre rígido que quiere llevar una vida de decoro y educación, que solo piensa en el trabajo, delegando la educación de sus hijos en la niñera de turno, cuyos hijos anhelan que su padre les dedique un poco de su tiempo. Como leía hoy en un artículo,"unos niños criados por un padre ocupado y estricto encuentran en una niñera mágica su válvula de escape y la mejor forma de enseñanza para toda la familia". Desafortunado resumen ya que el padre impone, ordena, regaña pero no cría.



Lo curioso de esta historia es que nadie repare en el papel de la madre, y es lo que ha cambiado mi visión de la película desde que tengo hijos. Se culpabiliza al padre de delegar el papel de la educación de sus hijos en una niñera por su extrema dedicación a su trabajo. Pero, ¿y su madre?. La encantadora Winifred se nos presenta como una activista en pro de los derechos y libertades de la mujer, siempre enredada en sus manifestaciones y protestas, tanto que no tiene tiempo para dedicarse a sus hijos. O al menos, les dedica el mismo tiempo que su marido. Ninguno.

A ella tampoco se la ve llevándoles de paseo al parque, volando la cometa o cantándoles una nana antes de acostarse. Para eso ya está la niñera. Incluso cuando los niños se escapan del banco, se pierden, Bert los encuentra y los lleva de vuelta a casa, su madre, que tiene un acto importante con sus compañeras de batalla feminista, prefiere dejar a sus hijos con un desconocido, a falta de Mary Poppins (que está de día libre y acaba renunciando a él para bailar por los tejados de Londres con los niños y los deshollinadores) a renunciar a su actividad política para cuidar a sus hijos.



Pero esto es totalmente secundario en la película.

Y me llama poderosamente la atención este ninguneo hacia el papel de la madre como tal. No se si es porque es más tópico que sea el padre el que se desentienda de sus hijos y estos intenten siempre llamar su atención de todas las maneras posibles (un tópico que se repite hasta la saciedad en las películas de Disney y en la mayoría de películas infantiles en general), porque no quieren dar protagonismo a la madre como tal pero sí como mujer liberada y luchadora, con conciencia política (con el papel antagónico de mujer activista pro feminismo fuera de casa, esposa sumisa y obediente dentro de ella), o porque es un simple reflejo de la clase alta inglesa de la época, donde el papel de la crianza y la educación recaía en las niñeras internas. No lo entiendo.


No entiendo por qué esos niños no echan de menos a su madre, no reclaman su atención, al igual que hacen con su padre. Por qué nadie, ni los niños, ni la niñera, ni el policía, ni Bert, ni la propia Mary Poppins que tango juzga y alecciona al Sr. Baks, por qué nadie pide a esa madre que invierta más tiempo en sus hijos como le reclaman al padre. Supongo que será porque él mantiene la distancia sobre sus hijos para marcar su autoridad y a ella ciertamente se la ve una madre tierna y cariñosa que apacigua a su esposo y busca que les preste atención a los pequeños.

¿Será que estaba mal visto en aquella época que una madre de clase alta se dedicara amorsosa y entregadamente a sus hijos?. Pues es una pena, porque donde mejor suena una nada es en la voz de una madre (siento debilidad por la canción de las palomas que Mary Poppins les canta mientras se duermen).


Lo más triste de toda la historia es que los niñas no pidan la atención de su padre y su madre, sino que se conformen con una niñera buena, cariñosa, que los cuide y los quiera. Solo eso debe dar mucho qué pensar.

Así que, pese a que es una película que me sigue encantando y que disfruto mucho viéndola en compañía de mis hijos, me queda el regusto de pensar en esa madre que delega la crianza de sus hijos en una niñera, por maravillosa que sea. Y dicho sea de paso, maravillosa solo lo fue una, las demás, pues ya sabéis como eran, viejas, feas y más desagradables que una colonoscopia.

En el fondo pienso que Mary Poppins no es la niñera que quisiera para mi (ni para mis hijos, por buena que sea su mejor niñera soy yo, aunque no haga magia ni cante a duo con los pájaros, lo del bolso vamos a la par porque del mío también sale de todo jajaja), es la madre que me gustaría ser. Sobre todo porque tiene que ser un pasote recoger la habitanción con solo chasquear los dedos , ¿A que sí?.

Y porque al final, como toda historia feliz que se precie, no solo une a la familia sino que consigue que el Sr. Banks se quite la fachada de baquero distinguido y padre estricto, se relaje, disfrute de la vida y, sobre todo, de sus hijos, junto a la Sra. Banks sin banda ni puño en alto. Una preciosa estamapa de familia feliz.

A pesar de todo, gracias por este regalo de película  por seguir ilusionando a los niños del mundo, generación tras generación.

"Adiós Mary Poppins, vuelve pronto."


Super - Viviendo (a) la Maternidad: cambios y nueva etapa

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Cuando nació este blog y busqué un nombre para él estaba en una etapa muy concreta: el comienzo de mi primer embarazo. Este blog tan solo iba a ser un diario de esa nueva experiencia, un lugar donde dejar constancia de todo lo que viviría a lo largo de ella. No tenía más aspiraciones.

Pero luego llegó el parto, la lactancia, la crianza en general y, lejos de finiquitar en blog con el embarazo, sentí que la necesidad de plasmar mi experiencia sobre todo ella era aún mayor. Este blog se ha convertido en el mayor testigo de mi maternidad, en el que espero que algún día mis hijos encuentren muchas respuestas y un grato recuerdo.

Han pasado casi siete años desde entonces (momento #morriñaON) y algo más de tres desde que finalizó mi última embarazo. Hace ya muuuuuucho que di mi puerperio por finalizado y por tener, no tengo bebés. Tendo dos hijos ya criados y encaminados en la vida.

Hace ya tiempo que siento que el título del blog está obsoleto. Porque no es un blog sobre embarazo, no solo sobre embarazo, es un blog sobre maternidad, experiencias y desvaríos varios de mi vida como madre y la crianza de mis hijos a lo largo de estos años.

Llevo tiempo dándole vueltas a al tema del nombre. La realidad es que no puedo cambiarlo porque no sería él, sería dejar atrás algo muy importante en mi vida y no quiero. Pero necesitaba completarlo de alguna manera, dejar patente mi estado vital actual, cosa nada fácil porque parece que hoy en día está todo inventado en la blogosfera maternal.

Así que tras pensar, meditar, quebrarme la cabeza, hacer cábalas, el día que menos estaba pensando en ello se me iluminó la bombillita. ¡Por fin había encontrado el complemento perfecto!

 photo superviviendo-a-la-maternidad_zpse372908f.jpg

Es un juego de palabras que a lo mejor solo entiendo yo, pero me basta con eso. Aunque estaré encantada de explicar a cuenta de qué semejante desvarío. No es más que la síntesis de dos estados en los que me siento perfectamente identificada: Super viviendo la maternidad, es decir, viviéndola a tope, intensamente, disfrutando de mis hijos y de su crianza, y superviviviendo a la maternidad, lo que viene siendo sobrevivir a esta experiencia maravillosa a la par que caótica y devastadora pero enormemente gratificante. Por eso Super-Viviendo (a) la Maternidad, para que se puedan aunar ambos conceptos tan antagónicos.

Quizás algún día este nuevo complemento se coma el título, si es así será poco a poco, no de golpe, y porque la vida, el blog y las experiencias vividas me lo pidan. Quizás en algún momento sea de nuevo la aventura de mi embarazo en todo su esplendor (es una puerta que está ahí, batiéndose, medio abierta pero aún no cerrada del todo). Quizás... el tiempo lo dirá, porque espero que todavía le quede mucha vida al blog.

Espero que este pequeño cambio acerque a la gente a la realidad actual de este blog y espero llenarlo de contenidos más allá de mi propia experiencia. Tengo en mentes varias cosas que le gustaría llevar a cabo, pero como me conozco y soy un poco veleta, no adelante nada no sea que se quede en papel mojado. Pero me encantará hablar de aquellos libros que ilustran nuestro día a día, los juguetes que entretienen a mis hijos, temas especiales que nos afectan como la logopedia o las altas capacidades intelectuales o algo que tengo muchas ganas de hacer, dedicarles un espacio a mis bloguer@s favorit@s.

Así que queda inaugurada esta nueva etapa que no es más que seguir adelante en el camino de la maternidad con dos niños que ya no son bebés pero aún tienen mucho que ofrecer.


Preparando la vuelta al cole: cómo sobrevivir a la cuesta de septiembre

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Llega septiembre, vamos diciendo adiós a las vacaciones, al verano, a las largas tardes, a la falta de rutinas, los horarios descontrolados. Lo que viene siendo la buena vida. Y nos preparamos para empezar un nuevo ciclo, los más peques la vuelta al cole y los padres el bolsillo para que ésta duela menos.


Hay padres previsores que preparan la vuelta al cole cuando aún no ha acabado el curso anterior. Pues muy bien hecho, te evitas colas y aglomeraciones de última hora, sofocones por no encontrar tal libro, cual prenda o el número de zapato que necesitas y, sobre todo, desembolsar todo el dinero de golpe.

Os cuento cómo afrontamos nosotros la vuelta al cole con nuestras circunstancias: papá en paro cobrando el subsidio por desempleo y dos niños que empiezan etapa escolar, Iván en Primaria y Antía en Infantil. 

Pues como no podía ser otra siendo previsores, pillando las ofertas y contando hasta el último céntimo.

 Con Iván lo tenemos fácil. Su colegio es público y llevan uniforme optativo, como se lo suelo comprar completito de talla aún le sirve el del año pasado. Además yo vendo el uniforme en mi tienda, y tengo que decir que es más barato que en los otros dos lugares donde se pueden comprar en esta ciudad. Como este año tiene chequelibro nos ahorramos esta parte. Solo tendremos que abonar la cuota de material a la cooperativa del colegio, que además hay remanente del curso pasado, así que será poco. Y qué bien nos va a venir.

Antía empieza etapa escolar y en un centro diferente al de su hermano, por lo que no puede heredar uniforme. Es concertado, el uniforme obligatorio y solo lo venden en dos tiendas, en una del centro donde te clavan el puñal en la espalda nada más entrar (lo que viene siendo un precio abusivo) y el El Corte Inglés, que curiosamente este año no es tan caro. Menos mal. Y obviamente, también tiene libros y material escolar.

Así que esta ha sido nuestra planificación para economizar los gastos lo máximo posible:

- Mochilas: Me he aprovechado de mi condición de autónoma (que alguna ventaja debía tener) y hemos ido a un almacén mayorista donde tiene todo tipo de artículos para la vuelta al cole. Allí había muchas marcas, modelos, con los personajes de moda. Iván quería una mochila de Aviones pero se nos salía del presupuesto, y como mi niño se conforma con todo y todo le gusta al final le enseñé una mochila de Monstruos University que, además de encajar en mi presupuesto (9,20€), le gustó. Antía eligió, como no, una de la Princesa Sofía (7,70€).

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Ya se que no todo el mundo puede comprar en mayoristas pero si queréis mochilas de personajes a buen precio las podéis encontrar en Toy Planet, era mi segunda opción.
Mis niños están encantados con sus mochilas y se las tengo escondidas para que lleguen nuevas al primer día del cole.

- Calzado: Hace ya tiempo que les compro los zapatos de deporte en Décimas, de su marca propia. Y a Iván le compré también allí los de vestir los dos últimos cursos, son zapatos que además de económicos nos han salido muy bien de calidad. Cierto es que no tengo niños destrozones, que es una ventaja.
Aquí tenemos dos tiendas, una de reciente apertura en el centro comercial Holea y otra que lleva ya años abierta en el centro comercial Aqualon. La tienda de Aqualon tiene restos de otras temporadas así que hemos conseguido los deportes al módico precio de 4,99€ y los zapatos de vestir también a 4,99€. Que además son la mar de bonitos y apañados, los de Iván perfectos para sus plantillas ortopédicas (tiene genu valgo).

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Es probable que no encontréis una oferta así pero, en cualquier caso, el precio medio del calzado en Décimas, de su marca propia, es 10,90€ el zapato deportivo y 9,90€ el zapato escolar, que sigue siendo un precio muy asequible (y tienen tienda online).


- Uniforme: supe por mis vecinos que hay una mercería en el barrio que tenía restos de uniforme del colegio de Antía. Fui en julio a preguntar y allí encargué lo que les quedaba, un chándal, dos jerseys y los polos de manga corta y larga para el chándal. Todo a mitad de precio, con la salvedad de que es el modelo antiguo. Con la idea de que necesitaría mínimo dos mudas, pensé en tener esta equipación para una emergencia. Luego decidí prescindir de un jersey, porque necesito uno oficial y tres me parecen muchos, y tras enterarme de que solo llevan chándal un día a la semana, también lo quité. Como usan baby, al final nos quedaremos con una sola muda y un jersey de más por si acaso pero le compraré dos babys, que será lo que más gaste y ensucie, o sea, en  lugar de dos equipaciones completas, de momento una sola y dos babys. Si luego me hiciera falta, ya vería de comprarle algo más.

El uniforme completo se lo he comprado en El Corte Inglés. Un sablazo, no os voy a engañar, pero menos que en la tienda del centro donde directamente tendría que dejar un riñón de fianza. Además, en El Corte Inglés allí tienen lo que se viene llamando "Cuenta Abierta vuelta al cole", que consiste en empezar a pagar el 31 de octubre en 3 meses sin intereses. Así que hemos utilizado ese recurso, es un alivio pagar semejante multa con algo más de desahogo.

- Libros: Iván tiene chequelibro así que este año nos los ahorramos. Antía, a espera de la reunión previa al comienzo del curso, sabemos que en principio es un proyecto a un módico precio de 98€ más un libro, posiblemente el de religión, en cuyo caso nos lo ahorraremos (puesto que ninguno de los dos dará religión). En Amazon lo he encontrado con un 5% de descuento pero me va a venir mejor pagar poco a poco, así que ese gasto irá a la "Cuenta Abierta vuelta al cole" de El Corte Inglés. No nos queda otra.

- Materia escolar: en el colegio de Iván trabajamos con la cooperativa de materiales. Tan fácil como que ponemos una cantidad precisa (entre 30-50€ en función del curso y las necesidades que prevea el/la maestr@) y de ahí se compra el material. Es una idea estupenda ya que se ahorra mucho no solo a niver individual y te quitas del engorro de tener que ir a comprar a la papelería todo el material y hacer colas, sino que se pude comprar mucho más material de uso común. Además, todo lo que se compra con ese dinero es de esa clase, así que lo que sobra al cabo del curso se guarda y se reutiliza el curso siguiente. Es una fórmula que recomendaría en todos los colegios porque además de ahorrar fomenta que los niños cuiden el material y que aprendan a utilizar cosas que son de todos.

En el cole de Antía también utilizan esta fórmula aunque es algo más caro, pero se que no me tengo que preocupar por nada.

Calculo, así a ojo, que los gastos totales pueden rondar los 500€, leurillo arriba, leurillo abajo. Dicho así todo junto, impacta. Pero es lo que hay, considero el uniforme una inversión de futuro (espero que a Antía le dure por lo menos dos cursos) y aunque la educación es gratuíta, el material hay que pagarlo, no hay otra.

Solo nos faltan los chaquetones de invierno, y para eso acudiremos a Primark, H&M (que ahora mismo tiene una promoción 20% de descuento para la vuelta al cole), C&A (tienen un 10% de descuento) en busca de las tres BBB.

Comprar de manera prematura, aprovechar las ofertas, financiar las compras y contar con al inestimable ayuda económica de los abuelos, sin duda, ayudan a sobrellevar mucho mejor la cuesta de septiembre.

Y vosotr@s, ¿Cómo capeáis la vuelta al cole?, contadme vuestros trucos, no sea que se me escape algo.


PD: Que sepáis que ni El Corte Inglés, ni H&M, ni Primark ni C&A me han regalado nada ni me han pagado para que los nombre. Todo está en mi voluntad de ahorraros unos eurillos.

¿Por qué mis hijos irán a colegios diferentes?

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La vuelta al cole está a la orden del día y es el tema presente en la gran mayoría de conversaciones entre padres, ¿de qué vamos a hablar si no en septiembre?. Antes como alumn@s, ahora como padres de ellos. Como hubiera dicho mi abuela -que en paz descanse- ¡cómo cambiou o conto!.



El caso es que al hablar de ello, tanto en la entrada anterior como en las conversaciones a través de las rrss o en al misma vida 1.0, todo el mundo me suele preguntar lo mismo.

"Por qué llevas a tus hijos a diferentes colegios?"

Sí, sí, ya se que de primeras resulta raro y causa intriga. Lo se por los comentarios, los mensajes de FB y los whatsapp que recibo de gente con quien tengo cierta confianza.

Hace años no era extraño encontrar hermanos que iban a diferentes colegios, cuando éstos segregaban a sus alumnos por sexo sobre todo. Yo misma fui a un colegio de monjas femenino y tenía compañeras cuyos hermanos varones asistían a otro colegio.

Hoy en día, afortunadamente ya no hay esa segregación por sexos (y si la hay, es minoritaria) por lo que ya no es un handicap para las familias.

