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Channel: la aventura de mi embarazo
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Ese extraño virus que contagia a media blogosfera maternal

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Desde hace unas semanas hay un virus que pulula por la blogosfera maternal. No tenemos claras sus intenciones pero sí que afecta a cada vez más blogueras, cual plaga bíblica.

¿Que de qué virus hablo? Pues sí, de ese que te tiene con el cuerpo raruno durante 9 meses aproximadamente y que luego te deja un regalito en forma de bebote. Sí, ese.



Efectivamente, los embarazos masivos pueblan la blogosfera maternal y el virus corre como por el monte las sardinas tralalá -o tralalí, que bien le habéis dao al tema-. Para que luego se diga que la maternidad deja la vida sexual pal arrastre y que las madres no damos abasto con la crianza, la casa, el trabajo y para más inri, el blog. Pues toma, se ve que sí hay tiempo pal arrejunteo marital, y a los hechos me remito.

Barajo algunas hipótesis sobre es repentino estado de buenesperanzismo:

- Contribuir con el crecimiento de la natalidad en el país, que a este paso no tendremos quien nos pague las pensiones cuando seamos viejetas.
- Sacarles a las marcas esas a quienes tanto gustamos las blogueras más regalillos por la patilla.
- Tener tema blogueril para al menos 18 meses más -como mínimo- y no tener que volver a pensar... "uff, a ver de qué hablo hoy en el blog".
- Hacer mala competencia para coger carrerilla en el ránkin de +Madresfera -el día que vuelva-.

No llevo la cuenta pero cada día aparece una bloguera preñada más, como cuando vas al monte a por setas. Algunas ya avanzadas y con dos bebotes de golpe, que digo yo, ¿cómo os habéis aguantado sin decir nada por esa boquita?. Pues que sepáis que todas, las que traéis una o dos -¿alguna que espere trillis en la sala? que levante la mano porfaplease-, me habéis alegrado infinito con vuestro estado.

¿Qué hacer entonces? En mi caso tengo dos alternativas, plastificarme entera o irme a vivir a un convento de clausura de esos en los que te ponen un candado... ahí. No sea qué, que la cosa está muy achuchada y ya llego a fin de mes haciendo un tetris con dos polluelos, no quiero pensar qué sería con tres.

Vale, dejémonos de tonterías. Sí, en el fondo me dáis envidia, envidiaca de la mala, para que os voy a engañar. Yo también quiero una barriga, no me importaría incluso que fuera doble, porque me encanta un embarazo y porque quiero tener más hijos, dar más teta y portear full time, es así. Es mi cruz de todos los días, sentir que quiero ser madre de nuevo y saber que ahora NO puede ser. Así que me tenéis loca, como la que está a dieta estricta y le ponen todos los días por delante un coulant de chocolate con nata y dulce de leche. Tal cual.

Esto está sucediendo en un mes fatal para mi, mi mes. Porque en mis dos embarazos mi FUR fueron el 19 y 17 de octubre respectivamente, con 3 años de diferencia entre ambos, por lo que si siguiéramos la progresión, este mes "toca". Pero no, pese a que esa lucha interna se debate a hierro diariamente en el interior de mi cabeza, vamos a hacer de oca a oca y a seguir jugando. Mirad, jugar al parchís, buena actividad en pareja que no entraña riesgo de embarazo --a no se que sea el strep-parchís, que ya sabemos cómo acaba luego la partida--.

No obstante yo sigo echando primitivas a ver si se tercia que me hago millonaria de un día para otro y me pongo a tener chiquillos pa montar mínimo un equipo de fútbol, que no se diga que no tengo esperanza, que es lo último que se pierde.

Así que, como hace muchísimo que no hablo del embarazo, y este blog en principio era sobre ello, mañana os regalaré un consejín de esos que vienen bien a los comienzos. Aunque seais secundíparas y ya lo sepáis todo, nunca está de más, y me apetece compartir algunos consejillos con vosotras. Así lo mismo me quito el monazo de preñamiento.

¡¡¡FELICIDADES A TODAS LAS FUTURAS MAMÁS BLOGUERAS!!!



Los complementos vitamínicos durante el embarazo

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En el post de anterior, a colación de la cantidad barrigas preñiles blogueras, prometí que la siguiente entrada sería con un consejo de estos que tantos te dan en el embarazo.

Vale, sí, esta entrada iba a ser publicada hace dos días pero la logística laboral y familiar me lo ha impedido. Hoy tampoco lo tengo fácil, una niña febril y quejicosa, una casa donde reina el desorden y un negocio que atender, es uno de esos días en los que tengo el convencimiento pleno de que no llego. Eso sin pensar que en teoría esta tarde cogemos carretera y manta rumbo al Málaga Familiar organizado  por Una bichillo en casa. Vaya, que voy más ajustada que... me voy a ahorrar la comparación.

Pues bien, vamos al tema. Tras la sorpresa de esas dos rayitas que nos cambian la vida, toca la primera visita al médico o matrona para que nos cuente de qué va esa cosa llamada embarazo. Si eres primeriza es toda una novedad, si eres de las que le ha cogido regusto y repites experiencia puede que te venga bien recordar las recomendaciones al respecto.

Desde el comienzo del embarazo lo primero que nos prescribe el médico son complementos vitamínicos, en concreto dos:ácido fólico y yodo. Complementos totalmente necesarios durante el embarazo y que ayudarán a suplir las carencias de nuestro cuerpo de dichos componentes en nuestro estado de buena esperanza.

El ácido fólico, de hecho, se recomienda empezar a tomar unos 3 meses antes del embarazo, esto es si estás buscando, ya que si llega por sorpresa nos habrá pillado el toro. Así que si váis a por vuestro pedacito de vida, no está de más empezar a tomar ácido fólico durante la búsqueda.

EL ÁCIDO FÓLICO DURANTE EL EMBARAZO

El complemento de ácido fólico durante el embarazo ayuda a prevenir en el desarrollo del bebé los defectos de tubo neuronal (defectos congénitos del cerebro y la médula espinal como la espina bífida y la anencefalia), defectos cardíacos congénitos y malformaciones del aparato urinario. Nuestro cuerpo no produce por sí solo el ácido fólico necesario para llegar a los 400 mcg/día y por ello debemos complementar con un suplemento específico.

EL YODO DURANTE EL EMBARAZO  

El yodo en el ser humano es fundamental para el correcto funcionamiento de la hormona tiroidea y prevenir el hipotiroidismo. Durante el embarazo aumentan los requerimientos hormonales dada la naturaleza del propio estado y debemos suplementarlos de manera externa. Teniendo en cuenta que, además, en España sufrimos un déficit de yodo generalizado, es de obligación complementar esta vitamida durante el embarazo.
Mantener los niveles adecuados de la hormona tiroidea ayudarán al crecimiento y maduración del sistema nervioso central de nuestro bebé.
LA OMS establece que el requerimiento mínimo diario de yodo durante el embarazo y la lactancia es de 200 mcg/día, a diferencia de los 150 mcg/día en mujeres no gestantes.

CÓMO COMPLEMENTAR

Una buena manera es  ayudarnos de los alimentos para regular los niveles necesarios de yodo y ácido fólico durante el embarazo.

El ácido fólico está presente en frutas (melón, aguacate, naranja, plátano) y verduras de hoja, espárragos, tomates, pepinos, cereales, frutos secos, legumbres, hígado entre otros, ayudarán a elevar sus niveles.

El yodo lo encontramos en mariscos (mejillones, gambas, langostinos y camarones principalmente) algas comestibles y pescados como el salmón o el bacalao, en verduras como la cebolla, el ajo, la remolacha, las acelgas, las espinacas, el pepino, judías verdes y los berros. Pero sobre todo en la sal yodada que empleamos para sazonar nuestras comidas.

Para asegurar que aportamos a nuestro cuerpo las dosis necesarias de yodo y ácido fólico durante el embarazo, es normal que en la primera visita al médico o matrona nos prescriba un complemento vitamínico específico de cada uno o combinado.

CÓMO LO HICE YO EN MIS EMBARAZOS

Cuando decidimos buscar nuestro primer embarazo tenía conocimiento de la recomendación de tomar ácido fólico al menos tres meses antes de lograr el embarazo, y así lo hice. Aún sin buscar, pero con la idea de hacerlo antes o después, comencé a tomar ácido fólico por mi cuenta. Cuando por fin me quedé embarazada -fue rápido, afortunadamente-, en la primera visita me prescribieron durante todo el embarazo ácido fólico y yodo que tomaba de manera independiente. Tuve un buen embarazo y no me suponía un problema tomarme dos pastillitas.




Coincidí embarazada con una compañera de trabajo a la que en lugar de prescribirle ácido fólico y yodo por separado, se lo prescribieron combinado en un conocido complemento vitamínico, Natalben. Así que mientras yo me tomaba dos pastillitas al día ella solo se tomaba una.

Cuando buscamos el segundo embarazo de igual manera empecé a tomar ácido fólico con tiempo, e igualmente vino rápido el positivo. En mi visita al médico de cabecera me volvió a recetar el yodo y ácido fólico pero la visita a la matrona, que en este caso era de mi confianza, me regaló una cajita de Natalben. Mi idea era, como en el primer embarazo, tomar el complemento tal y como me lo prescribía al médico pero al acabar la primera caja de ambos me tomé la de Natalben, pues ya que la tenía tampoco quería dejarla caducar. 