Lo nuestro ha sido pura carambola, por decirlo de alguna manera. De hecho, lo que en realidad quisiéramos es que los dos asistan a ambos colegios, pero tenemos ciertas dudas y por eso nos hemos planteado esta solución temporal.

No se cómo va en otras comunidades autónomas pero, a efectos de centros escolares, en Andalucía las ciudades se dividen por distritos y te dan puntos en función a ello, es decir, más puntos por elegir un centro en el distrito de tu domicilio, menos puntos por zona limítrofe y así sucesivamente. Optar a un colegio de otro distrito es prácticamente imposible, máxime si es un colegio muy demandado (sea público o privado ya que aquí hay centros públicos de muy buena calidad).

O sea, no puedes elegir colegio libremente, bueno sí, puedes hacerlo, otra cosa es que a tu hijo le den puntos suficientes para entrar. La realidad es que puedes elegir dentro de tu distrito, y obviamente no todos los distritos cuentan con una buena oferta de colegios. En el nuestro, por ejemplo solo hay un colegio concertado (cuando en el centro el 90% de los colegios son concertados, como no podía ser de otra manera) y de los colegios públicos, un par de ellos son relativamente buenos-aceptables, el resto son de los que huyes.

Cuando escolarizamos a  Iván se quedó fuera del primer colegio al que optamos, como os contaba en esta entrada. Es un colegio concertado de difícil acceso, el único colegio concertado del barrio, y ese año hubo exceso de niños por ratio (fue el año del chequebebé) por lo que muchos niños se quedaron fuera, en general, del primer colegio seleccionado. Se tuvieron que abrir lineas extra en los centros con espacio para ello y repartir el excedente de niños entre las plazas creadas. A Iván lo derivaron a un centro público en la quinta puñeta, que no era ni distrito limítrofe, pero al final, después de dar un poco por saco en Delegación, logró plaza en un colegio público del barrio. Es el colegio donde ha cursado la etapa de Infantil y donde, de momento, cursará Primaria.

A pesar de que nos ha ido bien en este colegio, siempre hemos tenido la espina clavada de que Iván no haya podido estudiar en el que habíamos elegido en un primer momento para él. La experiencia en su cole además no ha sido mala, pero tampoco estoy plenamente segura de que sea la mejor opción, hay un algo ahí que no me acaba de convencer.

Este año tocaba la escolarización de Antía y en un principio pensamos en solicitar plaza en el mismo colegio que Iván, que además debo de decir que es el más cómodo porque está a dos pasos de casa, tardamos un par de minutos en llegar caminando y eso es un lujo.

Pero, dadas ciertas circunstancias, este año había muchas probabilidades de que ella sí entrara en el colegio que en un principio elegimos para Iván. Así que, tras hablarlo los responsables del tema, o sea, papá y yo, decidimos solicitar plaza para ella. No solo hay menos niños a escolarizar sino que contábamos con 2 puntos extra por el pequeño retraso del habla que tiene, y puntos que nos han dado por la renta (alguna ventaja debe tener estar desempleado -modo ironía ON-). Así que ha logrado plaza sin problema.

Tras esto la cuestión a plantearnos era trasladar a Iván a ese colegio, y de hecho lo solicitamos pero, como era lógico, no hay plaza, no al menos mientras su hermana sea no alumna oficial del centro (no vale con estar admitida). Una vez matriculada y tal, podríamos solicitar el agrupamiento familiar.

Pero se nos plantea otro tema que no podemos menospreciar: la alta capacidad intelectual de Iván. Este año será el primer curso que inicie con un informe que determine su especialidad, por lo que no sabemos qué nos vamos a encontar. En su colegio actual no están habituados a trabajar con este tipo de niños y, dado que se han jubilado dos maestros, tendrán una maestra nueva para ellos y para el centro (hoy nos hemos enterado de que será maestra y no maestro), por lo que no sabemos nada de ella, de su metodología ni de su forma de trabajo.
Tenemos la confianza de saber que el colegio se implica mucho en los niños con necesidades específicas, de hecho hay un aula como tal para niños con transtornos madurativos, del desarrollo y del espectro autista. Niños a los que intentan integrar de la mejor manera posible y con los que hacen un trabajo estupendo, doy fe de ello. Esperamos tener la misma suerte.

Tampoco sabemos cómo trabaja el otro colegio con los niños de alta capacidad intelectual, no hemos encontrado a nadie que nos de referencia de ello, motivo por el que no me atrevo a cambiar a Iván de primeras. Y como colegio en general tiene muy buena fama pero siempre hay alguien que no ha tenido una buena experiencia. Además de que, en teoría, la atención a niños con necesidades especiales es más deficiente en los colegios concertados que en los públicos, pero es algo que no sabemos tampoco de primera mano sino de oídas en plan "pues fulanito de tal me contó que...", y a eso le doy credibilidad... la justa.

Otra circunstancia es que ambos colegios tienen los ciclos de Infantil y Primaria en ubicaciones diferentes, por lo que, de estar los dos en el mismo cole, aún así estarían separados, por lo que ni uno ni otro nos sería más cómodo en este aspecto.

Así que, tras mucho hablar, hemos pensado que tenemos una oportunidad excelente para probar ambos colegios. El de Iván ya lo conocemos y pese a que estábamos muy contentos con la maestra que ha tenido en Infantil, ella se ha ido a otro colegio y la que estará al cargo del curso de 3 años no nos gusta. El otro, obviamente, no tenemos experiencia propia, pero nos gustaría tenerla.

La idea es que de momento Antía curse Infantil en su colegio y que, a medida que pase el tiempo, conozcamos el colegio y tengamos en la mano suficiente información, decantarnos por uno o por otro. Es decir, si nos convence más el de Antía trasladar a Iván, que nos costaría más, y si nos decepciona, trasladar a Antía al de Iván, tarea más sencilla porque suelen haber plazas libres. En caso de que nos guste más el colegio de Antía, decidamos trasladar a Iván y no logremos plaza en Primaria, sabemos que en Secundaria no habrá problema porque se amplía la ratio de 25 a 30 alumnos por aula, y en este caso nos interesaría mucho más ya que no nos gusta la idea del cambio al instituto del barrio con 12 años.

Se que no es una solución muy ortodoxa pero, habiéndonos quedado con las ganas de ese colegio, no queríamos cerrarnos las puertas definitivamente, teniendo oportunidad de conocerlo por experiencia propia.

Ambos estamos convencidos de que la etapa escolar marcará significativamente sus vidas, por lo que no es una elección que se deba tomar a la ligera ni conformarnos con lo que sea más cómodo para nuestras vidas. Podemos equivocarnos, lo se, pero al menos me quedo con la convicción de haber intentado por todos mis medios ofrecerles lo que creo que es mejor.

Cuando menos te lo esperas... Decisiones de última hora

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Me las prometía muy felices, con todo atado y bien atado, sin tener que preocuparme por más. Cada niño en su colegio y todo listo para la vuelta al cole. Hoy tenía pensado contar el buen feeling con el que salí de la reunión en el colegio de Antía, la filosofía del centro, su manera de trabajar, sus expectativas de cara al futuro.

Pero de momento recibes una llamada que hace que se te venga abajo el castillo de naipes que llevas tiempo levantando. Entiéndase por castillo de naipes la planificación del año escolar, cada hijo ubicado en su colegio, cada uno con ciertas expectativas.

Que tu marido te llame y lo primero que te diga sea "¿Estás sentada?", como poco, acojona. Pues venga, no me acojones y desembucha ya, que me va a dar un infarto y de esta nos algo.

Tenemos plaza para Iván en el colegio de Antía, así a última hora, por una baja repentina. Puede ser lo más próximo a que nos toque la lotería, probablemente. Entro en shock.

Estaba totalmente concienciada de darle un voto de confianza al actual colegio de Iván y probar este año con cada niño en un centro, a ver qué tal. Pero de repente esa confianza, esa seguridad de tenerlo todo bajo control se viene abajo. Mi principal pregunta es ¿Y AHORA QUÉ COÑO HACEMOS?.

Nuestra principal duda es que no sabemos cómo atienden a los niños de alta capacidad intelectual en ambos centros. Y ante la duda, nada como ir a los centros, hablar con los respectivos directores y plantearles todas mis dudas.

Primero voy al colegio de Iván, que lo tengo más cerca, cuando llego y pregunto por la directora me dicen que está reunida y que si necesito algo vaya el martes. Empezamos bien. Le comento que necesito hablar con ella con urgencia y me dice que si eso me pase dentro de media hora a ver si me puede atender.

Mientras, me voy al colegio de Antía, que está muy cerquita (a ambos voy andado desde mi casa y el más lejano está a 5 minutos). Al llegar me atiende el director y, casualmente, en ese momento llega la psicóloga del centro y se une a la reunión. Nuestra reunión, en la que he planteado todas mis dudas e inquietudes, a las que han respondido muy amablemente, sin tapujos, hablando con claridad, dándome mil y una explicación, ha durado una hora y media.

Solo con eso, ya me llevo mucho de lo que puedo esperar del colegio de Antía. A ello sumamos que para el centro las altas capacidades intelectuales no es un tema desconocido, tienen a 8 niños detectados y atendidos, cada uno según su necesidad específica. Tras 3 años en un centro donde lo unico que hemos encontrado son puertas cerradas, evasivas y la sensación de crear un problema, además del total desconocimiento, al menos por parte de la directora, de lo que supone atender a un niño de alta capacidad intelectual, me lo están dejando bastante claro.

Nos queda todo el fin de semana para pensar ya que hasta el martes no podemos matricular a Iván en el nuevo centro. Pero esta casi decidido que, finalmente, lo trasladaremos.

Por el simple hecho de que he visto más en dos mañanas en este centro que en 3 años en el ha cursado Iván la etapa de Infantil. Cuando solicitamos plaza para Antía y fue admitida, en cuestión de días estábamos allí reunidos con el Equipo de Orientación Escolar para valorar la necesidad de logopedia y su atención en el propio centro.

Como no, tiene sus inconvenientes. Comprar uniforme, pagar la matrícula y una cuota mensual de 15€ que es voluntaria, pero obviamente, mejor si se paga, cosa que nos viene fatal por el momento económico tan delicado que estamos pasando... Pero tengo claro que la educación y la felicidad de mis hijos es la prioridad en mi vida.

En el peor de los casos, se que en el colegio actual de Iván siempre vamos a tener plaza. Así que, como no hay mucho tiempo para pensarlo, y teniendo en cuenta que si rechazamos la plaza puede que no volvamos a tener una oportunidad así, vamos a aceptarla.

Y sí, el interesado ya sabe la noticia y está encantado con el cambio de colegio. Quiere mucho a sus compañeros actuales pero le encanta hacer nuevos amigos, y la idea de estar en el mismo cole que su hermana, aunque no se vayan a ver porque están en dos ubicaciones diferentes.

Como decía hace unos días toca tomar una decisión de la que espero no me equivoque o me arrepienta, pero en caso de ser así, será por una decisión tomada por nosotros, después de informarnos, despejar nuestras dudas, pensar bien y sopesar todas las opciones.

En todo caso, la suerte está echada. Cruzo los dedos por haber tomado la decisión correcta.


El primer día de cole de mis dos hijos

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Hoy ha sido, por fin, el día D que tantos días llevábamos esperando, la deseada y a la vez perezosa vuelta al cole, esa situación que a muchas madres y padres nos produce sentimientos encontrados, tristeza por dejarlos ir tras pasar un verano a tiempo completo con ellos, alegría por volver a la rutina que tanto hace falta.



Yo que me las prometía muy felices con tenerlo todo atado y bien atado, todo preparadito y listo, pero eso me pasa por hablar más de la cuenta. La buena noticia de tener plaza para Iván en el cole de Antía tenía su puntito en contra,comprar uniforme completo para él, cosa que no entraba en mis cálculos. La primera en la frente

Al final, por ahorrarme unas perras (y cuando digo perras no digo 2€ sino casi 100€, ahí es nada) me he pasado el fin de semana de tienda en tienda buscando polos rojos sin ningún tipo de dibujo o bordado, para llevarlos a bordar el escudo del colegio. Al final, después de patearme todo tipo de tiendas y grandes almacenes, los encontré, y ayer a media tarde los tenía en mi casa bordados con su escudo. Pero me encontré con que los de manga corta llevaban botones blancos y los "oficiales" tiene botones rojos, así que me tuve que ir a una mercería no, a tres, a por los puñeteros botones.

Además teníamos la reunión de 1º de Primaria, por lo que salí del cole casi a las 9 de la noche. Y ahí no quedó la cosa, no pude irme a casa porque tenía que recoger el baby de la niña en la modista. Porque sí, al precio que venden ese trozo de tela en forma de delantal, echando cálculos así a ojo me salía más a cuenta comprárselo una talla más grande y arreglarlo (para sacarle luego cuando vaya creciendo) que comprarle otro baby cuando se le quede pequeño. Y no os creáis, me ahorro un buen pico.

Alguien tuvo a bien preguntar en la reunión si los niños debían llevar algo al cole. Un estuche con lápiz, goma, aflila-lápices y una caja de colores. A las 9 de la noche y teniendo que ir aún a la modista, lo de ir a por una caja de ceras lo veía misión imposible. Nada más llegar a casa busqué el estuche en forma de bota de fútbol del Barça -#WTF- que le regalaron por su cumple, y a rebuscar en el cajón de las pinturas ceras o lápices de colores decentes. Pues como que encontré 12 ceras, 8 lápices de madera y 6 rotuladores, uno por color, prácticamente intactos. Por suerte Iván no es como yo, que si no lo llevaba todo nuevo a estrenar montaba un drama -por no decir un pollo-, a él le da igual, de hecho seguro que si se lo compro me hubiera regañado diciendo que ya tenía muchos colores en casa.

Así que ayer, con dos niños hiper vitaminados y super mineralizados que no se dormían ni a la de cuarenta, esta menda cosía botones a los polos, cintas para colgar en las perchas al baby y marcaba con etiquetas la ropa.

A Dior pongo por testigo que pusimos el despertador. Esta mañana escuché a mi sito levantarse, abrí el ojo, vi que había demasiada luz para ser las 7:30 (hora a la que programamos el despertador), cogí el móvil y con las mismas di un respingo que salté de la cama como un muelle. ¡Las 8:28! Allá que me voy al salón y me veo a mi sito rempanchingado en el sofá móvil en mano...

¡¡¡Pero tú sabes qué hora es!!!#WTFagain.


Menos mal que había dejado mochilas y ropa preparadas. Desayuno exprés (batido de cholate y galletas mientras los vestíamos) y aquí servidora que tuvo que salir sin lavarse ni el careto.

El primer día de cole de mis hijos, el mayor en Primaria, la pequeña en Infantil, y no tenemos foto de recuerdo. Bastante que no llegamos tarde, porque entonces no me perdonaría mi #malamadrismoelevado a la máxima potencia.

Aunque el cole es el mismo, Infantil está en una ubicación y Primaria-Secundaria, en otra. Al cole de Antía hay que ir al coche, al de Iván andando, está casi al lado de caso. Como son muchos los padres que tienen a sus hijos en las dos ubicaciones, está todo organizado para que los peques puedan entrar antes en Infantil y así les de tiempo a los mayores a llegar al cole grande. Y como hoy era el primer día, queríamos ir juntos a dejar primero a Antía y luego a Iván.

Ahí que iba mi niña con su uniforme -menos la falda, que aún no la tenemos-, su mochila de la Princesa Sofía, y el medio sueño aún encima. No le dio tiempo a hacerse a la idea a la pobre, todo de sopetón. Y al llegar, como no, una marabunta de niños, padres, un lugar desconocido -ella no conocía el colegio-, entré con ella hasta donde estaban la seño, había muchos niños llorando así que nos invitaron a entrar hasta la clase para dejar a los niños más tranquilos. Antía estaba algo abrumada ante lo desconocido pero no lloró, le dije que se queda en clase con muchos niños y que yo la recogía dentro de un ratito, nos dimos un besito y me fui sin mirar atrás, para no darle tiempo a ver cómo me marcho.

Mientras, papá se fue a llevar a Iván -básicamente me dejó tirada en el cole sin avisar, viendo que la hora se le echaba encima-, así que no pude acompañar a mi niño mayor a su primer día de Primaria en su nuevo cole. Otra vez sentimiento de #malamadre total por no poder decirle "pásatelo muy bien y haz muchos amiguitos" y darle un beso de despedida. Eso sí, el pater no se libró de la bronca por no esperarme y obligarme a perderme este momento.

Lo que me gusta de este colegio (entre otras muchas cosas) es que en Infantil no hay período de adaptación -no soy fan de esta práctica habitual, como argumento en este post- pero sí dejan un pequeño margen los primeros días para que no sea un caos la salida de todos los cursos juntos, y los más pequeños de cada ciclo salen antes. Así que nos organizamos para ir a recogerlos ya que a mi me iba a ser imposible ir a por Antía, por lo que iba papá, y yo recogía a Iván.