El segundo embarazo también fue muy bueno pero, a diferencia del primero, las náuseas me acompañaban desde el primer día y el momento de tomarme las pastillitas era horroroso. Por algún extraño motivo, cuando tragaba las pastillas me daban unas arcadas horrorosas y tenía que aguantar las ganas de vomitar, lo pasaba fatal. Cuando empecé a tomar Natalben vi el cielo abierto porque me resultaba menos desagradable tomar una pastilla que dos. Así que mientras me duraron las náuseas hasta las 16 semanas, preferí tomarlo para ahorrarme el mal trago de las arcadas. En esas semanas me acostumbré y fue el complemento vitamínico que tomé hasta el final del embarazo y al comienzo de la lactancia.

Da igual tomar yodo por un lado y ácido fólico por otro o combinados en un solo preparado, lo importante es tener claro que debemos complementar las carencias por el bien del desarrollo del bebé. Si además nos ocupamos de incluir los alimentos ricos en ellos en nuestra día a día y llevar una dieta sana y equilibrada nos estaremos haciendo  un favor, pues es un gran beneficio en la vida normal, cuanto más durante la gestación. 

Si tenéis pensado dar a vuestro bebé lactancia materna, durante ésta también es importante el suplemento de yodo ya que la cantidad de éste en la leche materna dependerá de lo que ingiera la madre. Si el bebé no recibe la cantidad de yodo suficiente ello puede revertir en bocio (aumento de la glándula tiroidea), lo que a su vez puede ocasionar dificultad respiratoria o de deglución. 

Por eso durante la lactancia se debe complementar de igual manera que durante del embarazo, para asegurar la ingesta de la cantidad de yodo necesario. Igualmente mantener una dieta sana y equilibrada e incorporar alimentos ricos en yodo favorecerá que sus niveles sean los recomendados y le lleguen a nuestro bebé a través de la leche materna.

Aunque se que no os habré abierto el cielo con este consejo, espero que a las primerizas os sea de ayuda. Me encanta revivir mis embarazos aunque sea a modo de consejo para otras embarazadas.


*post patrocinado

Cuando la neumonía entra por la puerta...

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Mi niña pequeña de 2 años y 3 meses tienen neumonía. Así, sin comerlo ni beberlo. Sorpresa total, regalito de 27 cumplemes, quién me lo iba a decir a mi.

Empezamos la noche del jueves al viernes con un fiebrón de 39,9, ahí es nada. Sin motivo aparente, no tos, no mocos, nada, mi niña desprendía más calor que una estufa. No soy de tratar fiebres solo por el hecho de tener fiebre pero mi niña estaba quejicosa: mal estar, desgana, falta de apetito y un quejidito constante que no la dejaba dormir. Ibuprofeno, descansa pero la fiebre no baja.

Viernes, esta familia porteadora y viajera se iba al encuentro de Málaga Familiar a pasar el sábado con un montón de mamás y papás 2.0 y aquí una servidora iba a dar un taller de porteo. Viendo que la fiebre no remitía, aunque mi niña no presentaba síntoma alguno, decidimos preservar y esperar al sábado para salir.

Algo me decía que no íbamos a poder viajar, de hecho ni hice el equipaje, aunque en mi interior me moría de ganas de ir y pensaba que nos levantaríamos como una rosa fresca y podríamos salir, en el fondo sabía que no iba a poder ser. Y tal cual, otra noche de fiebre, mal estar, quejido, falta de apetito, apatía y un mal cuerpo que mi niña daba penita mirarla. Cancelamos fin de semana en Málaga, con toda mi pena de no poder ir pero sabiendo que tomaba la decisión correcta, lo primero es mi niña y no tenía ganas de acabar en urgencias de algún hospital malagueño.

Sábado a resguardo en casa, seguimos sin síntomas pero con fiebres y todo lo demás. Yo sigo esperando, de momento son solo dos días de fiebre, sin otro síntoma alarmante, al tercer día ya veremos. Noche en las mismas circunstancias, esta vez con un quejido constante que no llega a remitir con el ibuprofeno y una respiración más rápida de lo normal que ya no nos deja dormir. Conforme nos levantamos el domingo, sin prisa pero sin pausa, nos arreglamos para dejar a Iván con los abuelos e irnos a urgencias.

Llegamos a las 12,30 del mediodía aproximadamente y allí había más gente que en la guerra. Cuánto niño malito, o eso debía ser si estaban allí, aunque por las apariencias bien no lo parecía, aquello parecía un chiquipark de niños jugando, gritando, correteando, subiendo y bajando de las sillas... Y mi niña arrebujada en mi regazo, con su quejidito y su teta, único sustento desde el jueves que empezó con las fiebres.

Nos llaman pronto, poco más de media hora llevábamos esperando, y nos recibe una médico -no se si era pediatra, no estaba identificada como tal- joven y muy agradable, con la que me sentí cómoda desde el principio. Le cuento los síntomas: fiebre alta desde hace 3 días que no remite -lo más que baja es a 39º raspados-, apatía, falta de apetito, quejiditos y respiración muy rápida; le cuento que no se si se le hunde la piel en las costillas porque como es una raspita de pescado siempre se le marcan, y que no tiene apetito pero desde el jueves vive enganchada all time a mi teta.

La reconoce, oídos, nariz, garganta, pecho, abdomen... No hay foco de nada. Le toma la temperatura, 39,7º, es una fiebre alta así que hay que buscar el origen, nos pide analítica de orina y la auxiliar viene a intentar estimular la orina: le moja las manos, los pies, le flexiona las piernas, la niña no mea. Le pone la bolsita para la recogida de muestra y un pañal cortado por donde sobresale la bolsita, y a esperar a que haga pipí.

Le metemos los pies debajo del grifo, le mojamos las manos, el cogote, le dejamos caer agua por el cuello, abrimos el grifo para dejar el agua correr, le damos agua, le doy teta, la niña no mea. Pasa una hora, pasan dos, papá trae un bocata de tortilla que me sabe a gloria, la niña no mea.

La niña se hace caca, le cambian la bolsita, pero no mea. Así hasta 3 veces. En cada cambio pregunto si puede ser que no orine porque le duela, o si puede ser que tenga una infeción que le impida orinar, ya pensando de todo. No pregunto pero pienso con miedo que pueda tener una infección de riñón, aunque intento descartar ese pensamiento.

El último cambio de bolsita a las casi 7 de la tarde, ya desesperados de estar allí todo el día, la médico le vuelve a escuchar el pecho y decide hacer RX torácica. Llama al médico de la consulta de al lado que también la ausculta y conviene que mejor hacer la radiografía para descartar. Así que nos vamos a rayos y no tardan nada en hacerle la foto, casi con la teta en la boca. La saboría de la auxiliar dice que si quiere esperamos a que acabe la toma, le contesto que ya no es un bebé y que después de 7 horas allí con el culo cuadrado del asiento y la espalda como un siete de tener a la niña en brazos, no espero ni un minuto más.

Volvemos a la sala de espera y mientras desesperamos por que nos llamen entra un montón de gente con un niño de unos 7 u 8 años, corriendo, sin parar en la sala de espera, empujando puertas y con mucha urgencia. Pensé que debía ser algo muy grave para armar tanto estruendo.

Por fin nos llaman y veo en el ordenador la RX de mi niña, pero por más que intento no entiendo nada de lo que revela. La médico nos dice que se aprecia algo en la radiografía pero que como en ese momento se encuentra allí la neumóloga pediatra que prefiere que la vea ella directamente. Me suena a serio, no grave o eso creo, pero importante. Y mientras esperamos veo a uno de los adultos que hace un rato había entrado con la manada del niño que parecía que se estaba muriendo. Ahora llevaba una bata blanca y hablaba por el móvil, "el niño tiene laringitis pero no te preocupes", mientras escuchaba el estridor y la tos perruna del susodicho. En ese momento comprendo lo bueno que es tener un médico en la familia, es un visado para entrar directamente en la consulta de urgencias sin ni siquiera pasar por triaje, aunque esperando haya niños en peor estado. Es la vida del enchufismo.

Viene la neumóloga que sospecho está allí por el niño de la laringitis, sospecha que no confirmo... Ausculta a mi niña despacio, minuciosamente y durante un largo tiempo, a mi al menos me pareció eterno. Llama al médico de la consulta de al lado y tanto él como la médico que atendió a mi niña desde el principio auscultan de nuevo a mi niña. Estamos en urgencias, llevamos unas 7 horas allí y hay 3 médicos pendientes de mi niña, ¿me cago de miedo ahora o espero a que me digan qué pasa?, mejor me espero intentando mantener la templanza.

Nos confirma que es neumonía. Está empezando, es prácticamente inapreciable pero hay una parte del pulmón derecho a la que no le entra el aire, de ahí que mi niña respire con tanta rapidez. Nos dice que la hemos cogido muy a tiempo pero que lo mejor es empezar ya con antibiótico en la dosis más alta para frenarla. Nos emplaza a una vigilancia exahustiva, llevarla a control por su pediatra al día siguiente sin falta y de nuevo a los dos días, y ante cualquier signo de empeoramiento o fiebre que vayamos corriendo al hospital. Y sobre todo, que no le quite la teta, que le siga dando, que eso la mantiene nutrida, alimentada, hidratada y que benditas las defensas que le estoy transmitiendo.

Mientras la médico que nos ha atendido a lo largo del día redacta el informe yo le voy diciendo que no soy madre de salir corriendo al hospital a la primera décima de fiebre, la primera tos o el primer moco, que prefiero esperar y observar en casa, no tratar la fiebre salvo que además de la temperatura haya un malestar evidente o dolor y que si vengo a urgencias es porque se que algo pasa. Me dice que soy una madre muy racional y que ojalá muchos padres actuaran igual, pues si hubiera llevado a mi niña el primer día de fiebre hubiéramos perdido tiempo al no haber podido precisar un diagnóstico, ya que las -itis normalmente no se manifiestan hasta el 3º día, y hasta que llega ese día no sabes a qué -itis te estás enfrentando. Paso de sentirme una malamadre por haber esperado 3 días a llevarla a una madre medio responsable por haber sabido esperar a que su cuerpo me enviara otras señales. Pero creo que no es cuestión de tiempo ni de esperar, sino de que conocemos muy bien a nuestros hijos y sabemos cuándo debemos preocuparnos y salir corriendo.

Y antes de irme me felicita por nuestra lactancia, que es maravilloso y que le encanta encontrarse con mamás que dan el pecho a sus peques ya grandes. Me voy diagnosticada y feliz porque, una vez más, en lugar de consejos desafortunados y reproches por una lactancia prolongada más de lo necesario a ojos de algunos me llevo una palmadita en la espalda por ofrecerle a mi niña lo mejor que tengo.

Así que desde el domingo reclusión total. Ella está muy bien, el antibiótico ha hecho efecto inmediato y no ha vuelto a tener fiebre, poco a poco ha recuperado el apetito, la actividad y ya no tiene ese quejido lastimero. Eso sí, la neumonía ha dado la cara en forma de una tos pesada, no es frecuente pero está ahí, aunque nos libramos de la dificultad respiratoria. La tos aparece cuando la niña hace más actividad y supone un esfuerzo para ese pulmoncito en el que no entra todo el aire que debiera.

Hoy nos ha visto la pediatra y parece que el pulmón ya trabaja bien, aunque no hay que bajar la guardia y de momento nos queda mínimo una semana más de arresto domiciliario, la neumonía es muy tracionera y engaña con su falsa mejoría, así que mejor no arriesgar a mi peque a que salga y cualquier virusillo puñetero la haga empeorar. La semana que viene nos ve de nuevo y al mes radiografía de control para comprobar que el pulmón está recuperado.

Y mientras en casa. Yo he estado estos días sin trabajar porque si mi niña solo comía teta, yo no podía estar lejos. Además solo quería mis brazos y mis mimos y eso no se lo puedo negar. Hoy ya he vuelto a la actividad laboral porque ya come con cierta normalidad, aunque mi corazón y mi pensamiento están con ella. Esperando que se recuperer prontito y pueda volver a ser mi niña inquieta y un poco trasto.

Aprovechando al visita al pediatra le he comentado el tema del habla, o del no habla, y tras contarle ha decidido remitirla a atención temprana porque la niña solo dice mamá y papá, nada más. Eso os lo cuento en otro momento. Mientras, me voy a dar todos mis mimitos a mi princesita.

Los virus y la guardería

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Cuando los niños empiezan la guardería damos por hecho que van a pillar todo bicho viviente que pulula en ella. Y no es de extrañar con el contacto que hay, babas mil entre chupetes que todos prueban, lápices de colores que todos se llevan a la boca, juguetes que pasan por todas las manos... Difícilmente hay cuerpo que resista semejante caldo de cultivo.

Me las deseaba yo muy felices con esto de que la niña en dos años ni una tos, ni una fiebre, sana como una pera y con la inmunidad de la teta por delante. ¿Cuánto llevamos de guardería?, ¡Ni dos meses! Y en este tiempo ya hemos pasado una gastroenteritis, una laringitis y una neumonía. Esta última aún en período de convalecencia, hay mejoría pero aún no hay alta médica.

Con Iván fue similar. Aunque él había cogido algún resfriado que en una ocasión derivó en bronquitis, pero hasta entonces había pisado veces contadas la consulta del pediatra. Fue empezar la guardería y asomar por la puerta las amigdalitis, laringitis, conjutivitis y alguna que otra -itis que posiblemente ya no recuerde.

Pero... Sí, hay un pero. Y es que pese a que han cogido -itis típicas y tópicas, lo cierto es que han sido bastante leves, de poco síntomas y cura rápida. Iván en su momento fue el niño que menos faltó a la guardería, y en el colegio también es el que menos enferma con respecto a sus compañeros.

Antía la pobre ha tenido mala suerte, y es que ha ido a coger una de las -itis más feas y puñeteras, la neumonía. Con suerte nos hemos librado de sus complicaciones, y ha pasado de puntillas por el cuerpecillo e mi niña. Vaya, que si no es porque está diagnosticada con RX, nadie diría que tiene neumonía, aunque ahora que veo y releo, a toro pasado me doy cuenta que los síntomas que presentaban mi niña eran de manual. Pero si bien lo normal hubiera sido sufrit tos, mocos y dificultad respiratoria, incluso con necesidad de mascarilla de oxígeno, lo cierto es que la falta de apetito y su apatía han sido las únicas huellas de la neumonía. Eso y el exceso de mimos y mamitis, como no.

Así que sí, definitivamente doy por sentado que la guardería casa perfectamente con la afluencia de bichos malos que gustan de atacar los cuerpecitos de los peques. Al menos me queda la tranquilidad de comprobar que mis niños son bastante fuertes y las -itis pasan  por ellos sin causar muchos estragos.

Nos queda armarnos de paciencia, estar ojo avizor e intentar combatir a los bichos de la mejor manera posible.

El niño que un día fue mi lentejita

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Este blog comenzó con el embarazo de mi hijo, que fue mi prioridad y mi mi monotema hasta que nació mi chiquitina, y el pobre ha perdido todo el protagonismo.

Será que se hace mayor y sus logros y avances ya no destacan o no hacen tanta gracia como cuando era un bebé, o que parece que ya no interesa tanto lo que progrese. Como si ya no fuera tan merecedor de ser contado. Pues para mi lo sigue siendo, aunque no hable de sus novedades como lo hacía antes, sobre todo cuando era único y exclusivo, me sigue maravillando verlo crecer, madurar y hacerse personita. Es mi Príncipe Mayor.

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Iván se ha convertido en todo un niño pero aún tiene cosas del bebé que fue. Es un niño muy alegre, muy cariñoso, muy extrovertido, muy generoso y tremendamente empático. Necesita sentirse querido, no le gusta estar solito y busca cariño como un gatito meloso, es zalamero y te conquista aunque no quieras. Cariñoso y mimoso hasta el empalagamiento, pegajoso como una lapa y a veces un poco bruto en sus muestras de afecto, no puede evitarlo. Es de los que me dice "te quiero" gritando como si le fuera la vida en ello y dándome un abrazo de los de arrancarme el cuello .

Es un gran hermano mayor, el mejor hermano mayor del mundo. El hermano mayor que me hubiera gustado tener. Es muy bruto y chincha a su hermana como buen hermano mayor, es inevitable, pero la quiere por encima de todas las cosas, la cuida y la protege frente a todo. No puedo evitar sentir un tremendo orgullo cuando veo su amor hacia ella, si alguna vez pensé que hacíamos mal perturbando nuestro mundo con él como único hijo, ahora me doy cuenta que no podíamos darle nada mejor que su hermana.

Es un niño que no teme mostrar sus sentimientos y expresarlos en palabras. El otro día le dijo algo a su hermana que hizo que se me parar el corazón, se me erizara todo el vello del cuerpo y que casi se me cayera una lagrimita.

"Antía, ¿Sabes qué pasó cuando naciste? Que mi corazón se llenó de alegría porque tú eres mi hermanita".

Ante cosas así una se queda sin palabras. Me enamora la espontaneidad de mi niño, que no tenga reparos en expresar sus sentimientos, que demuestre así el amor hacia su hermana. Y si yo temía que su hermana supusiera para él un obstáculo en nuestra relación, esto no hace sino demostrarme que es el mejor regalo que le hemos hecho.

Ahora está pasando unos días tristes y difíciles, su mejor amiga del cole se ha ido a su país unos meses porque su abuela está muy enferma. Eran uña y carne así que sale todos los días del cole con cierta melancolía porque no está allí su compañera del alma, tanto que dice que quire que nos toque la Primitiva para irse a visitar a A a Polonia. Y si por él fuera organizaríamos todas las tardes una merienda para sus compañeros, ya que tiene un empeño enorme en que vengan a jugar a casa y enseñarles sus trenes.

Pero es un bichillo, tiene lo suyo. Es un pelín desobediente, o como yo le digo, padece "sordera genial", sí, vaya, que solo oye lo que le sale de... de ahí, sí. De esto que a la quinta ya he perdido la paciencia porque veo que me ignora olímpicamente y no puede ser, por mucho que cuente hasta cincuenta y vea rinocerontes naranjas por doquier al final me sale la vena #malamadre. 