Me alegró encontrármelo en la fila jugando con un  amiguito, no corrió para abrazarme, iba hablando con uno y con otro, y ya cuando llegó a mi altura me dio un enorme abrazo diciendo que le encantaba el nuevo cole, que había hecho muchos amigos aunque no le pasaban la pelota cuando jugaron al baloncesto en el recreo, y que quiere quedarse a comer en el comedor porque le encanta la comida y así no pasa hambre. Eso va a ser que en casa no lo alimentamos, jodío niño que es a veces jajaja.

Salió feliz como una perdiz, que para mi es muy importante. Le dio un besazo a su seño, que se ha sorprendido de lo tremendamente cariñoso que es mi niño. Y está deseando volver mañana. Por el camino además se encontró a sus amiguitos de su anterior cole, así que no le ha dado tiempo a echarlos de menos.

Antía también genial. Hoy tenía logopedia, por lo debía entrar más tarde al cole, pero decidimos no llevarla porque valoramos con su logopeda que el primer día de cole era importante que entrara a la misma hora que sus compañeros y no casi a media mañana. Ha pasado la mañana jugando y pintando, ha hecho amiguitos, se ha encontrado con dos amigas de la guarde y se lo ha pasado de maravilla. Sin llantos, sin penas.

Lo mejor es que fue llegar a casa, comer y caer rendidos como troncos. Se ha notado el madrugón (aunque hoy no ha sido tanto), la mañana intensa y la verdad es que estaban necesitados de ocupación y rutinas. Porque el verano es para disfrutarlo pero el ocio los tenía ya aburridos, con horarios descontrolados que nos tenían ya a todos más nerviosos de lo normal. Ahora, vuelta a la normalidad, que a veces se agradece.

Y yo que me siento la mar de orgullosa de mis niños con estas pequeñas tonterías. Porque me encanta ver la capacidad de adaptación que tienen, lo sociables que son, cómo se integran con relativa facilidad en nuevos grupos. Eso me da mucha tranquilidad, no se si podía irme sabiendo que mis hijos se quedan llorando de pena.

Mañana prometo foto, espero que no se me escape. No quiero dejar de inmortalizar ese momento, aunque sea el segundo día del cole, porque seguro que alguna vez en la vida agradeceremos sentarnos a recordar estos pequeños momentos.

Lo prometido es deuda, aquí la foto del 2º día de cole :)

Aunque no me quito esa extraña sensación en el pecho, en mi cabeza, de que definitivamente ya no tengo bebés. Mis dos hijos están en etapa escolar, no hay vuelta atrás, crecen casi sin darme cuenta y tengo la tremenda necesidad de disfrutarlos a tope. Porque tan pronto como han dejado de ser bebés, dejarán de ser niños...

Al cole con las mochilas de Nikidom

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Vale, lo se, a lo mejor soy un poco cansina, pero es que esto de la vuelta al cole me tiene con la cabeza loca... ¡Por favor, decidme que no soy la única que está así!

Pues bien, entre preparativos y compras no puedo evitar que, a toro pasado, no haya caído en la cuenta de que existen marcas tan molonas como Nikidom que nos hacen unas propuestas de lo más divertidas y útiles para nuestros peques y el cole.

Hay dos cosas con las que, a la hora de comprar las mochilas de mis hijos, no he contado:
  • El mayor ya está en Primaria y ahora no va al cole a jugar sino a aprender, y esto le supone acarrear con una buena cantidad de libros y material escolar.
  • La peque va a Infantil y su cole es tan molón que las excursiones van a ser pan de cada día.

Y ahora es cuando se me ponen los dientes largos de ver las boniteces de Nikidom con sus mochilitas de merienda Zoolunchies para los más peques y lostrolley Roller para los mayores.

¿Cómo no se me ocurrió antes?

Peeeeero nunca es tarde. Y a este blog pongo por testigo que de aquí a la primera excursión de mi princesa una de estas dos tiernas mochilitas estará en nuestro poder. Porque es la solución perfecta para llevar la comida de los peques en las excursiones (que dada su edad suelen ser de medio día) y que ésta se mantenga en perfectas condiciones dado su aislamiento térmico.





Hay un montón de modelos más, a cada cual más bonito que podéis ver en su web, pero a mi el gatito y la abejita me han enamorado, no puedo evitarlo. Pero seguro que entre todos los modelos encontraréis el animal favorito de vuestr@s peques.

Y como podéis ver, al interior no le falta un detalle, puede parecer pequeñito pero es muy apañada y da cabida a un buen almuerzo o merienda,todo lo necesario para niños de 2 a 5 años.



Son el complemento ideal para la mochila Skiphop Zoopack, la mochila del día a día para los preescolares, donde pueden guardar la muda, su juguete o libro favorito y hasta una pequeña merienda en el bosillo delantero, que es isotérmico. Y lo mejor es el práctico sistema con el que se acopla la mochila de excursionesZoolunchies.



Y para los más grandes, los que tienen que ir al cole bien pertrechados de libros y material escolar, no vale eso de colgarse la mochila al hombro, que me da que más de uno (mi niño sobre todo, que es una fina pluma el pobre) ser caería hacia atrás con tanto peso.

No miento si digo que he tenido que ir a comprar un carrito de urgencia que se pueda acoplar a la mochila. Y, por supuesto, nada que ver con los trolley Roller de Nikidom, yo que soy una defensora acérrima de la importancia de la ergonomía para la salud de nuestra espalda, y no solo en el porteo.

Soy consciente de que much@s de nuestra generación padecemos dolores y problemas de espalda por la sobrecarga de peso a la que nos hemos visto obligados en nuestra etapa escolar con mochilas que, además de pesar como si lleváramos piedras -libros, cuadernos, carpetas, el atlas, el diccionario de español, el de inglés, la biblia (uff qué tiempos)-, no repartían bien el peso. Íbamos, como se dice comunmente, cargaditos como mul@s.



Y veo estos super trolleys y pienso que lo que hubiera molado aparecer con uno así en el cole, en mi época. Está claro que aNikidom no se le escapa una y lo tiene todo muy bien pensado para que los niños puedan llevar en la mochila todo lo necesario:
  • compartimentospara guardar las llaves, el mp3, el móvil, el tablet (madre mía, pero ¿estos niños no van a estudiar? igualito que nosotros, que nos tenía que caber el walkman y el reproductor de CD's portátil), y todo lo que haga falta,
  • unpráctico bolsillo isotérmico para el bocata y la bebida (agua o refrescos),
  • el gran compartimento de almacenamiento general, 19 litros de capacidad, que se dice pronto. 
De entre todos los modelos me encanta éste para mi niño, colorido, alegre y muy casual, estilo urban total.


Es lo que viene a ser el todoterreno de las mochilas, no hay más que verlas:
  • robusted, es una mochila muy duradera
  • protectores inferiores anti-roces, 
  • cuero semirígido para proteger el contenido,
  • ruedas de gran tamaño (estupendas para subir y bajar escalones y para acarrearla con menos esfuezo) y silenciosas, 
  • mango telescópico de aluminio con 3 posiciones de altura, 
  • manillar ergonómico tanto para empujar como para tirar de él.
Esta es una mochila full-equipe y lo demás son tonterías, con su versión XL para los más mayores. Como os digo, Nikidom piensa en todo.



Mejor no se la enseño a mi hijo, no sea que me me pregunte qué clase de mochila le he comprado.

Pero bueno, esto no se queda aquí, que si no es por Reyes es por cumpleaños, pero para el próximo curso esta mochila cae seguro, que al fin y al cabo es servidora la que comparte el acarreo de libros con mi heredero, y eso de cargar al hombro va a ser que no, como bien recomiendan los colegios profesionales de fisioterapeutas. Que yo tengo que cuidar mi maltrecha espalda, pero la de mi hijo que aún está sana y en formación, todavía más.

Así que ya sabéis, si estáis a la búsqueda y captura de mochila para vuestros hijos, desde preescolar hasta casi que vayan a la universidad, espero que estas propuestas os ayuden en vuestra elección. Orginales, prácticas, cómodas y seguras, estas mochilas son la combinación perfecta, y una excelente inversión.


En punto muerto

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Uno de los objetivos en mi vida, desde hace muchos años, es la estabilidad. Añoro como agua de mayo vivir tranquila, sabiendo lo que puedo esperar del día a día y siendo capaz de verme a largo plazo de una manera determinada. No añoro vivir mejor (o sí, pero no es mi prioridad), pero sí no vivir peor.

Sin embargo, los cambios en mi vida son una constante. Cambios a los que me veo obligada por las necesidades del momento, necesidades laborales que derivan en necesidades económicas, me guste o no. Sí, lo se, soy una superviviente, tiro para adelante, intento no venirme abajo, busco alternativas, soluciones, y al final, zancadilla tras zancadilla, voy superando las puñeterías de la vida.

La verdad es que no puedo engañarme a mi misma ni a nadie. Estos dos últimos años han sido muy duros, y esto no tiene pinta de acabar nunca. Con mi marido en paro -cobrando el subsidio por desempleo-, la poca ayuda que los valientes (e ingenuos) emprendedores tenemos para sacar un negocio adelante y las dificultades que se me han ido presentado, no acabo de levantar cabeza y ver la luz al final del túnel.

Estoy cansada de reinventarme, de tener que sacar de donde no hay, luchar unas veces, conformarme otras, colocarme la sonrisa y pensar que, al final, todo tiene solución -todo, menos la muerte, claro-. Estoy cansada de caerme, sacudirme las heridas y levantarme. Estoy cansada de ver un poquito de luz y de nuevo volver a la sombra.

Toca reinventarme de nuevo, adaptarme a las necesidades de mi familia. Toca reinventarme para progresar, pues ahora me siento como en punto muerto, ni p'alante ni p'atrás. Toca reinventarme para cuadrar la economía, pero también para conciliar mi trabajo con mis hijos.

Porque casi concilio, pero solo casi, porque estoy cerca de casa y pueden venir a verme por las tardes. Pero no puedo atenderlos como quiero, no puedo prestarles la atención necesaria y, al fin y al cabo, por mucho que pueda llevarlos al cole o echar el cerrojo a la tienda si tengo que salir con ellos al médico, que no es pecata minuta, en el día a día solo los veo a la hora de la comida y la cena.

Tengo una idea en mente. Quiero crecer, que mi pequeña tienda crezca, tener un espacio en condiciones para recibir a las familias y no estos 16 metros cuadrados con los que me he conformado en estos dos años, a cambio de estar al lado de casa. Pero irme lejos de casa es ponerlo más difícil para conciliar el trabajo con el cuidado de mis hijos. Así que ahí ando, meditando hasta perder el sueño.

De momento creo que necesitaré un paréntesis para replantearme la mejor manera de cuadrar estas dos facetas de mi vida, la maternal con la laboral. No quiero tomar decisiones precipitadas de las que pueda arrepentirme. Y tengo que probar antes de decidirme, no me queda otra.

Abrir la tienda física fue una decisión precipitada por las circunstancias, aprovechar la oportunidad que se me presentó en determinado momento. No me arrepiento, pero se que debí pensármelo mejor y valorar otras opciones. No lo hice. Mal hecho. Pero nunca es tarde, y ahora me voy a dar tiempo para hacerlo.

Se que mi lugar no está donde estoy ahora mismo, aquí estoy limitada, no doy para más. Me debato entre reorganizarme desde mi casa y trabajar desde allí o trasladarme a un local más grande, donde pueda tener un espacio para mis hijos. Mi opción ideal es la segunda porque se lo importante que es poder recibir a la gente a pie de calle, pero es la opción más arriesgada, la que económicamente ahora mismo me es inviable. La primera es la que más miedo me da, es la que desconozco, pero es la que me permitiría seguir trabajando y, en un futuro relativamente cercano, llegar a la segunda.

No me importa abrir las puertas de mi casa y recibir a mis client@s con café y bizcocho. Pero me corroen las dudas... ¿Funcionará? Tengo miedo que se venga abajo todo lo que he logrado estos dos años, después de tantas dificultades superadas. Pero siento que tengo que probar esa opción, y que es la única viable para mi reinvención laboral. Porque si tengo que irme a un sitio más grande, necesito refinanciarme para poder hacerlo, y eso pasa por reajustar al máximo los gastos que tengo ahora mismo.

Quien diga que llevar un negocio propio es fácil miente como un bellaco. Sí, prefiero trabajar para mi que para otro, no os voy a engañar, pero que te llevas muchas más preocupaciones a casa y que lo que te juegas es el sustento de tu familia, es una de las verdades más grandes de esta vida.

Todavía no tengo nada decidido, pero ya empiezo a hacerme a la idea de que pronto cerraré una etapa más de mi vida. Y tengo miedo, mucho miedo, porque en el fondo no solo me juego mi negocio, me juego el pan de mis hijos. Y eso son palabras mayores.

 Aún así yo no pierdo la fe, procuro no hacerlo, intento confiar en mi misma y en mi trabajo... Y sigo echando primitivas, a ver si alguna vez la suerte se digna en visitarme.


Mis hijos se duermen solos, ¡todo llega!

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Como dice la canción a dúo de Natalia La Quinta Estación y Jaime Melocos...

"Nunca pensé que llegaría, nunca creí en este momento..."

Pero ha llegado. Seis años después de comenzar nuestra andadura como padres, de rendirnos a los pequeños pies de nuestro bebé, de renunciar a prejuicios y falsas creencias cometiendo ese gran pecado que es meter al niño en la cama... Seis años después, por fin se duerme solo.


Bueno, no se duerme solo. Se duerme en su cama y sin nosotros, que para el caso es casi lo mismo. Eso sí, junto a su hermana, Iván es un niño muy sensible que necesita mucho contacto físico. Su hermana es más independiente pero siente total adoración por su hermano, y como son Zape y Zipi, donde duerme el uno, duerme la otro. Y si es pegados, enmarañados, revueltos y enroscados uno encima del otro, mejor.

A lo largo de estos 6 años son muchas las noches que intentamos que Iván durmiera solo. Por todos los medios. Ha sido misión imposible. Lo que nos había funcionado hasta ahora es que que se quedara dormido con nosotros en el sofá y luego trasladarlo. Yo no me complico en esto del sueño, lo que quiero es descansar y que él descanse, no me vale imponer rutinas a la fuerza, a base de llantos y gritos, de miedos.



Nos falló acostarlo en su cama y acompañarlo hasta que se durmiera. Era más fácil que nos quedáramos dormidos su padre o yo antes de que se durmiera él, y en caso de que se durmiera él primero, activaba el radar que lo despertaba a nuestro mínimo movimiento.

Hasta hace unos meses nos rendimos ante la evidencia de que Iván necesitaba dormir acompañado para tener un sueño tranquilo y feliz, él y nosotros. Esto nos ha llevado a colechar hasta entonces en nuestra cama y, a medida que los niños iban creciendo -porque al evidencia también dice que si el hermano mayor duerme en la cama de papá y mamá, la hermana pequeña no va a ser menos, y viceversa- y ocupando más espacio, el descanso por parte de sus sacrificados padres era poco viable. Vamos, que papá acabó durmiendo en el sofá o en la cama de Iván mientras yo dormía entre dos enanos que me clavaban cabezas, codos, culos y rodillas en cada rincón de mi cuerpo.

Antía es harina de otro costal. Con ella he colechado por el simple hecho de que es lo que quería, tenerla cerca, sentirla, antenderla cuando me requería sin necesidad de levantarme de la cama. Pero es una niña que no ha demandado tanto contacto como su hermano, de haber querido yo podría dormir sola desde muy pequeña, y cuando pasó a la cama hace unos meses siguió durmiendo, como si no hubiera cambiado nada.

Siempre he tenido muy presente la necesidad de respetar los ritmos de mis hijos. Tenía claro que cuando estuvieran preparados para dormir solos, lo harían, y no sería de golpe sino progresivamente. El primer paso fue estrenar la habitación de Antía. El segundo, esperar a que se fuera el frío -para ahorrar en calefacción, básicamente- y el tercero, proponerles dormir juntos. Y así lo han hecho todo el verano, eso sí, durmiéndose primero en el sofá y trasladándolos cuando estuvieran en fase de sueño profundo, para evitar que se despierten.

En verano no hay prisas ni rutinas que valgan. No he querido forzar la situación sin justificación. Pero llega septiembre, empieza el curso y toca madrugar para ir al colegio. El cuento cambia.

Y de repente me encuentro con dos niños que cuando les digo "a la cama", se van a la cama. Vale, no es tan idílico, los primeros días tardaron una hora en dejar de hacer el indio y dormirse, pero aquí una se ha hecho íntima amiga de Job y, activando mi modo Zen, decidí tener paciencia y pensar que, tras un verano de juerga y trasnoches, no se iban a ir a las 9 de la noche a la cama el primer día.

Así fue. Poco a poco, día a día, es menos el tiempo que pasan haciendo el indio antes de dormirse. Los acompaño a la cama, besito de buenas noches, me sobornan con sonrisas y porfavores para que les cuente otro cuento, les deseo felices sueños y hasta mañana.



Hace unos días le decía a papá... "nunca creíste que llegaría este momento, ¿verdad?", me preguntó qué momento... "pues este, el de dejar a los niños en la cama sin esperar a que se duerman, que se duerman solos y que sean las 10 de la noche y estemos solos en el salón, viendo la tele, como cuando no éramos padres".

Estamos en ese punto de establecer la rutina, dicen que se tardan 21 días en que el cuerpo interiorice las nuevas costumbres, cada vez vamos mejorando tiempos y va siendo todo más fácil.

Es verdad. Todo llega, tarde o temprano. Seis años pueden parecer una eternidad, pero en realidad se me han pasado volando. Y sí, lo confieso, sigo echando ser testigo de los sueños de mis hijos, sentir su calor, ser sus caras lo primero que veo al despertarme, besarlos cuando sus rostros desprenden esa inmensa paz y ternura mientras duermen. Pero agradezco cada centímetro de mi cama que vuelvo a disfrutar, poder estirarme a placer en lugar de dormir con medio cuerpo fuera de la cama. A lo que no acabo de re-acostumbrarme es a los ronquidos de papá, que tras tanto tiempo castigado en el sofá, ha vuelto a la cama.

Eso sí, el que está feliz cual perdiz de haber recuperado su lugar favorito para dormir es Munki. Y es que el colecho en mi casa comenzó mucho antes de que llegaran nuestros hijos.

¿Cuál es el mejor test de embarazo?

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Cuando estás buscando embarazo y se acerca el día D, ese en el que esperas que la roja no aparezca, te ves con la duda de comprar un test de embarazo para que te de la respuesta que esperas sin lugar a dudas. Está claro que la respuesta no depende del test sino del estado de preñamiento, pero el tipo de test te ayudará a ver una respuesta más clara.


No, no estoy en estado de búsqueda de preñamiento, no os vayais a pensar. Pero hoy repasaba el blog de mi amiga la Frikimami, donde hablaba de los test de embarazo y su precio, así que se me ha ocurrido contaros mi experiencia con los diferentes tipos de test de embarazo.

Seguramente los conozcais de más, pero si eres nueva en esto de la búsqueda del estado de buena esperanza, quizás te ayude este post.

¿Qué tipos de test de embarazo hay?

Vaya por delante que hablamos de los test de detección de embarazo en la orina, o sea, los de hacer cómodamente en casa. La mecánica es la misma en todos, la orina reacciona al contacto con el absorbente y si hay suficiente concentración de la hormona HGC (gonadotropina coriónica humana), el test lo detecta y da positivo.

Nos encontramos tres tipos de test de embarazo principalmente:

- Test de tira: son unas pequeñas tiras reactivas, similares  las que utilizan en el centro de salud cuando acudes al médico con sospecha de infección de orina. De hecho, son los test que suelen usar en los centros de salud para realizar las pruebas de embarazo a las pacientes. Son muy económicosy se suelen comprar en lotes, por lo que resultan muy útiles cuando estás a la búsqueda premeditada y preveés hacerte varios test. Además suelen serultra-sensibles (detección de 10mlU/ml), por lo que puedes realizarlo con gran fiabilidad varios días antes del fin del ciclo, perfecto si eres impaciente. Son muy fiables aunque la raya a veces puede no ser lo suficientemente clara. 
La principal ventaja es que, en caso de dudas, podrás hacerte los test que necesites sin dejarte la visa en ellos.
Son especialmente útiles si tienes períodos irregulares que puedan dar lugar a falsos negativos.
No se suelen vender en farmacias.

Éste es el ejemplo de la raya que solo veía yo


- Test de termómetro: o de ventana. O el Predictor de toda la vida. Son los más conocidos, el que te dan en la farmacia. Fáciles de usar y de interpretar, el resultado se positiviza en la ventanita en forma de raya paralela o cruzada a la raya de control, o bien tiñéndose de color (creo que esto es más bien antigua y muy de película americana). Aunque los hay ultra-sensibles, lo normal es que detecten 25mlU/ml, por lo que es posible que te encuentres un falso negativo sin serlo si lo realizas los primeros días de falta. También puede generar dudas si la raya no es clara. Todas sabemos que si hay raya hay embarazo, la cuestión es que, si sale muy clara, pueda dar lugar a confusión. La típica raya que solo ves tú.
Hay tantas marcas que el rango de precios es bastante amplio, te los puedes encontrar de 4€ o de 12€, depende de la farmacia donde los compres.
Recomendable si es para confirmar/descartar la sospecha de embarazo, una vez hay falta de regla. Si estás a la búsqueda y prevés realizar varios test ni te lo pienses, te dejas un dineral en ellos.


Test que me hice dos días después del primer día de falta, para guardar de recuerdo


- Test digital: la última generación de los test de embarazo. De momento, que yo sepa solo Clearblue los comercializa. Tipo termómetro pero, en lugar de una raya, la ventana muestra una pantalla digital donde te dice con exactitud si hay o no hay embarazo, y en caso de haberlo, te da la referencia aproximada en semanas. Es el test perfecto para l@s incrédul@s, con él no hay lugar a dudas.
El inconveniente, su elevado precio, el más caro del mercado, y que la pila dura menos de un día. No pretendemos que sea un reloj suizo pero si eres de las que gusta de guardar el test como recuerdo éste no es la mejor opción, o si te lo haces sin estar tu pareja y esperas poder enseñárselo, en cuestión de horas la pantalla deja de funcionar. Aunque siempre puedes hacerle una foto para el recuerdo.

Test que confirmó la rayita que solo veía yo, o que el futuro papá se negaba a ver, por escrito no hay dudas :)

¿Cuándo usar cada tipo de test de embarazo?

Pues es muy fácil. Si estás buscando embarazo con premeditación y alevosía, lo mejor es que te hagas con un puñado detest de tira reactiva. Así ante la mínima duda podrás hacértelo sin miedo a tirar el dinero en un negativo por cagaprisas. También te sirve para ver la evolución de la hormona en la orina, si te haces test digamos unos 5 días antes de la falta, repites test cada día y se nota un poco más la linea de test positiva, es que hay preñamiento seguro.

Si de repente te das cuenta que llegado el día D la puñetera no aparece y sospechas que pudo haber un polvete a traición (traición de no tomar precauciones o escaparse algo por donde no debe), si eres de las puntualísimas que la regla se rige por la precisión del mejor reloj suizo, o sea, si tienes uno o varios días de falta con sospecha de embarazo (porque hay veces que puede haber faltas y que sepas positivamente que el embarazo es imposible), el test de termómetro es una buena opción. Bajas a la farmacia, compras el test y a sufrir (o a ilusionarse).

Si estás buscando embarazo o no pero te has hecho un test de embarazo ante la duda y no te fías del resultado porque la raya de test no es clara, si le enseñas a tu marido un test con una raya que se intuye más que se ve y tu marido te dice que lo que tienes es un embarazo psicológico, pero tú estás plenamente convencida de que estás preñada hasta las cejas, ve, cómprate el Clearblue y dale con él en las narices. Hasta le puedes decir "a ver si por escrito te enteras mejor". En estos momentos doy fe de que el test digital no falla.

¿Cómo se realiza un test de embarazo?

Seguro que esto no requiere explicación porque es más sencillo que el mecanismo de un chupete, pero ya que estamos, completamos la información.

Se recoge una muestra de orina en el absorbente del extremo del test, hasta donde indica "máximo", debe empaparse durante unos segundos. El procedimiento más rudimentario es apuntar el test por la parte del absorbente al chorro mientras orinamos, aunque lo más cómo y práctico, para mi al menos, es recoger la orina en un bote como si fuera para una analítica, y sumergir el absorbente el tiempo necesario (unos 5 segundos al menos), hasta que veamos que se empape y se tiñe la ventana de control. Inmediatamente se pone en horizontal sobre una superficie limpia y seca, si se trata de un test de termómetro o digital, tapamos de nuevo el absorbente con el capuchón, y esperamos unos dos o tres minutos el resultado. Como mucho se debe leer el resultado antes de 10 minutos tras realizar el test, pasado ese tiempo el resultado no es fiable. Igualmente, si no sale ningún resultado, es decir, ni raya de control, el test es inválido y habría que repetirlo.

Lo ideal es hacerse el test con la primera orina de la mañana ya que es más concentrada y será más fácil detectar la concentración de la hormona HCG pero es posible hacerla durante el día siempre que hayan pasado a menos 4-5 horas desde la anterior orina y no se haya ingerido mucho líquido. Si el test se va a realizar días antes de la falta, la orina de la mañana será la más fiable siempre, dada la baja concentración de HGC. Si ya han pasado varios días desde la falta, la concentración de HGC será mayor y el resultado se podrá ver con más facilidad en cualquier orina del día. Pero, ante la duda, siempre el primer pipí mañanero.

Sin hormona no hay positivo ni embarazo, por lo que en caso de dar positivo, la fiabilidad es total, no hay falsos positivos. Por lo contrario un negativo puede ser un falso positivo al no haber suficiente concentración de hormona HGC en la orina por lo que, ante la duda o la falta de período, conviene repetir el test en unos días.

Con esto y un bizcocho, espero que este post os sea útil y, si estáis a la búsqueda de embarazo, os deseo muchísima suerte.

PD: aunque no debería hacer falta decirlo, este post es meramente informativo partiendo de mi experiencia personal y mi opinión como usuaria, no es una fuente de consulta oficial y no está patrocinado por ningún laboratorio.

Portear no es transportar

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Que el porteo, es decir, la acción de llevar al bebé en brazos en un portabebés ergonómico, es cada vez más habitual, está a la orden del día. Ya no nos sorprende ver a madres y padres que llevan a su bebé en un "trapo" o "pañuelo". Pero que todavía para much@s es un concepto desconocido, o no comprendido en su totalidad, también es cierto. Sobre todo para quienes no son padres o lo son de manera reciente.

El otro día me recomendaban vender en mi tienda de portabebés ergonómicos sillas de niños para bicicletas. Agradecí la sugerencia, pues entiendo que la intención era ayudarme y el consejo provenía de alguien que creo que me tiene estima, pero le dije que no va en la linea de mi trabajo.



"¿Cómo que no? Es para transportar bebés."

Vale, he aquí la confusión más habitual. La que se produce en quien ve el porteo desde fuera como una mera manera de llevar al bebé (porque sí, realmente el cochecito o la sillita de paseo cumple esa función) y de algunos padres que solo entienden esa parte del todo que engloba el porteo. Creo que el hecho de que quien me plantea esta concepción sea un "no-padre", influye.

Pero portear no es transportar. Sí, el transporte del bebé es una de las funciones del portabebés -por algo se llama "porta-bebés"-, pero no es ni la única, ni la principal.

Recuerdo cuando una parejita que recién habían sido papás vinieron a visitarme a la tienda, tras probarse algunos portabebés ergonómicos y elegir un fular elástico, el papá me comentaba con efusividad "es que portear no es acarrear a tu bebé, es mucho más". Y sí, tiene mucha razón.

Portear es más que llevar al bebé en brazos

En el porteo, además de llevar al bebé con nosotros de manera cómoda, segura y respetuando su postura fisológica, entraña una gran parte emocional. El contacto físico directo, la interacción mamá/papá-bebé, hacen del porteo una experiencia más allá del puro transporte. Es estar en todo momento con tu bebé, ofrecerle consuelo, refugio, calor, mantener el contacto visual, poder hablarle y besarle sin esfuerzo, enseñarles el mundo desde nuestra altura y nuestra perspectiva.




Para el bebé el mejor lugar, el más agradable, el más seguro, es el regazo de su madre. Es a quien conoce, pues 9 meses dentro de su barriga dan para mucho y el latido de su corazón, el sonido de su voz, es lo que más reconoce. El calor corporal de su madre le ayudará a regular su temperatura, sincronizarán su ritmo cardíaco y, junto al olor de la piel materna, se sentirá seguro. No es casualidad que los bebés se calmen en brazos de su madre en cuanto son cogidos por ésta. Podría recordaros los múltiples beneficios del porteo pero no quiero aburrir más de la cuenta.

Al papá no lo conoce tanto, pero es una estupenda ocasión para comenzar establecer ese vínculo tan especial del que tanto hablamos. Nada como estar cerca de su padre, piel con piel, sentir su calor, escuchar su corazón, oir de cerca su voz, conocer su olor corporal, para que poco a poco el bebé conozca cada vez mejor a ese ser tan especial que pronto comenzará a llamar papá.

Elporteo es más que transportar. Es sentir, es disfrutar, es vivir, es querer. Cuando tienes a tu bebé recién nacido en brazos crees que siempre será así, una criaturita pequeña e indefensa. Pero el tiempo pasa muy rápido y, cuando te das cuenta,tu hij@ ya vuela sol@ y ese bebé que un día fue es tan solo un bello recuerdo. Los bebés son efímeros y el porteo te da la oportunidad de disfrutar plenamente de esa maravillosa etapa.

Es una sensación única besar a tu bebé todo lo que quieras, ir hablándole mientras caminas por la calle, enseñarle el mundo desde tu altura, tanto como verlo dormir plácidamente sobre tu pecho. Como madre -y como padre- no habrá mejor sensación que la de saber que eres el mejor colchón, la mejor almohada, el mejor sitio para descansar y dormir para tu bebé. Nadie mejor que tú para enseñarle, para estimularlo, para ser su referencia, para reconfortarlo.



Sí, se puede usar el porteo como mera manera de transportar a tu bebé, pero creo que hay poc@s mamás/papás que, una vez que lo prueban, se rindan ante su bebé durmiendo como un bendito sobre su pecho, a esa carita de placer al sentir la cercanía con el ser que le dio la vida. Poc@s hay que no puedan evitar besar la carita de su bebé hasta la saciedad. Lo confieso, yo besaba a mis niños hasta el infinito y más allá, y lo sigo haciendo cuando los llevo en brazos. Es un placer al que no pienso renunciar mientras pueda (y me dejen).

Por eso portear es más que transportar. Porque es contacto, es sentimiento. Es comunicación, es vínculo. Porque es una experiencia que deja huella.

Educar para prevenir

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España está de nuevo revolucionada, consternada y atemorizada con la detención del presunto pederasta de Ciudad Lineal. Sobre todo los que somos padres de niñ@s en edad de ser víctimas de este tipo de depredadores sexuales.

Yo estoy acojonada, no os voy a engañar. No se trata de salir con miedo a la calle y encerrar a nuestros hijos en una burbuja de cristal para evitar que corran ningún tipo de peligro, porque eso no es vida. Pero da miedo no saber quién puede estar mirando a tus hijos con intenciones ocultas, quién puede valerse de tu despiste momentaneo para engañar a tu hijo y llevárselo. Os juro que pienso, escribo y me tiemblan las manos y el corazón al hacerlo.

Creo que el único arma que tenemos frente a ello es la educación. Educar para prevenir. Enseñar a nuestros hijos lo que deben y lo que NUNCA deben hacer, explicarles los peligros a los que se pueden enfrentar y sus consecuencias para que sepan cómo actuar. Sí, lo se, la teoría parece muy fácil y no es una fórmula magistral que exima del peligro a nuestros hijos con total garantía, pero cuanto menos vale la pena intentarlo.

El desconocido que te ofrece caramelos, el que te invita a subir al coche para llevarte a casa, el que viene de parte de tu madre/padre/abuel@/tí@, el amigo de ..., el vecino... De eso siempre nos han advertido, recuerdo esas palabras en boca de mi madre una y otra vez. Y que levante la mano quién alguna vez no se ha visto en alguna de estas situaciones. Creo que, por desgracia, much@s niñ@s (más niñas que niños, me atrevo a decir) nos hemos llevado un buen susto a cuenta de esto.

Voy a contar algo de lo que nunca he querido hablar, por vergüenza, por culpa, por yo que se. Yo me crié en un pueblo donde desde pequeña mi madre se confiaba y me dejaba ir sola por la calle. No recuerdo exactamente cuándo empecé a ir sola a los sitios, pero si se que con 7 años ya me iba sola a los recados, al colegio, a la biblioteca. Me cruzaba el pueblo de punta a punta. Tendría unos 10-11 años como mucho, quizás menos pero no recuerdo exactamente qué edad tenía, creo que era comienzo de verano y yo iba a clase de solfeo por las tardes. Mi madre me esperaba en un parque cercano al que llevaba a mi tío- era 5 años menor que yo- y yo regresaba sola desde la escuela de música. Estaba relativamente cerca aunque era una zona de poco tránsito peatonal, para cortar camino atravesaba la explanada del muelle y eran unos 10 minutos andando. Recuerdo que yo caminaba tranquilamente y de frente venía un chico de unos 16 años. De repente me lo vi delante, obstaculizándome el paso, me paró y con una de sus manos se sacaba algo del pantalón. Algo que yo nunca había visto. Había cosas de la vida que con esa edad yo no sabía lo que eran. Se empezó a tocar, yo no sabía lo que estaba haciendo pero sabía que no me gustaba nada -y ahí aprendí lo que es marsturbarse-, empecé a sentir miedo y me bloqueé. Él intentó tocarme pero de repente pasó una pareja cerca y yo aproveché para salir corriendo. No paré hasta llegar al parque y ver a mi madre sentada, esperándome. Llegué corriendo, sofocada, sin aliento. Mi madre pensó que venía corriendo por gusto y yo, por vergüenza, por pensar que la culpa era mía, no le conté nada de lo que me acababa de suceder. Nunca se lo he contado. Me sigue dando vergüenza.