Estamos en la etapa de las manos poseídas, las cabecitas locas y los cerebros que dan órdenes. ¿Alguna mamá o papá en la sala que sepa de qué hablo? Sí, me refiero a de "yo no he sido, han sido mis manos que lo han hecho", "yo no quería, ha sido mi cerebro que me lo ha mandado" y similares. De esto que hace algo que te saca de tus casillas pero luego te pone una excusa que te tienes que aguantar las ganas de reír por no perder autoridad. Porque además, cada vez que se porta mal, tiene una excusa de lo más lógica y convincente, siempre acompañada con una buena dosis de dramatismos que hace que me tiemble todo y me sienta de nuevo muy #malamadre.

Y ahora está muy feliz porque ha aprendido a leer, en dos semanas ha pasado de separar sílabas a leer de corrido, y ha sido él solito. En clase aún no están en ello y en casa no hemos tenido tiempo de pararnos con él como para enseñarle, pero este niño como siempre va un paso por delante nuestro y ahora nos lee o mismo el folleto de las ofertas que los rótulos del telediario. Fantástico, pero si antes era insaciable ahora aún más, no ha soltado un libro que quiere otro, y siempre bajo nuestra supervisión, porque le gusta que le digamos lo bien que lo hace o le corrijamos los fallos. Es humilde porque si no lo hace bien o falla lo reconoce, y además siente orgullo por el trabajo bien hecho y le gusta que reconozcamos el mérito.

Mi niño que tiene ya cinco años... Y pico. Y hace 6 años tal día como hoy era una pequeña lentejita que comenzaba a gestar su vida en mi interior. Ya no es mi bebé pero sigue siendo mi niño, mi adorable niño.

Trucos infalibles para sentirte guapa durante el embarazo y postparto

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En esta entrada os voy a contar mis trucos para sentirse guapa y a gusto con el cuerpo durante el embarazo y el postparto. Ropa y complementos, cuidados personales y un poco de ejerciio nos ayudarán a sentirnos mejor durante estas etapas de cambios en nuestro cuerpo.

Con el boom preñil de la blogosfera maternal prometí que de vez en cuando dedicaría una entrada al embarazo. Hace unos meses se puso en contacto comigo la revista Imagen&Belleza,proponiéndome colaborar con un artículo sobre este tema desde la perspetiva de mamá bloguera, y no dudé en hacerlo. El artículo se publicó en la edición papel en septiembre, y tras su páginas descubrí que compartía cartel con Blanca de Mimos para mamá, a quien tuve el placer de conocer hace unos meses en un taller que impartí en Madridycon la que compartí una agradable tarde en la Feria de Puericultura de Madrid.




Así que, permitiéndome este momento #egoblogger, aprovecho el texto al completo que les remití -obviamente solo publicaron una parte- con todo aquello que me sirvió durante mis embarazos y postpartos, esperando que os guste y os sea de utilidad.

Nuestro cuerpo cambia a lo largo del embarazo y el postparto. Cada una lo notará de una manera diferente y no podemos hacer nada para evitarlo, pero sí podemos poner de nuestra parte para que nuestro cuerpo lleve esos cambios de la mejor manera posible.


Uno de los efectos del embarazo más temido por las mujeres son las estrías, esas que una vez salen ya no vuelven a irse, se quedan con nosotros recordándonos que una vez llevamos una vida dentro.

No hay una crema ni un cuidado milagroso para evitarlas, cada piel es de una manera y si la tuya es dada a romperse ante los cambios difícilmente podrás evitarlas. Lo que sí podrás es ayudar a tu piel para que salgan en menor medida o con menos intensidad, por eso es totalmente recomendable hidratarse bien a fondo desde el minuto uno que sabes que estás embarazada.

Y no solo hidratarse la barriga, que no es lo único que cambia de tamaño en nuestro embarazo. La piel puede resecarse en general y al final podemos sufrir edema –hinchazón- sobre todo en las piernas, por lo que una hidratación diaria, continua y general en todo el cuerpo va a hacer mucho bien.

En la barriga, además de una buena hidratante corporal puedes añadir un aceite corporal o un anti-estrías, no hace falta que te gastes mucho ya que puedes encontrar excelentes productos de marcas blancas. Con un buen masaje circular para drenar la piel y activar la circulación, te sentirás mejor y hasta te relajará.


Caminar todos los días a buen ritmo mejorarátu circulación, que se ve afectada por la presión del útero sobre la vena cava inferior, dificultando que lo haga normalmente en las extremidades inferiores. No vale el paseo mirando escaparates, cálzate unas buenas zapatillas de deporte y sal a caminar.

A medida que avanza el embarazo y sobre todo al final te costará un poco más caminar con agilidad por el peso y volumen de tu barriga, pero no es motivo para dejar de hacerlo. Todo lo contrario, al final es cuando más se resiente nuestra circulación, cuando es más probable sufrir edema y una buena caminata te ayudará a sentirte mejor. No olvides que, además, es un excelente ejercicio en los días finales del embarazo de cara al parto, pues así estimulamos a nuestro cuerpo y lo preparamos para ese gran momento. 
Muchos partos vienen después de una buena caminata, así que no te quedes sentada en el sofá –a menos que tengas que hacer reposo obligado, obviamente-.

Deportes como la natación son también muy recomendables para mantener a tono nuestra musculatura, fortalecer la espalda y así sobrellevar mejor la carga del peso de nuestra barriga.



Si eres de las que asocia embarazo con ropas amplias, camisas sueltas, petos vaqueros y crees que tienes que dejarte la Visa en un intento de hacerte un pequeño fondo de armario, cambia el chip.

Puedes sentirte igual de guapa y a la moda luciendo una preciosa barriga y sin gastarte mucho, incluso sin comprarte ropa especial pre-mamá.

Aprovecha lo que puedas de tu fondo de armario. Las camisetas y prendas elásticas o de tejidos que ceden son una opción estupenda si no te importa lucir barriga; lo mismo que blusas sueltas o partes de arriba con el corte bajo el pecho, que además siempre se llevan.


Otro tipo de prenda muy socorrido son los vestidos, blusones y camisetas largas combinados con leggins; vestidos de punto, de lana, de algodón, sueltos o entallados, todo depende de tu estilo y tu cuerpo. Leggins encuentras en cualquier tienda, son baratos y con la cintura elástica, por lo que te los podrás acomodar a tu barriga sin problema. Tanto en verano como en invierno son una opción estupenda para vestir de manera cómoda, sencilla y práctica, y si quieres lucirte un poco más basta con que añadas algún complemento que le de el toque.

En verano puedes optar por vestidos sueltos y con corte bajo el pecho pues son muy favorecedores, frescos y cómodos.

La ventaja de estas prendas es que las podrás seguir usando tras dar a luz, hasta que tu cuerpo vuelva a su sitio, el lugar de tener que comprarte ropa nueva de una talla mayor.


Cuando por fin seas mamá y tu bebé reclame el 200% de tu tiempo, intenta sacar unos minutos al día para ti. Si tienes una melena larga y por falta de tiempo sales con unos pelos horrorosos a la calle, aprovecha para hacerte un corte favorecedor y fácil de trabajar, así además sanearás tu cabello tras el embarazo.


Hazte con un kit de maquillaje básico exprés con el que puedas arreglarte en un momento, tapar las ojeras y resaltar lo bonito de tu cara. Mírate al espejo y siéntete guapa.


Si te incomoda esa barriga que se ha quedado tras dar el parto, no te sientas avergonzada por ello, eso de los vientres planos tras dar a luz es mentira. Mi truco en este caso fue usar unas bragas-faja subidas hasta la zona bajo las costillas, de esta manera me veía más estilizada y me sentía mejor, sobre todo cuando alguien me decía “chica, ¡qué bien te has quedado!”, que sí, que tú sabes que llevas una faja, pero lo sabes TÚ, y si te ves guapa en el espejo, ¡Qué más da!. Eso sí, las fajas sin abusar, que para que la barriga vuelva a su sitio la musculatura debe trabajar por sí misma.


Y no abandones el ejercicio tras el parto. Vale que no puedes ir al gimnasio ni hacer deporte fuerte, pero ahora tienes una excusa perfecta para salir a caminar todos los días, tu bebé. Empujando un carrito, o mejor, llevándolo bien pegadito a ti en un portabebés ergonómico, podrás caminar a buen ritmo, estimularás la circulación, ejercitarás la musculación y te sentirás mucho mejor.


Cuanto mejor te sientas contigo misma, más disfrutarás de tu maternidad. 

Y próximamente, "Cómo vestirnos durante la lactancia". Espero que os haya gustado.




Sumando 35 otoños

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El viernes 8 fue mi cumpleaños, 35 castañas que me caen ya sobre las espaldas. Que no son muchos y ojalá sean muchos más, que en esta vida lo jodido es dejar de cumplir.

Era la crónica de un cumpleaños anunciado. Esto es, desde el uno de noviembre viví una cuenta atrás diaria, entre risas y emoción, tengo un niño que además de ser un amor tiene una memoria prodigiosa y sabe perfectamente qué día cumple años su madre. El día uno ya me anunció con su cara de ratoncito travieso "Mamá, ¿sabes en qué mes estamos? En noviembre, ¿Y sabes qué pasa en noviembre? Que el día 8 es tu cumpleaaaaañoooooooosssss". Y todos los días me recordaba "Mamá, ya queda un día menos para el viernes, que es tu cumpleeeeeeeeee". No voy a decir que le hiciera más ilusión a él que a mi, eso seguro, pero casi puedo afirmar que casi le hacía más ilusión que su propio cumpleaños, y yo estaba ahí entre incrédula, sorprendida y orgullosa, pensando que si me recuerda así cada cumpleaños de mi vida, tengo asegurados muchos felices cumpleaños.

La noche antes me recordó, como no, que al día siguiente sería mi cumpleaños y que vendría a cantarme cumpleaños feliz a la cama, con el desayuno. Me lo como. Así que esa mañana, dicho y hecho, me despertó la vocecita de mi hijo cantando cumpelaños feliz a tono -una que está pendiente a todo-, con abrazos y besos mil... pero sin desayuno. Que me lo quiso traer, pero dada la contingencia mañanera de colegio y guardería, me conformaba con sus felicitaciones. La hermanita no podía ser menos, y aunque no canta porque no habla, pero se dedicó a saltar, aplaudir, tirarse encima mía y darme muchos muchos besos. Un gran comienzo del día.

Mi idea era pasar un día traquilo y en familia, de hecho me tomé la libertad de cogérmelo libre -o al menos intentarlo- para recoger un poco la casa, preparar una pequeña tarta y soplar las velas con mis tesoros después de comer.

Pero, como suele pasar, de lo que esperas a lo que sucede va un trecho. Al final por motivos varios estuve toda la mañana ocupadísima, tuve que recibir y asesorar -encantada de la vida- a varias parejas de papás que venían a ver portabebés, hacer alguna que otra gestión que surgió de improvisto, y al final casi ni tiempo de hacer de comer tuve.

Como cumpleañera decidí elegir el menú, saltarme las bases de la alimentación sana y equilibrada y permitirme un pecadito, que también lo merezco. Así que nuestro plato del día fueron, ni más ni menos, unos ricos y apetecibles huevos con patatas fritas, delicatessen que en mi casa se come de Pascuas a Ramos porque servidora no tolera demasiado bien los fritos -gracias a mi amigo el Sr. Colon Irritable, pero un día es un día-, y bien ricos que estaban. Como es una comida rápida de hacer, mientras Papá iba a recoger a los niños preparé un bizcocho rapidito, que dejé horneando mientras preparaba y nos comíamos nuestro menú especial.

Como no hubo tiempo de soplar las velas después de comer, porque los viernes tenemos extraescolares con Iván - música y movimiento y ajedrez -, tuvimos que posponerlo para la noche. Así que, cuando por fin volvimos después de pasar la tarde de actividad en actividad y en la reunión del grupo de lactancia, saqué el mantel de Peppa Pig del cumpleaños de los peques, puse unas velas sobre el bizcocho de chocolate intenso, y a soplar con mis tesoros, que apagaron las velas como si fueran el lobo feroz intentando derribar la casa de los tres cerditos.

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Y nos comimos el bizcocho que estaba la mar de rico, solo dejamos un poquito para desayunar al día siguiente, esas cosas duran poco en mi casa.

El sábado me fui de cena con dos buenas amigas, y entre pizzas, parpadelle y una copita de Malibú con piña y granadina echamos un ratito estupenda, de esos ratos que solo se disfrutan si la compañía es excelente.

El domingo lo celebré con la familia en el campo, una pequeña barbacoa, una pequeña tarta casera que compartí con mi hermano que cumplía 20 años al día siguiente, y todo el día al aire libre en plena libertad, donde los peques podían corretear a placer, sin miedos ni límites. De estos días de llegar a casa reventados después de haber disfrutado de lo lindo.

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Y después de un fin de semana de festejos aquí estoy yo, con mis 35 castañas, sintiéndome igual que hace una semana, o hace un mes. Bueno no, peor, que además de los fastos he entrado en los 35 con un ataque de alergia del copón, que ahora que lo pienso... ¿Será alergia a cumplir años? ¡Lo que me faltaba!. Pues eso, 35 castañas y que sean como mínimo el doble, y con mis hijos a mi lado.


Temas pendientes

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Soy un desastre. Se me ocurren millones de cosas en los peores momentos, esos en los que me es inviable sentarme delante del ordenador a escribir. Como mucho puedo hacer una anotación en el móvil, que luego no reviso, o simplemente no me apetece ese tema cuando por fin puedo escribir algo. Y es que ese mágico momento en el que la inspiración aparece solo dura unos instantes, hacerlo a posteriori me resulta forzado.

Aún así he decidido hacer una lista de temas pendientes de los que, sí o sí, quiero hablar en un espero futuro cercano:

- El colecho a estas alturas
- La lactancia materna tras los 2 años
- Las huellas del embarazo en la mujer a raíz de una publicación dedicada a Pilar Rubio donde hablan de lo mucho que el embarazo maltrata nuestro cuerpo. Obviamente, para desmentirlo, o al menos quitarle dramatismo.
- Portear a niños grandes.
- El BAF y las desvirtualizaciones
- Como ser emprendedora y no morir en el transcurso
- Las críticas a la maternidad
- Mi tribu
- Algún que otro tema banal, que ya toca

Permitidme que esta entrada de hoy sea un poco así, raruna. Que ganas de escribir no me faltan, temas como véis tampoco, pero el tiempo sí, que escasea como el dinero. Además, estoy organizando el sorteo del 6º aniversario del blog que me tiene bastante entretenida, os daré la sorpresita en breve.

Dicho esto, y teniendo en cuenta que 6 años de blog dan para mucho, esto es, que ya he hablado de muchos temas que se tratan actualmente a la blogosfera, acepto sugerencias, estaré encantada de hablar de lo que me propongáis siempre que mi experiencia me lo permita.

Contra la violencia de género: NO TE QUIERE

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Hoy 25 de noviembre es el Día Mundial contra la violencia Machista. Me uno a la iniciativa de @Srtaruthenmeyer que nos cuenta su visión desde su experiencia profesional en su blog,
de Mixka que ha editado un fantástico video de condena en su blog y a la reivindicación de Marea Fucsia bajo el hastag #yocondeno.

Ojalá no tuviéramos que "celebrar" un día así, ojalá la violencia de género no fuera un mal endémico. Pero es la triste realidad, cada año siguen muriendo un gran número de mujeres a manos de sus parejas, estén o no unidas en matrimonio. Y las muertes de estas mujeres que salen en todos los medios de comunicación no son más que la terrible consecuencia final de algo que viven muchísimas mujeres día a día en el anonimato de su vida, la intimidad de su casa, bajo la apariencia de una relación normal. Mujeres que están vivas pero mueren un poquito día a día bajo el yugo de la violencia física y emocional, de manos de alguien a quien entregaron todo su amor.

Mi amiga +Clío McBeal es abogada - MI abogada- y forma parte del turno de oficio especializado en violencia de género. No solo está muy involucrada en este tema, intentando concienciar de lo importante que es detectar las señales de violencia, ser valientes y denunciar, sino que día a día en los juzgados tiene que lidiar con situaciones muy duras. Y no pensemos que este es un problema solo de adultos, si hay algo que de verdad a ella la rompe es tener que asistir a una víctima de violencia de género en un juzgado de menores. Porque sí, muchas conductas machistas empiezan muy pronto, de mano la chulería del chaval que cree que para ser un hombre tiene que pisar y atemorizar a su churri de turno. 

Por eso hoy me hago con la estructura de su discurso -con su permiso-, añadiendo mi aportación personal. Porque es una verdad absoluta y una auténtica realidad:

- Si te controla desde que te levantas hasta que te acuestas, no te quiere.
- Si te menosprecia y no valora lo bueno que hay en ti, no te quiere.
- Si te dice que sin él no vales una mierda, no te quiere.
- Si se cree en el derecho de decidir por ti misma, si influye en todas y cada una de tus decisiones, no te quiere.
- Si te obliga a hacer algo en contra de tu voluntad, mantener relaciones sexuales, hacerte fotos o videos íntimos o no usar protección por "amor a él", no te quiere.
- Si te espía, te revisa el móvil, el whatsapp, el correo electrónico, tus redes sociales,  si tiene que saber dónde estás, con quien estás o qué haces en cada momento, no te quiere.
- Si te amenaza con colgar material íntimo en las redes sociales para que no le dejes, no te quiere.
- Si te separa de tu familia, de tus amigos, y circunscribe todas tus relaciones a él mismo, no te quiere.
- Si te dice que eres una puta y vas provocando por cómo vistes, te peinas y te maquillas, no te quiere.
- Si te dice que estás mejor en casa, que trabajando no pintas nada, no te quiere.
- Si no te deja realizarte personalmente, perseguir tus sueños, intentar alcanzar tus metas, no te quiere.
- Si pretende poseerte como un objeto y que seas solo suya, no te quiere.
- Si te aboca a depender de él, no te quiere.
- Si te echa la culpa de todo, de sus males, de sus desgracias, de la mayor de las tonterías, no te quiere.
- Si te anula, no te quiere.
- Si te sientes el ser más ínfimo del mundo a su lado, no te quiere.
- Si te amenaza de cualquier manera para que no le dejes, no te quiere.
- Si a pesar de su rechazo, su indiferencia, su desprecios, sientes que sin él la vida no tiene sentido, si te sientes totalmente dependiente de él, si eres infeliz a su lado y a él no le importa, no te quiere.