El otro día hablaba por whatsapp con blogueras amigas -o amigas blogueras, no se cómo lo decirlo porque nos conocimos como blogueras y gracias a ello ahora somos amigas- sobre cómo educar en la sexualidad a nuestros hijos, de manera que puedan conocer su cuerpo sin miedo, vergüenza o sentimiento de culpa. Un tema del que espero hablar con más detalle. Y en esa conversación dejé patente mi opinión de que cuánto mejor eduquemos a nuestros hijos en la naturalidad del sexo y en el respeto por su cuerpo, probablemente nos evitemos muchos problemas en un futuro. Digo probablemente porque, repito, de la teoría a la práctica va un trecho.

Así que la educación para mi juega un papel fundamental. Y así intento hacerlo con mis hijos. No se si estoy haciendo lo mejor de lo mejor, al menos lo intento, o lo hago como mejor se.

Desde hace ya tiempo soy muy machacona con hacerle saber a mis hijos que nunca deben irse con nadie que no sea mamá o papá. Con nadie. Para irse con alguien de la familia primero deben pedir permiso o saber expresamente que se pueden ir con tal persona. Es algo que les repito over and over again sobre todo a Iván, que es mayor y tiene capaz para comprender mejor estos temas. Y es que os podeis imaginar los antecedentes que tenemos aquí en Huelva: Ana Mª Jerez Cano, Mariluz Cortés, Ruth y José Bretón... la verdad es que no es nada fácil explicarles algo así, sobre todo el caso de los niños cuyo asesino fue su propio padre. Pero cierto es que este último caso, al ser tan mediático y cogernos tan cerca, ante las preguntas de Iván de qué le había pasado a esos niños, nos abrió la puerta para hablarle de una realidad que no podemos obviar.

Y no hago más que eso. Por un lado explicarles que con quien siempre estarán seguros es con mamá y papá. Que nunca deben alejarse de nuestro lado, nunca deben ir a ningún lugar sin avisar y pedir permiso (Iván es muy independiente y es de los que se va a hacer pipí o beber agua sin que te des cuenta, más de un susto casi nos ha dado, y digo casi porque nunca lo despistamos de nuestra vista), nunca deben aceptar nada de nadie que no seamos nosotros sin antes decírnoslo, ni chucherías, ni chocolate, ni juguetes, ni dinero, ¡nada!, nunca deben irse con nadie, ni extraño ni conocido ni familia ni papá de amigo del cole ni vecino, ¡nadie! Sin antes hablar con papá o mamá. Nunca subirse a un coche, nunca meterse en un portal, en una casa. Se lo digo muy claro: hay gente adulta que es mala, que tiene malas intenciones, que les gusta hacer daño a los niños y que los engaña para llevárselos sin que sus padres se den cuenta. Y puede que esos niños nunca vuelvan a ver a sus padres.

Puedo ser tremendamente cansina pero me da igual, por mi no va a quedar. No puedo quedarme con los brazos cruzados, confiar en mi vigilancia y pensar que a ellos nunca les va a pasar nada.

Esto implica, además, educar a la familia y al entorno cercano. Porque yo entiendo las buenas intenciones al hacer regalos a mis hijos sin maldad, pero en España está muy arraigada la costumbre de dar dinero a los niños para que se compren algo, por poner un ejemplo. Con la familia cercana no hay problema, ni en la de papá ni en la mía se estila eso de dar dinero a los niños y si alguna vez se ha terciado ahí hemos estado para decir que no den dinero a los niños. Pero tengo una vecina, mujer mayor de 70 años, viuda y que se que quiere mucho a mis hijos, no lo pongo en duda, pero que tiene la manía de darles dinero para que se compren algo, o comprarles un paquete de patatas o un donut en la pastelería del barrio. Claro, los niños no son tontos, ¡a nadie le amarga un dulce! Y yo soy más prudente que descarada, lo reconozco. Pero la realidad es que si los niños aceptan de buena gana que un conocido les de dinero, el riesgo de que lo acepten de alguien desconocido entendiendo buenas intenciones por su parte es mayor. Y es algo que mientras yo pueda no estoy dispuesta a tolerar.

Así que hay que educar a nuestros hijos pero también a los adultos del entorno cercano. Agradecer las buenas intenciones pero hacerles entender que las consecuencias de sus buenas intenciones pueden ser muy negativas para los niños.

Con los niños, educación y confianza. Creo que es fundamental que confíen en nosotros, y con esto me refiero a que no nos tengan miendo. Porque está claro que los hijos confían en sus padres, ¿cómo van a desconfiar en las personas que más los quieren?. Pero no deben tenernos miedo, no debemos inspirar temor en ellos. No deben pensar que ante algo que se salga de lo normal, cualquier acto que no controlen, que se escape de sus manos, nuestra reacción va a ser una regañina o un castigo. A nadie le gusta que le abronquen, menos a los niños, que son quienes reciben más broncas con menos motivos reales. Y si se encuentran con que algún adulto ha intentado ofrecerles algo o hacerles algo que saben que está mal, lo principal es que sepan que nos lo deben contar porque nosotros los vamos a proteger. Que ellos no están haciendo nada malo, no los vamos a reñir ni mucho menos. Nos lo deben contar porque si no no podremos cuidarlos y protegerlos. Siempre, siempre que tengan miedo, dudas, siempre que desconfien o que se encuentren en una situación que les haga sentir incómodos, siempre que teman los actos y reacciones de un adulto, conocido o desconocido, siempre que alguien es haga desconfiar, que nos lo cuenten.

Odio estos temas y hablar de ello porque me ponen muy mal cuerpo, no puedo evitarlo. Hablar de ello me hace pensar en mil situaciones que pueden encontrarse mis hijos y no soporto pensar que nada malo les vaya a pasar. Ahora mismo tengo el corazón encogido y un nudo en el estómago que espero se me quite en cuanto cierre la tapa del portátil. Pero es necesario hablar de ello, poner en común y que entre tod@s encontremos la manera de evitar este tipo de situaciones.

Criando en Brazos, ¡Comparte la aventura!

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Como todos los años, este año del 5 al 11 de octubre se celebra la Semana Internacional de la Crianza en Brazos, con la intención de promover el porteo,  sus innumerables beneficiosy la mejor manera de practicarlo. Llevar a los bebés en brazos, siempre cerquita nuestr@, de una manera cómoda y sana tanto para el bebé como para el porteador, divulgar sus beneficios y la mejor manera de practicarlo. El porteo es una aventura en sí mismo.


Que somos una familia porteadora, lo sabéis. Que el porteo ha marcado la crianza de nuestros hijos, también. Y que hemos vivido un montón de aventuras, ¡de eso no hay duda!.

Es difícil resumir todo lo que el porteo te permite realizar. Criar en brazos es una experiencia que te permite disfrutar de tu bebé de una manera muy especial, directa, sin barreras, sin obstáculos. Cuando explico a los papás que acuden a mi en busca de asesoramiento todas las ventajas de llevar al bebé en brazos, siempre me quedo corta. Acabo diciendo: "te puedo contar mil cosas, pero hasta que lo vivas no te darás cuenta realmente de cuánto te ofrece el porteo".

Nosotros hemos disfrutado hasta el infinito y más allá. Hemos practicado senderismo, paseado por la nieve, hemos ido al zoo, a museos, hemos visitado monumentos, ciudades, parajes que parecían inaccesibles. El porteo nos ha dado la libertad que parece que la llegada de un bebé a la familia limita, nos ha permitido realizar actividades con nuestros hijos más allá de lo que hubiéramos imaginado.


El principal beneficio de llevar a tu bebé en brazos es el contacto directo, que supone una necesidad básica para él tanto como alimentarse o dormir. Tus brazos son el lugar más seguro para él, donde encontrará calor, consuelo, reposo, donde se sentirá protegido y a salvo de cualquier peligro. Tú podrás sentirlo, olerlo, besarlo, ser testigo de todas su sonrisas, el lecho de sus mejores sueños. Podrás enseñarle el mundo desde tu altura, de tú a tú, ser su maestro y su guía. Podréis compartir experiencias y aventuras, disfrutar de cada paso que dais.

Me encanta hablar de porteo, compartir mis experiencias y ayudar a otros padres en todas las dudas que tengan, por eso me hice asesora de porteo. Y como me encantaría que tod@s podais disfrutar como yo de una experiencia tan gratificante, os invito a participar en el sorteazo conmemorativo de esta semana en mi tienda online Brazos y Abrazos. Que no está de más que de vez en cuando me haga un poco de publicidad a mi misma, ¿verdad?.

http://brazosyabrazos.es/semana-internacional-de-la-crianza-en-brazos-2014-comparte-la-aventura/
Pincha en la imagen para saber cómo participar

Así que espero que os animo a participar, a probar esta maravillosa experiencia, a que compartais vuestras aventuras para así contagiar a otros padres, pero sobre todo, a disfrutar a tope de vuestros peques.

¡Feliz semana de la crianza en brazos!

Puleva Blog Trip: el gran reto de la alimentación infantil

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Este pasado fin de semana tuve la oportunidad de acudir a Granada al I Puleva Blog Trip, organizado por la susodicha marca, cuya temática principal era "Grandes retos de la alimentación infantil en el nuevo milenio".



Y os estaréis preguntando... ¿Cómo que una madre que se jacta de dar/haber dado lactancia materna a sus hijos acude a un evento organizada por una marca de leche?. Pues por dos motivos: porqueno creo que las industrias lácteas sean el enemigo a batir (sí ciertas prácticas comerciales y publicitarias usadas por algunas, todo hay que decirlo) y porque la realidad es que mis hijos, alimentados con lactancia materna -la pequeña aún sigue mamando con 3 años y 3 meses que tiene- consumen lácteos a diario. No puedo obviar esa realidad, y lo mismo que me he informado a tope sobre lactancia materna, también me interesa saber todo lo posible sobre los alimentos de consumo habitual, en este caso, los lácteos. Y porque para juzgar o criticar, primero hay que conocer.

Como madre que se preocupa por la alimentación de sus hijos, como persona curiosa a la que le gusta informarse y más si ofrecen la posibilidad de conocer más a fondo un tema de gran interés, no quise desaprovechar esta oportunidad. Y qué narices, ¿un fin de semana en Granada? ¡A nadie le amarga un dulce!.

Así que no me lo pensé, sinceramente, tras trasladar mi interés sobre el tema a la organización, al ser una madre defensora y promotora de la lactancia materna. Quiero saber de primera mano qué opinión tienen las industrias lácteas sobre la lactancia materna, qué investigaciones llevan a cabo, cómo son los procesos de elaboración de sus productos... Productos de los que mi familia somos consumidores habituales.

Creo que, como madres, padres, cuando nos iniciamos en esta andadura de la crianza, damos una importancia vital a la primera infancia, sobre todo a los 3 primeros años. Buscamos, rebuscamos, nos informamos, tenemos mil dudas y siempre preseguimos lo mejor para nuestros hijos. Bueno, esto último en realidad es algo que haremos el resto de nuestra vida.

Pero parece que conforme los niños crecen y se desarrollan, vamos restando importancia a ciertos aspectos de la crianza. Si desde que son bebés nos preocupamos por su salud y alimentación principalmente, ¿leche materna o artificial?, ¿cuál es la mejor marca de leche de fórmula?, ¿cuándo introducir la alimentación complementaria?, ¿primero la fruta o la verdura?, ¿mejor purés o trocitos?, ¿mi hijo se estará alimentando bien?. Que levante la mano quien alguna vez no se haya hecho alguna de estas preguntas.

Pues bien, como madre de dos niños que ya no son bebés, su alimentación es un tema que me sigue preocupando sobremanera. Sobre todo ahora que tienen cierto poder de decisión sobre lo que se llevan a la boca, y porque están en una etapa en la que lo que sale en la tele, lo que l@s compañer@s llevan de almuerzo al cole, lo que meriendan l@s niñ@s en el parque, lo que ve en la estantería del supermercado, lo que las madres les queremos obligar a comer (brócoli 0 - chocolate 1), todo influye en sus hábitos y preferencias. Ya no están bajo nuestro absoluto control, y para mi, toda la información que pueda tener al respecto es bienvenida.

Así que el viernes mi marido y yo cogimos, como quien dice, carretera y manta camino de Granada. Sin niños. Lo bueno de tener hijos que hablan y opinan es poder preguntarles si les apetece ir a tal o cual lugar y tener en cuenta su opinión. Así que tras explicarles nuestro plan y ver que para ellos no iba a ser divertido (si estuviéramos en temporada de nieve otro gallo nos hubiera cantado), prefirieron quedarse con los abuelos, ya que para ellos pasar dos días y dormir en casa de la abuela es el summun de la diversión. De hecho, cuando regresamos el domingo tenían el pijama puesto a ver si colaba y se podían quedar a dormir allí una noche más. ¡Tener hijos para esto!.

Bueno, vamos a hablar del evento, que es a lo importante.

El hecho de vivir en la punta del mapa y medio incomunidada con el resto de España no me lo pone fácil para asistir a este tipo de eventos, así que no estoy muy ducha en estas lides (eventos de marcas para blogueras, se entiende) y no puedo comparar. Soy de las que se muerde las uñas al ver las chuladas que se organizan en las ciudades principales, sobre todo en la capital, donde a las de provincias no se nos tienen en consideración por vivir lejos de, y mucho menos se plantean pagarnos el desplazamiento para poder acudir. Así que no puedo menos que agradecer a la organicación todos los medios y facilidades para poder participar en el #BlogTripPulevaInfantil.

Llegamos a Granada con la hora justita, porque servidora no quería marcharse sin recoger a los nanos del cole, dejarles con los abuelos a buen recaudo y darles un besote. Nos esperaban a las 7 de la tarde para reunirnos todas las blogueras invitadas y trasladarnos al lugar del coctel, en el emblemático barrio del Albaicín. Sí, me retrasé, llegué al hotel pocos minutos antes de las 7 y necesitaba urgentemente una ducha tras las 4 horas de coche y arreglarme para estar a la altura del evento. Pero ¡no fui la última en llegar!.

El cóctel fue en Las Tomasas, un precioso restaurante con unas vistas privilegiadas a La Alhambra. Si este monumento es maravilloso durante el día, obervarlo al anochecer es una delicia para la vista. Ya conocía semejantes vistas desde el Mirador de San Nicolás, a pleno día o en noche cerrada, pero nunca había visto el atardecer sobre La Alhambra. Espectacular.



Allí fue la presentación formal del evento y las asistentes tuvimos la oportunidad de conocer a los miembros de la organización, de charlar distendidamente entre nosotras, con una cerveza-o vinito- en la mano. La verdad es que, a estas alturas, puedo decir que tengo la suerte de encontrarme entre amigas, pero siempre hay gente a quien te falta poner cara o nuevas personas por conocer. Y es una suerte poder hacerlo en este tipo de encuentros. Charlas, risas, fotos, brindis, fue una velada estupenda.



Luego nos trasladaron a La Alhambra para realizar una visita nocturna con guía. Creo que es algo que todo el mundo debería hacer una vez en la vida. Yo no conocía los Palacios Nazaríes, cuando estuvimos allí de visita con los niños me equivoqué al comprar la entrada y no incluía esta visita, además en esa época aún estaba en obras el Patio de los Leones y tenía esa espinita clavada. Y, sin duda, una visita con guía es muchísimo más profunda y didáctica. Y más si el guía te cuenta la historia como si fuera un cuento. Para mi será siempre "Federico, el contador de historias". Me hubiera quedado escuchándolo durante horas. Pero la visita fue más breve, aunque intensa, me dio lugar a hacer muchas fotografías, retener datos curiosos y aprender un poco más sobre nuestra historia.



Al día siguiente tocaba jornada maratoniana así que nos fuimos a descansar al hotel, que nos hacía falta. Y es que todas habíamos viajado unos cientos de kilómetro para poder estar allí. Pero os lo contaré en la segunda parte.

Puleva Blog Trip Nutrición Infantil, segunda parte

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El sábado comenzamos temprano, tras recogernos en el hotel nos trasladaron a la planta de Puleva, para los actos de la mañana.


El planning era:

- Mesa redonda con el D. Jose Manuel Moreno Villares, Presidente del Comité de nutrición de la Asociación Española de Pediatría,ylaDra. Cristina Campoy Folgoso, Profesora titular de Pediatría de la Universidad de Granada y miembro del Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica. Dos primeras espadas de la pediatría y la nutrición infantil en España.

- Visita a la planta piloto de Biosearch Life (I+D) a cargo de su director Federico Lara, Doctor en Famacia e investigador en el área de nutrición y salud.

Reconozco que, a priori, y tras haber asistido en varias ocasiones a ponencias sobre diversos temas relacionados con la maternidad y la crianza (la última ocasión fue, hace menos de un mes, unas charlas del Dr. Carlos González, donde la de alimentación infantil se alargó casi 3 horas), me pareció que 1 hora y 30 minutos para la intervención de los dos profesionales era poco tiempo, y no me equivoqué. No solo me hubiera gustado escucharlos más sino que fueron muchas las participantes que se dejaron dudas y preguntas en el tintero, el foro post ponencias fue muy animado y hubiera dado lugar a un debate muy interesante.