SI TE AGARRA HACIÉNDOTE DAÑO, TE EMPUJA, TE DA UNA OSTIA, UNA PATADA, UN PUÑETAZO, SI TE TIRA AL SUELO, SI TE INSULTA, TE MENOSPRECIA, SI TE VIOLENTA, ¡¡¡NO TE QUIERE!!!


Si eres una chiquilla, una jovencita, si es tu primera relación, tu primer amor, no lo idolatres. El amor es maravilloso pero no lo justifica todo, y si por mucho que lo quieras te lo hace pasar mal no pienses que se acaba el mundo con él, ¡La vida sigue! y es mucho mejor de lo que te está ofreciendo.Si te controla a través del whatsapp, de las redes sociales, si decide cómo debes vestir, con quién debes salir, si no te deja estar con tus amigas, si censura tu comportamiento, si te hace creer que con los celos te demuestra su amor, si te somete a su voluntad, ¡No te quiere! El machismo juvenil es un enemigo silencioso, no dejes que te conquiste, hundirá tu vida.





Si eres madre, piensa en tus hijos, también son víctimas al igual que tú, no solo sufren por lo que ven sino que lo aprenden y lo normalizan. Porque como padres somos su ejemplo, su espejo y su guía, ellos son nuestro reflejo, y si conviven con la violencia, normalizan la violencia, asumen la violencia. 




Si te ves reflejada en alguna de estas situaciones, no dejes tu vida en manos de alguien así. Tú vales mucho como persona como para que venga alguien a echarte por los suelos moral y físicamente. Busca ayuda, la hay, créeme, gente como Ruth e Inma están ahí para ayudarte en lo que necesites, informarte, asesorarte, recomponerte. 

Si tienes miedo a tu pareja, si te jura que va a cambiar tras cada insulto, cada golpe, déjalo. Si no sabes dónde acudir, si quieres denunciar, hazlo, llama al 016, no habrá rastro de la llamada en el registro del teléfono ni en el detalle de la factura; acude a la comisaría, al juzgado, pero no te quedes callada. Hay mucha gente dispuesta ayudarte, solo tienes que pedir ayuda.


PORQUE TU SILENCIO ES EL MEJOR ARMA DE TU AGRESOR.




Hace años tuve un novio, el primer novio oficial, una larga relación. Un novio fantástico y maravilloso, buen chaval, que caía bien a todo el mundo. Que al principio era un poco celoso y controlador, pero jo, es que me quería mucho. Que cada vez me acaparaba más, porque me quería mucho. Que poco a poco fue separándome de mis amigas, porque consideraba que estaba mejor con él. Que me insistía una y otra vez en que era solo suya, porque me quería muchísimo. Que me decía que por qué me ponía una minifalda o me pintaba como una puerta, para ir provocando. Que me decía que no era capaz de renunciar a mi familia por él, él era más importante. Que si no hacía lo que él me pedía, me gustase o no, es que yo no le quería tanto como él a mi. Que intentó convencerme de no estudiar una carrera universitaria diciendo que yo era muy señorita, no me podía conformar con trabajar o estar en casa, como las buenas mujeres. Que se atrevía a decidir cuándo podía verle, llamarle por teléfono y cuándo no, para no molestarle. Que me hizo sentir la mierda más grande del mundo, sentirme sola, sentir que él era mi vida y sin él yo no valía nada. Me hizo llorar, sufrir, ser una desgraciada. Con solo 18 años. Yo no le contaba a nadie mis sentimientos porque además me sentía culpable y avergonzada, porque no quería que nadie pensara que él no era tan bueno como parecía, ¿cómo iba a hacerle eso?.
Un día me dejó porque ya no era suficiente para él, estaba aburrido de mi, sin importarle mis sentimientos; ese día no derramé ni una sola lágrima, ese día cambió mi vida. Porque me di cuenta de que yo valía mucho y había mucho mundo más allá de él mismo, decidí que a partir de ese momento sería libre, disfrutaría de la vida y jamás permitiría que un hombre decidiera sobre mi. Y aunque intentó volver, yo dije NO, ya no lo quería en mi vida, no quería que mi vida fuera aquello que había vivido hasta ese momento, y me fui. Un insulto y una amenaza por su parte fue la última comunicación que tuvimos.

Eso hizo de mi la mujer que soy ahora. Duele recordarlo y hasta me siento culpable por haberlo consentido, por no haber sido capaz en su momento de plantarle cara, pero era joven e ingénua, estaba enamorada y aprendiendo en esto de la vida. Hoy es solo un mal recuerdo, parte de mi pasado.


SI TU PAREJA SE HACE DUEÑO Y SEÑOR DE TU VIDA, NO TE QUIERE. 
PORQUE TÚ COMO MUJER, COMO PERSONA, VALES MUCHO. 
HAZTE VALER.

La gastroenteritis en niños y familias: ¿Cómo la tratamos?

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La gastroenteritis es la irritación en inflamación de la mucosa del estómago e intestino que procesa normalmente con diarrea, vómitos, dolor abdominal, debilidad y, en caso de ser vírica, con cuadro febril, entre otros síntomas. Puede durar aproximadamente entre 24 horas y una semana, según puñetera sea ella misma o el vicho que la produzca si fuera vírica.

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De un tiempo a esta parte parece que la gastroenteritis nos ha cogido cariño. Básicamente, porque en el último año mis niños han pasado cuatro nada menos, alguna así de puntillas, otras en plan "arraso con tu cuerpo y te dejo hecho cisco". Los papás no hemos sido menos, supongo que porque estamos demasiado acostumbrados a compartir vaso, botellitas, a no lavarnos las manos sistemáticamente, y estos viruses se propagan como la pólvora. Esto ha propiciado que me esté volviendo una "experta" en su tratamiento y que haya aprendido a tratarla, derribando como siempre algún que otro mito e idea preconcebida.

Mi pequeña lleva desde el viernes malita. No ha sido agresiva, ha vomitado poco teniendo en cuenta que las primeras vomitonas sí fueron fuertes pero luego ya le cogió sin nada en el estómago. Lo peor es que mi niña cuando está así no quiere comer nada que no sea teta, se niega a tomar suelo hiposódico y eso hace que se debilite rápidamente.

Así que esta mañana, tras 3 días solo a base de teta y agua, con un par de vomitonas leves de por medio, nos fuimos a su pediatra. No la llevamos a urgencias durante el fin de semana porque , dado que no llevaba ni dos días y además no cursaba fiebre ni otros síntomas preocupantes, sabíamos que volveríamos igual que nos habíamos ido, por experiencia.

Tras valorarla la pediatra decidió ponerle suero por vía intravenosa en vías de que la niña se negaba a comer y viendo que, aunque no presentaba signos de deshidratación, empezaba a tener la lengua pastosa. Mi niña se dejó pinchar como una valiente mientras tomaba un poco de su milagrosa teta que la mantuvo hidratada estos días, aguantó estoicamente el tiempo que tuvo la vía puesta, y al llegar a casa accedió a tomarse un plátano. Parece que el suero hizo su efecto sobre todo porque, aunque no era un cascabel, al menos ya tenía algo más de alegría en la cara y actividad.

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Así que aprovecho para recordaros las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría en casos de GEA -gastorenteritis aguda-, que difieren bastante de lo que tenemos por costumbre:

- Rehidratación oral rápida haciendo uso de una solución hipotónica:esto es, suero hiposódico, el de la farmacia, nada de bebidas isotónicas ni preparados caseros ya que no reponen todas lo perdido en los vómitos o diarrea. Está comprobado que es lo que mejor repone las pérdidas de líquido y electrolitos además de que es un método seguro, rápido, económico, no agresivo y que pueden aplicar los propios familiares.
- Alimentación precoz reiniciando dieta adecuada a al edad sin restricciones tan pronto como se corrija la deshidratación: es decir, nada de dieta blanda, dieta astringente, arroz blanco y pollo cocido.
- Mantenimiento de la lactancia materna:a veces es lo único que admiten los lactantes y le mantendrá alimentado y nutrido, doy fe.
- En caso de diarrea, suplementación con solución de rehidratación oral, para reponer las pérdidas. Lo dicho, suero de farmacia, en sobres o los batidos de sabores, al gusto de cada cual.
- No realizar pruebas de laboratorio ni aplicar medicamentos innecesariamente. Esto significa que por mucho que nos preocupe nuestro peque, una analítica no va a servir de nada más que pincharle innecesariamente; y dejar cursar los vómitos y diarrea en lugar de intentar cortarlos.

Si no tolera, es decir, si vomita tras la ingesta de líquido o sólido, se prueba a dar el suero en dosis de tolerancia, es decir, pequeñas cantidades -5ml- cada 5 minutos, para que el cuerpo vaya aceptando poco a poco de nuevo el líquido sin rechazarlo. Y, una vez tolere perfectamente los líquidos, pasar a la realimentación normal y la suplementación con suero.