 Mesa redonda

La primera intervención fue la del Dr. Moreno, en la que nos habló de la importancia de la alimentación en los primeros años de vida, especialmente durante el primer año, cuando se produce el mayor crecimiento, y desde la introducción de la alimentación complementaria, cuando se adquieren hábitos y el gusto por los diferentes alimentos, algo que será fundamental para su alimentación de cara al futuro y una garantía de salud.

De su intervención me quedo con las siguientes afirmaciones:
  • Lospadres somos las auténticos expertos en nutrición infantil. Porque somos los que batallamos en el día a día con ello.
  • En elprimer año de vida de un bebé se producen los principales y más importantes cambios físicosde la persona. Nunca más en la vida creceremos tanto como en ese período.
  • Los tres primeros años de vida son fundamentales para la buena adquisición de hábitosalimenticios. Los hábitos son claves para una correcta alimentación.
  • Alimentación sana y variada, poco de mucho, la buena alimentación es una inversión para el futuro. Nuestro cuerpo lo agradecerá.
  •  Recuperar la costumbre de comer en familia y sentarse a la mesa a comer. Porque los buenos hábitos comienzan compartiendo la mesa en familia, y los niños aprenden fundamentalmente por imitación. Si nosotros comemos bien y variado, es más probable que nuestros hijos también lo hagan.
  • No importa la cantidad sino la calidad. El plato no debe estar lleno de comida, debe tener un poco de todo. La cantidad llena, la calidad alimenta.

La segunda en intervenir fue la Dr. Campoy, cuya temática eran "Las carencias nutriticionales en los niños españoles de corta edad" y que nos ilustró con numerosos estudios y datos sobre la nutrición infantil, las necesidades nutritivas de los niños, la importancia para su correcto desarrollo y su déficit.

De esta charla debo resaltar positivamente la especial importancia que en todo momento dio a lalactancia materna, como alimento principal del bebé hasta los 2 años, en exclusiva hasta los 6 meses, y como alimento más completonutritivamente hablando.

Importante además saber cuáles son las carencias nutritivas de los niños españoles, sus consecuencias y cómo aportar estos nutrientes correctamente.

En España, el 64% de los niños no alcanzaron las recomendaciones para su edad y sexo de hierro, el 40% no lo hicieron para el ácido fólico y el 1.0% no alcanzaron las recomendaciones de vitamina D. Sin embargo, el 94,6% de los niños ingieren mayor cantidad de la recomendada de grasas saturadas y azúcares.
Unos datos nada despreciables que redundan en un mayor índice de obesidad infantil.

¿Por qué son tan importantes estos nutrientes en la alimentación, sobre todo en la primera infancia?

- Hierro: es un mineral esencial necesario para la formación de la hemoglobina. Se encuentra en mayor cantidad en alimentos como el hígado de ternera, morcilla de sangre, berberechos o lentejas. Lo importante no es la cantidad de hierro que contengan sino cómo lo absorbe el cuerpo humano.
- Vitamina D: ayuda al cuerpo a absorber el calcio, contribuye a la fortificación osea y previene enfermedades como el raquitismo (y la osteoporosis en adultos). Se encuentra en pocos alimentos de manera natural, principalmente en pescados grasos (salmón, atún), hígado de ternera y en la yema del huevo.
- Omega3: son ácidos grasos esenciales poliinsaturados, necesarios para la función neuronal y el desarrollo cognitivo. Se encuentra principalmente en pescados de agua fría (salmón, bacalao) y en los pescados azules.

 Como resumen, me quedo con las siguientes afirmaciones:
  • De los1 a 3 años los niños definen sus gustos, hábitos, preferencias y establecen su conducta alimentaria.
  • Elhierro tiene unaimportancia especial en la etapa infantil.
  • El hierro de origen animal se absorbe un 25%(sobre todo el hígado y las carnes rojas), el de origen vegetal (lentejas y resto de legumbres, por ejemplo) solo un 5%. La vitamina C ayuda a su mejor absorción. Cuando no hay anemia, además, el hierro se absorbe mejor.
  • La aportación de hierro es mayor con la lactancia materna pese a la fortificación de las leche artificiales. 
  • El 100% de los niños españoles NO ingieren las cantidades necesarias de vitamina D, dato preocupante. Todos los lactantes hasta los 12 meses deben recibir suplemento de vitamina Dpara garantizar su suficiente aporte. La exposición solar ayuda a la absorción de vitamina D. Al ser liposoluble está especialmente presente en la leche entera, a menos grasas (leches semi o desnatadas), menor cantidad de Vitamina D.
  • Importante, evitar la ingestión de más de 500ml de leche de vaca al día.
  • La lactancia maternaes rica en ácidos Omega y DHA, es difícil conseguir los mismos índices en las leches artificiales.
  • La lactancia materna juega un papel muy importante en el neurodesarrollo del bebé gracias a susácidos grasos (DHA)
  • Los niños españoles estánsobrealimentados y aún así presentan carencias nutritivas importantes.


A modo de resumen, las carencias nutricionales se pueden compensar de dos maneras: con una buena alimentación o con suplementación. La suplementación no es la primera vía, es decir, no nos debemos acomodar en los alimentos suplementados para garantizar el suficiente aporte de los nutrientes necesarios, ya que muchas vitaminas son liposolubles y se acumulan en el cuerpo, cuyo exceso tampoco es conveniente. Lo más adecuado esintroducir en nuestra dieta alimentos que garantizan la correcta aportación de los nutrientes necesarios, y solo en caso de intolerancias, mala absorción o déficit significativo, acudir a los alimentos suplementados.

Para finalizar, nada como unas pautas parala correcta alimentación de los niños de 1 a 4 años:
Desayuno completo
Limitar la comida precocinada
No forzar a comer un alimento que rechaza
No prohibir ningún tipo de comida salvo alergia o intolerancia alimentaria (las chuches no son saludables pero prohibirlas puede hacerlas más atractivas).
Precaución con la ingesta de frutos secos, preferible no darlos antes de los 4 años por el riesgo de atragantamiento.
Los niños necesitan comer varias veces a lo largo del día. Para el picoteo, ofrecerles alimentos sanos en detrimento de los poco recomendables.

Tras las intervenciones de los profesionales, llegó el turno de preguntas. Yo tuve la oportunidad de formular mis dudas, aproveché para plantear tres temas diferentes pero a mi entender importantes:
  • - Si creen el el BLW como manera de introducción de la alimentación complementaria fomenta la buena adquisición de hábitos alimentarios. La respuesta no fue clara, al final el Dr. Moreno, que fue quien me respondió a esta cuestión, tiró un poco por la calle del medio. No en contra del BLW pero sí como que no es la única manera ni la mejor para introducir la alimentación complementaria al bebé, que siempre es mejor adaptarse a las necesidades y habilidades del bebé en cada momento, pero que efectivamente comer de manera normal cuanto antes, con seguridad y respetando los ritmos del bebé, favorece una mejor adquisición de hábitos alimenticios y el gusto por los alimentos variados.
  • - Por qué damos tanta importancia a los percentiles los primeros años y parece que pierden importancia a partir de los 3 años. La respuesta fue que adolecemos de "percentilitis". Que tan sano y normal es un bebé-niño en el percentil 3 que en el 97. Que lo importante es mantener la estabilidad en el mismo valor (las oscilaciones es lo que puede ser preocupante) y que los percentiles por sí solos no tienen sentido. Se deben controlar en las diferentes etapas del bebé y valorarlos en su conjunto para descartar cualquier anomalía.
  • - Qué nos hace pensar a los padres que nuestros hijos no tienen carencias nutritivas sin tener que recurrir a analíticas y pruebas médicas. Que no hay más que verlos, si nuestros hijos se alimentan bien, están sanos, activos, felices y no presentan nada que nos pueda indicar una anomalía (los padres conocemos mejor que nadie a nuestros hijos), no debemos preocuparnos.

En ambas charlas no se mencionó en ningún momento la importancia de la ingestión de lácteos para nuestra dieta como alimento indispensable, ni de la marca "Puleva" como tal, no se habló de las bondades de los lácteos enriquecidos ni de la gama de productos de Puleva. De no saber que el evento estaba organizado por ellos, no se hubiera podido deducir de las intervenciones de ambos ponentes. Fueron charlas sobre nutrición infantil pura y dura, sin favoritismos.

Visita a la planta piloto de Biosearch Life

Tras las charlas y un breve cofee-break lo siguiente fue ponernos las batas blancas y acudir al laboratorio biotecnólogico de investigación y desarrollodeBiosearch Life. No, no nos enseñaron la planta de envasado de Puleva, no vimos un cartón de leche ni en el café.

La visita a Biosearch me pareció muy instructiva, yo que soy curiosa por naturaleza. Biosearch es un laboratorio que se dedica a múltiples áreas, no solo alimentación sino también farmacia, por ejemplo. Entre sus especialidades está la de la producción de probióticos -como el utilizado comunmente para el tratamiento de la mastitis-. Allí, por seguridad y protección de datos, no estaba permitido tomar fotografías, así que os tendréis que fiar de mi palabra.

En primer lugar nos enseñaron ellaboratorio, que es como todos los laboratorios. Con sus tubos de ensayo, sus microscopios, sus aparatos, sus botes de muestras... (soy de letras, no me pidais mucho que además no pude tomar nota de nada). Allí se llevan a cabo todas las investigaciones y pruebas con los diferentes componentes para enriquecer los productos lácteos que comercializan.

Luego nos enseñaron la mini planta de envasado, donde se lleva a cabo un proceso de elaboración del producto en menor escala que la planta de envasado oficial, de tal manera que se ahorra dinero a este efecto y se desecha menos producto.

Posteriormente nos llevaron a una sala de pruebas donde los testeadores realizan las catas de los diferentes productospara valorar su olor, sabor, color, textura... Catadores que, dependiendo del producto, pueden hacer cata vista o a ciegas y que pueden ser adultos o niños (dependiendo el producto a probar). Además, pueden ser catadores especialmente formados para ello o catadores sin formación, en función del objetivo de la cata.

Contigua a esta habitación nos mostraron una sala de reposo en la que controlan a los testeadores mediante analíticas: es decir, allí están tranquilos, en reposo, y cada x tiempo (por ejemplo cada hora durante 6 horas) les extraen sangre para comprobar la reacción del producto ingerido en su cuerpo, como por ejemplo la cantidad de glucosa en sangre. Esto solo en adultos, a los niños obviamente no les sacan sangre. Y como no, su correspondiente enfermería para atender correctamente a los testeadores que se someten a los controles de sangre.

Como digo, soy muy curiosa. No tengo reparos en plantear mis dudas y buscar respuestas. Y  tenía dos dudas principalmente,con las que no pensaba volver a casa.

Una de ellas es por qué las leches infantiles enriquecidas contienen tantos azúcares. La respuesta fue que el producto, además de estar enriquecido, debe saber bien. Evidentemente, si no gusta, si no está rico, no se consume. El principal componente que se añade para lograr las cantidades deseadas de Omega3 y DHA es el aceite de pescado, lo que confiere mal sabor a la leche. Y de momento lo único que consigue matizarlo es el azúcar. Que si bien en la información nutricional del producto la cantidad de azúcares puede parecer mayor de la deseada, granparte de ese azúcar es propio de la lactosa de la leche y tan solo un 10% aproximadamente son azúcares añadidos. Y que sus investigaciones persiguen, entre otros fines, reducir la cantidad de azúcar añadidos.

Mi segunda duda es por qué muchas deestas leches incluyen aceites vegetales como los de coco o palma, a priori ricos en grasas trans (las malas, las del colesterol). La respuesta que recibí es que el más utilizado es el aceite de palma, rico en ácido oleico, y que el problema estriba en su hidrogenación (proceso de modificación del producto que se usa para la elaboración de margarinas o bollería industrial, por ejemplo), ya que ahí las grasas monoinsaturadas se transforma en grasas trans, favoreciendo el colesterol y los triglicéridos. Pero no hidrogenado son grasas monoinsaturadas beneficiosas para el organismo. No puedo contrastar esta información, de momento, pero estoy investigando. Es un tema que me interesa muchísimo.

Como podéis ver, para mi tanto las charlas como la visita a la planta biotecnológica fueron muy didácticas y productivas. Me fui de allí con muchísima información muy valiosa. Y lo mejor, no me llevé la sensación de que me quisieran vender algo. Ni de lejos. No se habló de Puleva ni de su variada gama de productos, todo fue orientado a la nutrición infantil, sus necesidades y carencias.

Tras esta intensísima mañana de trabajo (yo lo viví así) tocó de nuevo un tiempo de asueto a modo de comida. De banquete de boda, diría yo. No digo más que esa noche, que salí a tapear por Granada con mis amigas Lou y Bea (y respectivos maridos ) dePintando una mamá, no era capaz ni de beberme un refresco. Comimos en un restaurante de una de las avenidas principales de Granada y no puedo más que decir que estaba todo delicioso, le hago la ola a esos champiñones rellenos. Así como el catering de Las Tomasas no me gustó, la comida del mediodía fue estupenda, estaba todo delicioso.

La pena fue que por más que crucé los dedos no me tocó el Ipad Mini. Me cago en la leche -jajaja, nunca mejor dicho- Teniendo en cuenta que mi única oportunidad de tener un Ipad es que me toque de chiripa en un sorteo, mi gozo en un pozo. Si es que no se puede ser afortunada en todo. Pero me llevé algo que no es poca cosa, una oportunidad de aprender algo más sobre un tema importantísimo en el desarrollo de nuestros hijos, un estancia en una ciudad preciosa, y la oportunidad de pasar un fin de semana "romántico" con mi señor esposo, que también nos hacía falta.

Nosotros decidimos volver al domingo para no tener que hacer cerca de 800km en menos de 24 horas, y pudimos aprovechar esa mañana para caminar tranquilamente por el Paseo de los Tristes, recorrer el Albaicín, subir al Mirador de San Nicolás para contemplar de nuevo La Alhambra antes de irnos y tomarnos una caña acompañada de las deliciosas tapas típicas.


Agradezco a Puleva y a HKStrategies la excelente organización, porque supieron congujar a la perfección ocio y profesionalidad. A Alba, Natalia, Ainara, Blanca, Jorge y Federico, que estuvieron pendiente de nosostras en todo momento e hicieron de este evento una experiencia muy gratificante.

Y a todas las blogueras asistentes porque siempre es un placer y un lujo compartir experiencia con gente tan maja. A muchas ya tenía la suerte de conoceros personalmente, a otras no os conocía, ni vuestros blogs. No os voy a nombrar porque no quiero dejarme a nadie,  pero coñe, que sabéis quienes sois. Bueno sí, especialmente a Mamá Sin Complejos y Planeando ser padres, ¡que os tenía muchas ganas!. Gracias a todas por hacerme pasar una jornada tan agradable.

Si tuviera que matizar algo, diría que, para mejorar, deberían tener en cuenta que si somos blogueras, mujeres y madres 2.0, necesitamos la logística que nos permita estar conectadas sin problemas a internet, ya que en las instalaciones de Puleva (el salón de actos, que fue dónde estuvimos) había problemas de cobertura y el wifi no tenía buena señal, por lo que había momentos en los que no podíamos tuitear aquello que nos parecía intersante. Le daría más tiempo a cada ponencia (entiendo que no se quieran alargar mucho para no cansar pero a veces la brevedad puede causar la sensación de dejarnos a medias), y tener en cuenta, además, que solemos ser muy preguntonas, nos gusta plantear dudas y debatir, y que también necesitamos nuestro tiempo para intervenir.

Y hasta aquí todo, he intentado resumiros el evento dando todos los datos posibles, espero que os podáis hacer una idea aproximada. Aprovecho además para alentar a las marcas y empresas a realizar eventos formativos de este calibre, a tenernos en cuenta también a las blogueras que no residimos en las ciudades principales, que nos faciliten el acceso a este tipo de actividades y no quedarnos con las ganas de acudir por vivir lejos y no poder desplazarnos. Y tener en cuenta también a las blogueras que no están en primera linea -yo entre ellas, que todo hay que decirlo, que una cosa es ser una blogosauria y otra ser VIP, a lo segundo ni aspiro a llegar- y a los papás blogueros, que los hemos echado mucho de menos.

¡Espero que os haya gustado mi ¿resumen?!. Prometo un spin-off en el que hable sobre la alimentación de mis hijos, lo que hacemos bien y lo que debemos mejorar.



I Jornada de Lactancia y Crianza en Aljaraque

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El próximo 18 de octubre, o sea, mañana, se celebrará en la localidad de Aljaraque la "I Jornada de Lactancia y Crianza", en el marco de la celebración en Europa de la Semana Mundial de la Lactancia Materna.


A lo largo de estos años Huelva capital y provincia ha visto emerger diferentes grupos de madres, padres y profesionales, para apoyar estos dos aspectos de la primera infancia de nuestros hijos, la lactancia materna y la crianza respetuosa. Aljaraque es uno de los pueblos que cuenta con un grupo de crianza coordinado por Rosalía Mancheño, matrona y asesora de lactancia, con el fin de promover la lactancia materna y ofrecer apoyo y asesoramiento a los padres del municipio.

Gracias a estos grupos somos much@s l@s madres y padres, yo incluída, que hemos encontrado ayuda y apoyo, tanto físico como emocional, en los momentos de dudas o dificultad a lo largo de la crianza de nuestros hijos, desde su nacimiento. Esto demuestra cuán importante es la red de madres y padres (lo que antiguamente venía siendo la "tribu"), lo positivo que es encontrar un lugar donde la empatía y el espírito de ayuda imperan.

El evento, además, pretende unir durante un día a todos los grupos de lactancia y crianza de la provincia y a sus participates, a lo largo de una jornada donde habrá ponencias, talleres y actividades variadas que podeis consultar en el siguiente díptico.




Para mi es un placer ser parte del evento como instructora de porteo, dando un taller sobre porteo y portabebés ergonómicos, donde hablaremos de sus innumerables beneficios, la ergonomía aplicada al bebé, los diferentes tipos de portabebés y sus diferentes usos.

Así que si sois de Huelva capital o provincia, sois padres recientes, vais a serlo, y estáis interesados en estos aspectos de la crianza, os invito a que acudáis por que sin duda será una jornada muy amena.

Por mi parte, gracias de antemano por participar y ¡ya os contaré!



Las lecturas de mi hijo. Hay vida después de los 6 años.

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No recuerdo en qué entrada, creo que era en la de los cumpleaños de mis herederos, decía que en este blog quedaba historia para rato porque, aunque parece que los blogs maternales solo hablan de la primera infancia, nuestros hijos crecen y, efectivamente, hay vida después de los 6 años.

Y qué vida. Otro día os contaré en qué punto nos encontramos. Me río yo de las cuitas del primer año de vida. A toro pasado, claro, porque parece que una vez encarrilamos a nuestros hijos todo va como la seda, pero cada etapa de su vida tiene sus historias y sus quebraderos de cabeza.

Pero hoy venimos a hablar de lectura infantil, me uno a la iniciativa de mi paisana Merak Luna en su blog Ciclogénesis Implosiva bajo el hastag #HayVidaDespuésDeLos6 y de esta manera os cuentoqué hacemos en casa para fomentar este hábito y qué material usamos.

Lo cierto es que no nos cuesta nada que Iván se siente a leer. Le encanta, siempre ha tenido especial atracción por los libros, desde pequeñito ha sido una de sus principales actividades. Desde que lee solo su afición ha crecido más, pues ya no nos necesita para ello.


Para inculcarle la pasión por los libros son fundamentales dos cosas: darle acceso a ellos y predicar con el ejemplo. Lo primero lo hemos hecho desde que era un bebé, en nuestra casa siempre ha habido más libros que juguetes (y eso que juguetes hay para dar y regalar), y desde bien pequeño, además, lo hemos llevado a ese maravilloso lugar llamado biblioteca. Lo segundo, ahora mismo nos cuesta más porque el tiempo para leer es muy limitado, y normalmente cuando puedo dedicar un rato a leer, suelo dormirme antes de pasar la primera página. Pero lo intento.

Darle acceso a los libros no es solo tenerlos en casa, es que puedan cogerlos con total libertad. En un principio pusimos una estantería biblioteca en la habitación de Iván, pero Iván fue creciendo, la cantidad de libros también, y este verano decidimos poner una estantería mayor en el salón, para tenerlos siemrpe a mano. Y no falla, si están a la vista y al alcance de la mano, es mucho más fácil ver a nuestros hijos entre libros. Aunque es difíci que estén todos ordenados, nomalmente la mitad están en la estantería y la otra mitad repartidos por la casa (incluído el baño, excelente lugar para leer tranquilamente).




A Iván lo que más le gusta son los libros de divulgación. El cuerpo humano, el espacio, los animales, los dinosaurios, libros de geografía, le gusta leer pero también el gusta obtener información a grandes dosis. Así que nuestros principales libros son en esa temática, y son también los que más solicitamos en el servicio de préstamo de la biblioteca pública. Tenemos mucha variedad y solemos aprovechar, por ejemplo, los puestos de libros callejeros que visitamos en verano, donde encontramos buenos libros por poco más de 5-6€, de esta manera podemos hacer buena colección sin gastarnos mucho dinero. Además, solemos pedir en los cumpleaños o reyes magos que se acuerden de los libros. Y así vamos conformando una buena biblioteca, de la que además se beneficia su hermana, pues la tremenda colección de libros para más peques la está disfrutando ahora ella.

Nos encanta especialmente Ediciones Usborne, pues tiene una colección llamada "Conoce por dentro" en la que tratan amplios temas: espacio, cuerpo humano, arte, inventos, animales, ciudades... Son libros resistentes, de cartón grueso, con solapas desplegables, muy ilustrativos y didácticos. De los favoritos de Iván, y tenemos estos tres. Su precio ronda los 10,95€ aproximadamente.


Estos libros además nos sirven como material educativo. Iván los ha llevado en varias ocasiones al colegio y esta semana, que ha tenido su primer control de naturales -las partes del cuerpo y los sentidos- se ha ayudado del libro del cuerpo para completar datos.

Otra editorial que nos gusta mucho es NGV, su colección Chicos Listos es muy asequible y presenta libros de cartón duro con menús desplegables. Yo los he comprado en El Corte Inglés a 6,95€, la pena es que tienen pocos títulos y nosotros hemos elegido los que más gustan en casa. He de decir que tenemos a una pequeña apasionada de los dinosaurios.


Otros libros que también nos gustan mucho (digo nos porque la lectura es algo que disfrutamos de manera conjunta, Iván no necesita compañía para leer pero nos encanta sentarnos a leer juntos) por la temática, por sus ilustraciones y su didáctica. Libros que han llegado en forma de regalo o que he ido adquiriendo a través de círculo de lectores. No hay ni uno que no haya sido releído hasta la saciedad.



Pero si algo caracteriza a esta etapa es que, además de los libros divulgativos, de aprender, que llaman la atención con ilustraciones, es el momento de comenzar con la lectura de verdad, coger un libro, adentrarse en una historia, vivir aventuras, meterse en la piel de un personaje y dejarse llevar por él. Y es así como nos hemos adentrado en el mundo de dos personajes infantiles muy conocidos.


He de decir que, si bien el famoso roedor es el personaje literario infantil de moda, a Iván no acaba de cuajarle. Le gusta todo lo que tenga que ver con él, así fue el libro de actividades de verano elegido, y el atlas de animales de su temática también le gusta. Pero por algún motivo los libros no le acaban de enganchar. Sin embargo el otro día, durante una tutoría en su colegio, la psicóloga le dejó escoger un libro para leer mientras estábamos reunidos y eligió el de Kika Superbruja de ka imagen. Y le encanta, teniendo en cuenta que parece literatura más para niñas. Se nota que aquí no hacemos esa clase de discriminaciones y que a él lo que le importa es que la historia le enganche.

Y es así como nos adentramos en la lectura comprensiva, donde tiene que conocer a los personajes, conocer la historia y de paso aprendemos vocabulario, ortografía, puntuación, entonación... Cada vez que lee un capítulo hablamos sobre él: ¿quiénes son los personajes?, ¿qué ha pasado en el capítulo?, y así le realizo una serie de preguntas y establecemos un coloquio, porque no vale con leer, hay que saber lo que se lee, es fundamental.

Aunque son más las veces que Iván se sienta a leer solo (como digo, por suerte no le tengo que decir que ela, es una de sus aficiones favoritas), procuro que lea en voz alta porque a veces lee tan rápido que se salta palabras o las lee mal, por lo que prefiero escucharlo y corregirlo para que se centre en lo que está leyendo, no en acabar antes, y que comprenda bien lo que está leyendo.

A veces, si lo cojo con ganas, hacemos un pequeño dictado para, a la vez, refozar la escritura y la ortografía. Pero tamopoco quiero agobiarlo, a veces puede ser una tarea tediosa y que rechace leer por no tener que escribir antes. La lectura tiene que ser divertida, tiene que apetecer.

Otro libro por el que se interesa muchísimo, y que vamos leyendo poco a poco porque su lectura cuesta para ser un niño de 6 años, es la saga de Harry Potter. Está obsesionado, empezó con el juego de ordenador de Lego, siguió con las películas y cuando descubrió en casa de la abuela el primer libro se lo trajo bajo el brazo. Es una lectura recomendada para niños a partir de 9 años pero él se ha empeñado. Es un libro con mucha letra y muy concentrada (comparado con los mencionados anteriormente, por ejemplo) por lo que se cansa más al leerlo y tenemos que estar papá o yo con él, de apoyo. Lo que hacemos es que vamos leyendo párrafos de manera intercalada para aliviar la carga de la lectura. Pero ahí está, que ni por esas lo deja, le encanta. Está claro que le gusta la literatura fantástica y la temática de la magia.



No exagero si os digo que en verano tuvo una soberana pataleta porque no le dejábamos leer El Señor de los anillos. Porque, gracias de nuevo al juego de ordenador de Lego, sabe más de ese universo que yo misma, que me lo he leído cerca de 4 veces y no se cuántas más he visto la saga. Pero me parece ya mucha tela para un niño tan pequeño, ya tendrá tiempo para ello.

La lectura es placer, es disfrute. La lectura te permite soñar, imaginar, vivir aventuras que en al vida real son imposibles. Despierta la imaginación, aviva los sentidos, la lectura es estimulación, es un aprendizaje pasivo pero muy efectivo. La clave es fomentar el hábito de manera divertida, sin que sea una imposición, porque lo que se hace obligado no mola. Cuántos libros hay que no leí en el insituto porque me obligaban a ello y los tachaba de rollazo y cuando fue una lectura voluntaria, que salió de mi, los disfruté como no había imaginado que haría.

Eso es lo que les quiero inculcar. Que la lectura es una actividad tremendamente divertida. Que no hace falta devorar cientos de páginas de una atacada, que hay que disfrutar cada página, poco a poco, entender lo que se lee, conocer a los personajes, vivir la trama. Que podemos leer en familia, pero también podemos leer solos, todo tiene su momento.

Y vosotros, ¿leéis con vuestr@s hij@s?, ¿os cuesta que vuestros hijos lean?, ¿cuáles son vuestros libros favorit@s?. Seguro que podeis hacerme un montñon de propuestas que desconozco.


Hay vida después de los seis años" es una iniciativa en la que queremos implicar al mayor número posible de blogs con el fin de hacer más visibles los problemas y situaciones que viven las familias con niños que han dejado ya atrás la primera infancia. Hijos en edad escolar, preadolescentes, adolescentes... todos tienen cabida aquí. Si estás interesado en aportar tus experiencias sobre el tema propuesto, no tienes más que publicar bajo el hashtag #hayvidadespuesdelos6 el tercer lunes de cada mes.

Los hijos a partir de los 6 años...Otro mundo

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Nadie puede decir que esto de la maternidad es un camino fácil, pero es un hecho verídico y constrastado que donde más fuerzas invertimos, a priori, es en los primeros años de nuestros hijos. Pensamos  que si damos nuestro bebé la crianza, la educación y el entorno ideales -entiéndase por ideal el concepto que cada uno tiene de lo que es mejor- el resto va a ser coser y cantar.

Tururú.


Escribo un post, lo publico, decido moverlo por las redes sociales. Me voy a G+ y a las chorrocientas comunidades a las que pertenezco (no se muy bien qué utilidad tienen, o yo no se la encuentro, pero como dicen que hay que estar ahí, pues ahí estoy). Comparto el post en cada una de ellas y ahí empiezan mis titubeos: ¿en qué categoría coloco el post?.

Embarazo, bebés, maternidad, crianza. Son las categorías reinas de estas comunidades en especial y de la vida maternal 2.0 en general. Es obvio que la blogosfera y el movimiento maternal se centra en la primera infancia. Y es que nos preocupa tanto la etapa del embarazo y la crianza, que volcamos todas nuestras inquietudes, dudas, opiniones, experiencias de una manera más apasionada en este momento de nuestra vida, de sus vidas.

Las categorías referentes a la segunda infancia brillan por su ausencia. Y es en esta etapa cuando servidora se siente medio sola y más que perdida al intentar encontrar respuesta, posibles soluciones o al menos un poco de consuelo ante las cuitas de un niño de 6 años 

Los hijos crecen, ¡vaya si crecen! y mucho más rápido de lo que nos creemos. Sin embargo, pocos blogs crecen con sus hijos, poco se lee sobre la segunda infancia en la esfera maternal. No se si es que esta etapa es menos atractiva, parece más resuelta  o si es que muchas madres/padres pierden interés o ganas de seguir compartiendo sus experiencias.

Quizás es, simplemente, que asumimos las nuevas dificultades que surgen como fracasos propios, y reconocer que no está siendo fácil es culparnos de ello, directamente. Idealizamos tanto la perfecta crianza que, si algo no va bien en algún momento no es porque los niños crecen, maduran y todo viene en el pack, sino porque directamente hemos fallado en algo. Si nuestro hijo no se comporta como esperamos que lo hago lo primero que pensamos es"¿Qué he hecho mal?".

Yo al menos me siento así. Maldita autoexigencia y perfeccionismo.

Lo que sí parece es que los niños a partir de los 6 años no llaman tanto la atención. No tanto como un bebé, que es muy mono, muy gracioso, achuchable hasta el infinito y más allá, que nos emociona con cada mínimo detalle, cada cosa nueva que hace. Y es normal, porque más que he babeado y presumido yo de bebés no lo hace nadie seguro, y para muestra, este blog.

Yo ya no tengo bebés, es una obviedad. Pero sigo teniendo dudas, opiniones, experiencias y mil quebraderos de cabeza que necesito compartir. Es más, creo que ahora me estoy enfrentando a una dura etapa de la crianza de mis hijos, ahora si cabe tengo más miedo y más inseguridad porque creo que cada fallo mío puede pasar una grave factura. Sigo sintiendo la necesidad de compartir mi experiencia, mis dudas, los buenos momentos y las dificultades. Quizás no lo hago tan a menudo como antes por falta de tiempo o porque precisamente ahora mis hijos me demandan más y me dejan menos tiempo para mi desahogo personal.

Es la pura realidad. Yo creía que lo importante eran sus primeros años. Y lo son. Pero no menos que los que vienen luego. Es algo de lo que te das cuenta conforme va viniendo. Porque los niños crecen, aprenden, se desarrollan, adquieren habilidades y cierta independencia pero a la vez nos siguen necesitando tanto en nuevas facetas de su vida que es imposible relajarnos. Cada nueva etapa de su vida son nuevos matices, nuevos conflictos que posiblemente no nos esperábamos encontrar.

¿En qué momento me encuentro con mi hijo de 6 años?. Pues en uno delicado, la verdad. Con 6 años mi hijo está ya medio criado y parece que todo debiera ser más fácil. Pero con 6 años los niños piensan por sí mismos, deciden o quieren decidir determinadas cosas, su independencia ideal choca con su dependencia real... no es fácil.

Yo creía que, una vez creciera, no me iba a necesitar tanto, no tanto como cuando era un bebé. Y ahora creo que me necesita todavía más, qué contradicción. Porque ahora tiene capaz de raciocinio y de comunicación, ahora si no estoy con él, o si no puedo hacer con él algo en un momento determinado me espeta un "jo mamá, es que nunca tienes tiempo para mi". Un bebé llora pero no te dice esas verdades que te paralizan en corazón por unos segundos.

Ahora es cuando de verdad puedes llegar a sentirte la peor madre del mundo por un reproche, una contestación, por una verdad sin anestesia.

Mi hijo me necesita mucho, no se si más que antes, pero no menos, eso seguro. Ya no va al colegio a jugar, ahora toca estudiar. Deberes, trabajos, controles, extraescolares, el cambio de infantil a primaria es radical y necesita que esté ahí, pendiente de él, a ayudarle a organizarse y a emprender una nueva etapa con rutinas, tareas y responsabilidades que antes no debía asumir.

También es una etapa en la que surgen nuevos miedos, inseguridades, confrontaciones con los compañeros, dudas existenciales, debilidades, fragilidades, complejos... Ese momento en el que no encuentras respuesta para muchas de sus preguntas. Ese momento en que debes ofrecerles herramientas para enfrentarse a las diferentes situaciones que se les plantea y enseñarles a usarlas.

Rebeldía, desafío, llamadas de atención, mal comportamiento, llantos... Y decíamos de las rabietas. Un niño de 6 años no tiene rabietas, se enfada con motivos. Sus motivos, sí, que nos pueden parecer absurdos, pero para ellos ahora mismo todo es un mundo. Y cuando asoma el cansancio y la paciencia desaparece (para ambos), te dan ganas de coger la puerta e irte sin mirar atrás, sobre todo por no hacer algo de lo que te puedas arrepentir.