Esto es contado con mis palabras, pero podéis consultar el documento completo en este enlace, os recomiendo su lectura porque es de gran utilidad.

De momento -y cruzo los dedos- no hemos caído ninguno además de ella, pero a finales de septiembre vivimos un cuadro digno de contar, que de hecho iba a ser contado pero la entrada se quedó en borrador, así que aprovecho para rescatarla.


De como la gastroenteritis viene, te da una paliza y se va

O cómo resumir en una sola frase nuestro pasado domingo-lunes, sobran las palabras. Es así, tal cual, de repente te encuentras mal, de repente te viene una vomitona, de repente estás echa un trapo.

Todo empezó una lluviosa tarde de viernes. Teníamos un doble cumpleaños de unos amiguitos que son hermanos y celebraban una fiesta de disfraces. Así que, con mucha ilusión, cargados de mudas, bolsas de regalos y el paraguas más grande del mundo, nos fuimos a pasar la tarde de fiesta, que nos gusta más un sarao que a un gato el jamón de York.

Papá no podía venir así que me tocaba ir sola y cargada con Peter Pan y Campanilla, ambos guapísimos aunque poco convencidos de la caracterización. Era lo que había y estaban para comérselos, digan lo que digan. Llegamos, aparcamos bajo una capa de fina lluvia, saco del coche a los enanos, cojo la bolsa de los regalos, mi bolso, la mochila con las mudas  post-disfraz y, como no, el paraguas.

Al poco llegar y ubicarnos, cuando ya los niños estaban sentados y comenzando a merendar, cuando ya Campanilla había consentido en soltar mis brazos y volar sola, cuando se hallaba dispuesta a hincarle el diente a una medianoche rellena de nocilla y yo a un pincho de tortilla, liberada por fin de la carga de todos los trastos, empezó a vomitar. Oh my god. No es normal en ella, ni vomitar ni ponerse mala, pero vaya que no podía elegir mejor momento.


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Ahí corriendo que voy con el paquete de toallitas en ristre a limpiarla corriendo, sobre la marcha le quito el tutó, las medias, las alas de hada, todo el perifollod el disfraz, con lo guapa que iba mi  Campanilla. En ese momento pensé que menos mal que se me ocurrió llevar una muda post-disfraz, si no me hubiera visto con la niña en pelotas.

Ya cambiada y limpia mi preciosa Campanilla solo quería brazos de mamá -cosa normal- y no dejaba de llorar -cosa normal-. Llorar a grito y desconsoladamente, lo que nos hizo blanco de todas las miradas y no todas comprensivas, blanco de los comentarios y blanco de los acercamientos, las preguntas, los diagnósticos precoces y los tratamientos milagrosos.

"¿Qué le pasa a la niña? ¿Por qué llora? ¿Está mala? ¿Tiene fiebre? Serán los mocos, estará incubando algo, no le ha sentado bien la comida, dale agua, dale suero, dale este medicamento maravilloso que lo cura todo..."

"No se lo que le pasa, soy su madre no su pediatra, sólo ha vomitado, habrá que esperar a ver que le pasa que lo mismo no es nada". Con cara de suplicio. Porque yo soy la primera preocupada pero por una vomitona no voy a poner el grito en el cielo ni llevarla corriendo a urgencias.

Echa un par de veces más poca cosa pero la última vomita de nuevo a lo bestia, esta vez no sobre la silla y el suelo, sino sobre mi. Ya no me queda muda para cambiarla, yo no traigo muda para mi -una no prevé que vaya a aacabar de vómito hasta las pestañas- así que ya en esas condiciones, estrenando modelito -que iba yo monísima- vomitada del escote a los tobillos, no era plan de quedarnos.

Peter Pan estaba ya integrado en el grupo de amigos del cumpleaños, haciendo cola para pintarse la cara cuando le dije que nos teníamos que ir, pensando que me armaría una pataleta de protesta que sería lo lógico. En lugar de eso se dirigió al grupo de niños con un "lo siento, tengo que irme porque mi hermanita ha vomitado y se ha puesto mala, ¿Me puedo llevar un trozo de tarta?", mi niño, qué comprensivo y qué hábil, la tarta es la tarta. Por suerte en el tiempo que recogí y dispuse todo para irnos los padres adelantaron el momento de soplar las velas y mi niño pudo disfrutarlo con sus amiguitos.

Volvimos a casa, la peque vomitó un par de veces más poca cosa y listo. Al día siguiente la que había sido Campanilla lucía lozana cual flor en primavera, como si nada hubiera pasado, todo se había quedado en una anécdota y me alegraba infinitamente por ello.

Dura poco la alegría en la casa del pobre, o eso dicen. Ha sido un fin de semana raro, lluvioso, de estos que no te apetece salir. El domingo hicimos el intento pero la holgazanería hizo que nos apalancáramos en el sofá.

A eso de las 5 de la tarde Papá se va corriendo y le escucho vomitar como si no hubiera un mañana. Exagerao, pienso yo. Se acuesta en la cama porque como varón que es, está muy malo y de esta no pasa.

Al ratito empieza a vomitar Iván en plan niña del Exorcista pobre mío, ahí ya pienso que no es casualidad. Se encuentra tan mal que tras vomitar solo quiere acostarse en el sofá y dormir.

Y yo que no quería mentar al diablo, pensando que me había librado, siento ciento movimiernto intestinal. De repente me noto floja, sudorosa, mareada, como si me estuviera dando una bajada de tensión, intento acostarme con los pies en alto, pero aquello iba por otro lado. Acabé en el bañp vomitando lo más grande, con lo mala que soy yo para vomitar, que ni embarazada. Sí, creí que echaba los higadillos por la boca, estuve vomitando toda la noche como nunca lo había hecho, que recuerde.

Al día siguiente mi casa era una estampa. Papá ya se encontraba bien, llevó a la peque a la guarde que ya estaba recuperada y salió a hacer gestiones. Yo me vi allí convaleciente acompañada de mi niño que era estaba con tan mal cuerpo como yo. Me encontraba sin fuerzas, me dolían todos los huesos y músculos como si me hubieran dado una paliza, y no tenía ganas de probar bocado. No volvimos a vomitar pero yo tenía una diarrea curiosa, así que no pude abandonar el cuarto de baño.

El martes amanecimos todos como si nada hubiera pasado, aquello había sido un virus peleón que nos dio a cada uno su paliza correspondiente, todo en 24 horas. Que mejor un día que cinco, obviamente, pero ay qué mal se pasa.

Y me temo que como esos nos quedan más de uno, porque si algo me queda claro de vivir en familia, es que los virus también se comparten.

6º Cumpleaños bloguero y ¡Sorteazo!

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Un 3 de diciembre del 2007 me senté frente a la pantalla del ordenador. Hacía 2 semanas que me había enterado de que iba a ser madre y desde entonces solo tenía una cosa en la cabeza, ¡Estaba embarazada!
Aquello inundó mis pensamientos, mi vida, todo pasó a un segundo plano y solo podía pensar en el inmenso estado de felicidad en el que me encontraba. Felicidad por la noticia pero a la vez temor a lo desconocido, impaciencia por ver el avance de mi embarazo, un torbellino de sensaciones que necesitaba canalizar de alguna manera.

Así nació este blog. Quería dejar testimonio de todo aquello que me estaba pasando, plasmar mis pensamientos en palabras, guardar recuerdos en imágenes, y quería hacerlo de una manera fácil y práctica. Porque de esa manera, en un futuro podría no solo recordar aquellos bellos momentos, sino mostrárselo a quien iba a ser mi futuro hijo. Me senté y escribí la primera entrada, mis primeros pasos en esto de ser bloguera.

Hoy es el futuro. Han pasado seis años y aquí estoy, con mi blog entre manos y dos hijos correteando a mi alrededor, dos hijos que han puesto mi vida patas arriba. Esas dos rayitas han dado paso a una familia maravillosa y este blog es el testigo fiel de su llegada a nuestras vidas. Cuando empecé a escribir aquellas lineas sobre la aventura que comenzaba nunca pensé que llegaría hasta aquí.
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Seis años después este blog es una parte más de mi vida. Un diario, una afición, un desahogo, un punto de encuentro, una parcela que trabajo con mucho cariño y me da muchos frutos. Nunca he pensado en su fin, no me he puesto límites ni metas, simplemente me dejo llevar, dejo que fluya, como fluye la vida con sus devenires. Pero esta noche he tenido un pensamiento que me ha sorprendido: seis años de blog, sin darme cuenta estoy más cerca de los diez que del comienzo, ¿Llegaré a esa cifra? Madre mía, 10 años de mi vida, es algo muy grande.

Seis años de blog dan para mucho, para muchas historias y para mucha gente. Porque este blog, además de aportarme un lugar donde reflejar mi vivencia como madre, me ha dado la oportunidad de formar parte de esa Tribu que tanto hablamos, de conocer a otras mujeres y madres estupendas muchas de ellas ahora amigas, de encontrar apoyo en los momentos difíciles, de aportar mi granito de arena cuando alguien lo necesita. La oportunidad de sentirme útil y sentirme arropada a partes iguales, sentir que mis palabras aquí plasmadas sirven para algo más que mi recuerdo.