Sí, hasta hace poco pensaba que lo duro de la maternidad era el comienzo y que lo demás vendría rodado. Qué ilusa. La maternidad es una carrera de fondo llena de mil obstáculos, cuando crees salvado uno y te tomas un momento para respirar y reponer fuerzas, enseguida llega otro.

No debemos menospreciar lo que viene después de la primera infancia. Nuestros hijos se forman como persona día a día, y cada día que pasa es igual de importante que el anterior. Todo lo construido los primeros años se puede venir abajo si no seguimos pendientes de mantener esos cimientos en perfectas condiciones.

Para mi lo realmente duro y difícil comienza ahora, y me está costando. Solo espero estar a la altura, ofrecerle a mi hijo lo que necesita, saber responder a sus necesidades y no perder la paciencia en el camino.




Ideas y trucos para celebrar Halloween con los niños

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Es un hecho real, verídico y evidente, que Halloween se ha implantado en nuestro país de manera aplastente, aunque nos pese, para bien o para mal. Y es que entre la globalización y lo que nos gusta una fiesta, raro es que haya tardado tanto en normalizarse.


Reconozco que siempre he sido reacia a esta celebración por el hecho de no ser una tradición propia, no sentirla nuestra. Sin embargo, recuerdo que de niña me moría de ganas por celebrarla, sobre todo cuando veía alguna peli americana ambientada en ella.

Así que ahora que soy madre y que cada vez está más presente en nuestra sociedad, no puedo evitar dejarme llevar y celebrarla, no ya por mi, que me pilla grandecita (aunque me sigue gustando más un disfraz que a mi gato dormir), sino por los niños, porque para ellos es my divertida y no entienden de cultura ni tradiciones, sobre todo con la multiculturalidad.

En el cole, al ser bilingüe inglés, la celebran como medio de conocimiento los diferentes aspectos culturales de su lengua extrangera. Imposible librarnos.

Así que este año decidí, además de prepararles los disfraces (aprovecharíamos los mismo del colegio para la calle, si se terciaba salir ese día), decorar un poco la casa para darle una sorpresa a los niños y preparar algo especial para comer. Al final no pudo ser todo por una serie de catastróficos improvistos de última hora.

Vamos al lío. El jueves fue la fiesta en el cole de la peque, que decidió que quería disfrazarse de bruja con  escoba para volar y gorro. Lo que vienen siendo todos los avíos brujiles. Ahí que me fui yo a comprar un disfraz pero no me gustaba ninguno, demasiado "perfectos". Fui al chino a acompañar a una amiga que iba a comprar cuatro tonterías para ella y allí vi unas faldas de tul por poco más de 2€. Cogí  una en negra, con la previsión de que era muy apañada y podría servirme para diferentes disfraces. Aproveché y compré una escoba y un gorro de bruja tamano niña. Y de paso, un par de guirnaldas con forma de araña en su tela y gatos negros, y una tela de araña con arañitas. Ahora que lo pienso, mi niña podía haber ido de reina de las arañas. Ya tengo idea para el año que viene. No me gasté ni 5€ en total

Me di una vuelta por varias tiendas de niños y en H&M encontré lo que buscaba, una camiseta morada de manga larga. Ideando, ideando, se me ocurrió tunear la camiseta para darle un aire brujil, pensé que podía quedar bien un gato negro así que compré un poco de fieltro negro y, usando uno de los gatos de la guirnalda como plantilla, hice la aplicación a la camiseta.  Por aquello de no matarme demasiado la pegué con adhesivo textil, si me tengo que poner a coser os aseguro que no empiezo.

Como tenía pegamento de purpurina en casa (la manía que me ha dado por ir comprando cada vez que puedo cosillas para hacer manualidades, por lo que pueda pasar), le hice un borde decorativo al gato y dibujé una telita de araña al lado. Luego, para darle más realismo, se me ocurrió pegar sobre el dibujo un trozo de la tela de araña que había comprado, rematando la decoración con una arañita negra.

El último detalle fue ponerle unos lazos de tul a la camiseta en los hombros, para darle un toque. Como la falda tenía tres capas, a la superior le recorté unos 10 cm, dejándola más corta (os juro que no se notaba nada) y de ahí saqué para dos lazos. Pero como quedaba sosa, como que le faltaba algo, se me ocurrió hacerle un volante de tul al cuello, y con lo que había cortado tenía de sobra.



Me encantó el resultado. Chapucero, todo hay que decirlo, pero era diferente y único, no habría dos iguales. Y lo mejor es que a mi niña le gustó aún más. Con los accesorios y el maquillaje improvisado con sombras y lápiz de ojos, estaba para comérsela.


Mi príncipe decidó a última hora disfrazarse de enfermero zombie. Pasó de zombie a secas a vampiro, demonio, esqueleto... pero lo que más cobraba fuerza era la idea del zombie. Lo que no se es de dónde sacó la idea de ser enfermero zombie. Así que la tarde anterior a la fiesta del cole me volví loca buscando disfraz o apaño. Con tiempo le hubiera podido hacer algo totalmente casero, pero tuve que rendirme a comprarle un disfraz, no sin antes intentar encontrar bolsas de basura grandes, gruesas y verdes o blancas para ello. Imposible. Las blancas era pequeñas y muy finas, el resultado iba a ser muy cutre, y las verdes eran algo más grandes pero olían a pino. Y hasta donde yo se, los zombies deben oler a todo menos a pino.

En mi búsqueda del disfraz casero logré que mi matrona me facilitara unas mascarillas sanitarias, casualidad que la tienda de disfraces estaba cerca de su centro de salud y que ella estaba allí en ese momento. Encontramos un disfraz perfecto y batante asequible, así que ya lo teníamos todo.

Lo mejor fue cuando llegué a casa a eso de las 9:30 de la noche, después de no haber parado por casa más que para comer, y veo en el grupo de whatsapp de madres del cole (esto se merece post aparte y prometo hacerlo) que había que llevar algo de comer al día siguiente. Hubiera elegido muerte.

Por suerte me he convertido en una madre de recursos y en mi casa nunca falta lo necesario para hacer un bizcocho. Así que decidí hacer un bizcocho de chocolate y tunearlo para que pareciera una calabaza. La idea inicial que me pasó por la cabeza fue la de cubrirlo con fondant naranja y decorarlo pero uffff la pereza infinita y las ganas de meterme en la cama me hicieron desistir de la idea. Así que le dije a mi santo que recortara unos triángulos y lo que venía siendo una sonrisa de calabaza de halloween y lo utilizaría como plantilla para decorar el bizcocho con azúcar glass. Simple pero efectivo. Del bizcocho no quedaron ni las migas (ni el plato, aún estoy esperando que me lo devuelvan).



La fiesta de la niña fue el jueves, la del niño fue el mismo viernes. Viernes de Halloween empezó de miedo, por decirlo de alguna manera. Imaginadme saliendo de casa con el tiempo pegado al culo después de vestir y maquillar al enfermero zombie, con una niña protestando porque también quería llevar su disfraz de bruja y un bizcocho en la mano. La fatalidad quiso que, camino del cole de la niña, una de las ruedas del coche decidiera darse de baja. En el momento en el que sentí un ruido raro en el coche y se me pasó por la mente la idea de "mierda, he pinchado una rueda", no me lo podía creer.

Yo no se cambiar una rueda, y más la del coche grande, que solo buscar el gato en el coche es como buscar un tesoro sin mapa, os lo juro. Las piezas están repartidas por el coche a mala leche. Y para más inri yendo en minifalda, seguro que no me habrían faltado ayudantes.

Así que bajé a los niños, al bizcocho, dejé el coche aparcado a mitad de camino y hala, caminata mañanera. La niña llegó a tiempo al cole pero mi enfermero zombie tuvo que llegar cerca de 20 minutos tarde, el tiempo de dejar a su hermana y esperar al autobús. Imaginadme caminando a esas horas de la mañana con dos niños, uno disfrazado pa cagarse de miedo, y con el bizcocho bajo el brazo. Porque mi niño iba auténtico pero auténtico, el chofer del autobús alucinó al verlo.


Así que el puto pinchazo del coche me fastidió toda la mañana y no tuve tiempo de preparar los huevos araña y las salchichas dedos de muerto. Al menos pude decorar la casa con las guirnaldas y la tela de araña, tardé un par de minutos y aunque no era gran cosa, al menos hacía ambiente. Y lo más importante, mis niños se sorprendieron mucho al llegar a casa y les encantó la idea.



Por la tarde quedamos con unos amigos, que ella es canadiense y celebra esto de Halloween con más intención y tradición, en la zona donde viven porque celebraban una fiesta y había un recorrido de truco o trato por las casas y comercios, no era mal plan. Y para mi gozo, ¡los adultos también se disfrazaban!.

Así que decidí disfrazarme y en un principio mi idea era tirar de mi disfraz de vampira, pero al probármelo me quedaba enorme y horroroso. Y no era ese la clase de miedo que quería dar. Pensando en la temática zombie, y que en cuestión de zombies todo vale, recordé que tenía una minifalda de cuadros de hace por lo menos 10 años. Y la encontré. Recordé que tenía una blusa blanca de cuando trabajaba en esos grandes almacenes que todos conocemos. Y la encontré. Rebusqué en el cajón de las medias algunas que parecieran apropiadas, y las encontré. Solo me faltaba una corbata. No, no la encontré. Pero me había sobrado fieltro negro del gato del vestido de mi niña y, sin plantilla ni nada, recorté una corbata a la que me bastó ponerle un elástico para fijarla.

Así me convertí en colegiala zombie por una tarde. Lo mejor de todo es que la gente me veía y me decía que iba genial, que parecía un disfraz comprado a propósito. Al menos le he dado uso a esa ropa que llevaba siglos guardada, lo que me daba miedo era no entrar en esa falda talla mini jajaja.

Y nos fuimos a trucootratear toda la family (menos papá, que iba disfrazado de sí mismo jajaja).



Como no, hubo recuento de chuches recaudadas, digo yo para qué si a mis hijos no les gustan. Pero el caso es pedir y acumular, a eso no le hacen ascos.



Ahí no quedó todo porque si nuestra intención era volver pronto a casa, al llegar a la plazoleta nos encontramos a todos los vecinos en la calle, muchísimos niños y adultos disfrazados, compañeros del cole (del antiguo y del nuevo), y no pudimos evitar quedarnos. Lo más curioso fue que visitamos algunas casa de vecinos que las habían decorado como auténticas casas del terror, con sus habitantes disfrazados saliendo de debajo de una mesa o tras una puerta. Imaginaos esa mezcla de diversión y pánico absoluto en los niños. Estuvo genial, toda una sopresa tratándose de mi barrio.
 
Así que, resumiendo, para celebrar Halloween con los niños os propongo:

- unos disfraces caseros (sin aguja e hilo también se consiguen)
- una decoración terrorífica (y reutilizable, si es posible)
- un menú de miedo (no hace falta ser Adriá para hacer algo resultón)
- la compañía de amiguitos para trucootratear (imprescidible).

Podeis acompañarlo de:
- alguna manualidad (hacer guirnalda de arañas o murciélagos con rollos de papel higiénico no cuesta nada)
- una película típica (viva Tim Burton y su "Pesadilla antes de Navidad")
- una banda sonora molona, si incluye coreografía, mejor (quien dice Thriller dice el baile de los esqueletos)



Y vosotros, ¿celebráis esta fiesta? ¿Os gusta? ¿Qué hacéis para ello?

Fácil y delicioso bizcocho "cuatro cuartos de cacao"

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Hace un tiempo me propuse empeñarme en serio aprender a hacer repostería decente y que mis hijos se rechuparan los dedos con ella. Por ello me llena de orgullo y satisfacción -no os riaís que os conozco- decir que doy este hecho por logrado, con nota.

O al menos eso dicen mis hijos, que no solo me piden insistentemente que les haga bizcochos y madalenas sobre todo, sino que se relamen con mis creaciones y no dejan ni las migas.

Sí debo matizar que en mi casa no cabe un postre que no lleve chocolate. Alguna vez cuelo una tarta de queso o un pudding pero en esos casos somos santo padre y yo quienes damos buena cuenta de ello. Mis hijos, como su señora madre, son adictos al chocolate y por eso debe ser siempre un ingrediente imprescindible.

Así que son muchas las recetas chocolateadas que voy dominando. Hoy os traigo una que, además de un resultado realmente delicioso, es tan fácil de hacer que es delito no intentarlo. Os lo aseguro. Es la receta que elegí para el improvisado bizcocho de chocolate disfrazado de calabaza de Halloween que os contaba en el post anterior.

La receta está sacada des libro de Larousse "Los aromas del chocolate". Aprovecho para contar anécdota. Resulta que me lo trajeron los reyes magos y yo, cuando abrí el regalo y vi el nombre, di por hecho que al abrir las tapas me encontraría un muestrario de diferentes chocolates del mundo para catar según me indicara el libro. Porque además el libro tiene forma de tableta de chocolate, ahí, engañando a la vista. Mi gozo en un pozo. El libro no tenía más que páginas, te indica como desgustar el chocolate pero las muestras búscatelas tú, bonita. Con las ilusiones que yo me había hecho.



Bueno, vamos a la receta. De este libro he sacado muchas y casi todas me han dado muy buen resultado. Esta en concreto la probé para la tarta que improvisé en el cumpleaños de Iván (tenía varicela, habíamos aplazado la celebración pero la familia decidió visitarnos esa tarde para soplar las velas con él) Y la respuesta general fue "¡Qué buenísima que está esta tarta!".

Vaya por delante que en esta receta no encontraréis fotos espectaculares. Porque lo cierto y verdad es que cuando caigo en la cuenta de hacer alguna foto lo tengo manga por hombro o ya le hemos hincado el diente, ¡soy un desastre!.

BIZCOCHO CUATRO CUARTOS DE CACAO



Ingredientes (para molde de 26cm)

- 250gr de mantequilla
- 250gr de azúcar en polvo
- 250gr de harina
- 5 huevos
- 1 sobre de levadura química
- 40 gr. de cacao amargo (yo uso cacao puro Valor)

Preparación

Precalentamos el horno a 160º.

En un cazo, derretimos la mantequilla sin que llegue a hervir y dejamos templar (yo la cambio de recipiente y la vierto en uno de mayor diámetro, para facilitar su enfriado en menos tiempo).

Batimos los huevos con el azúcar hasta que blanquee la masa, añadimos la mantequilla derretida y posteriormente la harina tamizada con la levadura (podéis sustituirla por harina con levadura integrada, yo lo hago siempre) y el cacao (yo también lo tamizo).

Engrasamos un molde con aceite (yo uso spray desmoldante, es lo más práctico que se ha inventado en esto de la repostería), y vertemos la masa en el molde.

Horneamos unos 40 minutos aproximadamente, estará hecho cuando al pinchar con un palito éste salga seco (eso es lo que dice la receta, yo normalmente lo suelo hornear más porque en ese tiempo aún se mancha el palito).

Una vez hecho lo dejamos enfriar unos minutos sobre una rejilla y lo desmoldamos con cuidado para dejar que se enfríe totalmente.



Ya está, más sencillo no puede ser. Solo falta cortar un trocito y deleitarnos con su maravilloso sabor.



Ahora vienen los pequeños cambios que podéis hacer.

No se qué origen tiene este bizcocho (el libro no dice nada sobre ello) pero está claro que no es español, ya que nuestra repostería suele utilizar aceite en lugar de mantequilla. Es por eso que si queréis podeis cambiar la mantequilla por aceite de girasol en la misma cantidad. Yo no lo he hecho completamente, pero sí he sustituído una parte (por no tener suficiente). Es cierto que el bizcocho queda un poco prieto y creo que con el aceite ganará en esponjosidad.
También podéis darle un toque de vainilla con azúcar vainillado o vainilla en pasta, o de limón o naranja con un poco de ralladura de su piel


¿CÓMO PRESENTAMOS EL BIZCOCHO?

Pues como gustéis. Podéis dejarlo tal cual, rellenarlo de mermelada, alguna crema, cubrirlo con ganaché o glaseado de chocolate (con leche, negro o blanco), o simplemente con un poco de azúcar glass. A mi me gusta el toque de azúcar glass, pero normalmente los bizcochos los suelo dejar tal cual.


Podéis añadir fideos o pepitas de chocolate, frutos secos, creo que es un bizcocho que admite muy bien estos elementos.

Es un biscocho ideal para tartas por su consistencia, no lo he probado con fondant pero estoy segura de que aguantará perfectamente y dará muy buen resultado.

Así quedó para el cumpleaños de Iván, el relleno y la cobertura era de ganaché de chocolate negro (¿os he dicho ya que somos adictos al chocolate?) y decoramos con conguitos de colores y kit kat de chocolate blanco y negro (la foto demuestra que algún ansia viva metió el dedo en la decoración antes de soplar las velas).



Como veis es una receta tan sencilla que hasta la pueden hacer los niños, y contiene ingredientes habituales, que solemos tener en casa, no tendremos que volvernos locos buscando ingredientes especiales.

Así que os animo a prepararlo y que me contéis el resultad. Yo, tras esto, creo que voy a hacer uno para el desayuno... ¡Bon apetit!


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