Tras seis años no puedo más que agradecer que sigáis ahí, siendo fieles, escriba más o menos, mejor o peor. Por eso lo mínimo es agradeceros con hechos además de con palabras que me dediquéis un poquito de vuestro tiempo, y aquí traigo un sorteo que espero que os guste mucho.

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Como véis, un montón de tiendas y artesanas amigas colaboran en esta celebración. ¿Queréis saber cuáles serán los regalos? 

Chincha Rabincha es la tienda online con la ropa más molona para nuestros peques. Además podréis encontrar un montón de cosas molonas como complementos, juguetes, decoración y regalos originales que no veréis en otras tiendas. No hay excusa para no darse un paseo por esta simpática web. Entre otras chuladas tiene estos preciosos gorros, de los que sorteamos uno a elegir, el que más te guste :)

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Suavinex es una firma especializada en artículos de higiene, puericultura, complementos y cuidado personal de la embarazada, la mamá y el bebé.Es una de las primeras marcas de sus sector y destaca por sus diseños únicos y originales, estilosos a la par que simpáticos, que harán las delicias de tu bebé, como este chupete reno navideño y un lote de colonia y peluche que sorteamos.

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 Las Camisetas de Mamies una tienda online especializada en camisetas premamá con diseños originales y muy divertidos. Sácale partido a tu barriga y diviértete con sus camisetas con frases y leyendas de entre las que sorteamos ésta tan simpática.

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Tutete.com es una tienda online especializada en chupetes personalizados que además incluye una gran selección de artículos de puericultura y complementos para el bebé. Alimentación, baño y aseo, juguetes, decoración, ropa, encontrarás una gran variedad de productos que destacan por su originalidad y sus divertidos motivos. Entre ellos, preciosas cajas de ordenación como esta que sorteamos.

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Sarai Llamas es una conocida bloguera y diseñadora gráfica que ilustra nuestras vidas con originales láminas y posters, con mensaje o personalizables, que darán vida y alegría a las paredes de tu casa con un toque muy familiar. Como este precioso calendario organizador familiar del 2014 que sorteamos con el que podrás planificar todas vuestras tareas y actividades familiares.


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Coquito's Tape, Amantes de las cosas bonitas, es una tienda online donde tres amigas comparten su amor por el diseño y el hand made. En Coquito's podremos encontrar preciosos y únicos cuadernos, organizadores de boda, diarios de embarazo, agendas escolares y recetarios como este que sorteamos, donde podrás guardar tus recetas favoritas y hacer todas las anotaciones para que tu cocina sea única y nunca te falle.


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Brazos y Abrazos nació en este blog. Es una sueño hecha realidad, querer llevar el porteo más allá de mi propia experiencia personal, transmitirla a otros padres, asesorarles en la tarea de elegir el mejor portabebés ergonómico para ellos. En Brazos y Abrazos encontraréis una gran variedad de portabebés, pero también información, asesoramiento personalizado y un lugar donde fomentar el porteo. Como estamos en una época de frío, qué mejor que sortear un chaleco de porteo Boba Vest, con suave y agradable forro polar, para portear a nuestros peques bien abrigaditos y llevarlos también en invierno, a un beso de distancia.

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Las cositas de Teresa es una artesana con unas manos fantásticas que hace preciosiades con un cariño único. Camisetas personalizadas, gorros de crochet, trapos de etiquetas, broches y complementos de fieltro y muchísimo más, Teresa hará de lo sencillo algo único y original. De entre sus creaciones nos quedamos esta preciosa cartera con compartimentos hecha totalmente a mano, el valor de lo único, pues nadie más tendrá una igual.


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La Jirafa Lola es una artesana que encontró en el fieltro una manera de explotar toda su creatividad, en forma de carteles con nombre personalizados. Con todos los detalles que puedas imaginar, además prepara cestas de pañales y complementos, un regalo ideal para el bebé recién nacido. Sus carteles con nombre de fieltro son únicos, sorteamos uno totalmente personalizable al gusto.


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Fofuchas de Ali es una mamá y maestra que hace virguerías con la goma Eva. Fofuchas personalizadas realizadas con absoluta perfección, cuidando al máximo cada detalle que hace que se distingan de las demás, además también realiza fofu-broches, fofu-lápices y otros complementos como este precioso set de libreta y lápiz.


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¿Qué os parecen los regalos? Espero que os gusten mucho, lo único que lamento es no poder participar yo porque se me están poniendo los dientes largos.

 ¿Qué tenéis que hacer para participar? Pues muy sencillo, basta seguir lasCONDICIONES DEL SORTEO:

 - Dejar uncomentario en el que nos cuentes qué es lo que más te gusta de este blog, ¡Lo que quieras! y tu dirección de correo electrónico para contactar en caso de ser afortunad@. ¡Ya está!.
Si no queréis dejar vuestro email en público podéis hacerlo a través del email del blog, aventuraembarazo@gmail.com.

 - Dar aME GUSTAen las páginas deFacebook de nuestros colaboradores, en agradecimiento a su participación en el sorteo.
 
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Si os apetece, también podéis seguirles en otras redes sociales o blogs, no es obligatorio pero ellos y yo os lo agradeceríamos muchísimo, así comocompartir el sorteo a través de Facebook, Twitter, blogs, estaría encantada de que lo hagáis y os lo agradeceré infinito.

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Y como no, os invito a haceros seguidor@s del blog y de nuestra página de Facebook y Twitter.
La Aventura de Mi Embarazo en Facebook y La Aventura de Mi Embarazo en Twitter. 

- Los regalos a sortear no son un lote único, se sorteará cada regalo individualmente con un ganador por regalo
- Cada participante opta a todos los regalos, no hay que elegir uno. 
- El sorteo se limita a territorio español, incluyendo Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla. 
- El plazo para participar empieza hoy mismo y podéis apuntaros hasta el domingo 15 de diciembre. El sorteo se realizará el lunes día 16 de diciembre a través de la webSortea2.

- Una vez conocido el resultado, este blog y los colaboradores en el sorteo se reservan el derecho de comprobar que el ganador ha cumplido todos los requisitos solicitados, y de revocar el resultado de incumplir las normas de participación, en cuyo caso se sorteará de nuevo el regalo que quede desierto.

Pues ya está, podéis apuntaros ya, gracias a tod@s por participar y ¡Mucha suerte!

Retraso del habla y atención temprana. Empezando el camino.

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En más de una ocasión he contado como anécdota que Antía no habla. Si bien en este aspecto no estaba preocupada tampoco estaba tranquila, tenía mis sospechas y por eso han sido varias las ocasiones en las que le he comentado el tema a la pediatra. Finalmente ha decidido derivarla a atención temprana.



Cuando digo que no habla no me refiero a que esté muda. Mi niña se comunica y emite sonidos, eso es algo obvio, pero no dice palabras. Dice "mamá" y "papá" perfectamente, ahí no hay problema, pero por lo demás su lenguaje se limita a dos o tres sílabas a lo mucho, onomatopeyas y sonidos que más bien podría parecer una monita que una niña.  Es evidente además que ella lo intenta pero no es capaz, en general la entendemos y se hace entender, pero cuando no es así se frustra y lo pasa mal.

Hace unos meses coincidí con una conocida en la sala de espera del pediatra, cuando llevé a mi niña por una irritación en la piel que resultó ser dermatitis atópica. Hablando con esta conocida de los niños y sus cosas le comenté que Antía no hablaba nada y ella me contó que su hijo era igual y que al entrar en el cole y no progresar lo derivaron a atención temprana. Me relató lo mucho que avanzó desde entonces, el cambio tan grande que hubio desde que empezó tratamiento con logopeda y cómo le recalcaron que hubiera sido muy positivo que el niño hubiera ido antes de empezar el colegio. Así que me recomendó no dejarlo pasar como había hecho ella porque sí, tenía solución, pero cuanto antes mejor. Y con las mismas, al entrar en la consulta, se lo comenté a la pediatra.

Por entonces Antía tenía 21 meses y no hablaba, solo decía con claridad mamá y papá, aparte de sonidos y alguna que otra sílaba suelta. La pediatra concluyó que no era preocupante, hay niños que tardan más en hablar, las niñas son muy exigentes y a veces hasta que son capaces de hablar con claridad no se sueltan, tiene un hermano mayor que la solapa, esos fueron motivos para no darle mayor importancia al tema. Me emplazó a esperar a los 2 años a ver qué tal.

Cuando cumplió los dos años fuimos a la revisión y volví a sacar el tema. Nuevamente me dijo de esperar un poco, darle un margen a ver si con la entrada en la guardería en septiembre se soltaba, todavía era pronto para pensar en algún problema y no debía preocuparme. Y no, preocupada no estaba, pero tampoco me tranquilizaba el hecho de no ver avances.

Por eso cuando cayó con la neumonía, en la consulta del alta, cuando nos dijeron que ya estaba recuperada, volví a sacar el tema. Mi niña no solo no hablaba, sino que en meses no se había producido ningún tipo de evolución. La niña habla como una monilla, intenta hacerlo pero no es capaz, y cuando no la entendemos patalea, da manotazos, palmadas en señal de su frustración. Así se lo expliqué. Entonces abríó un programa en el ordenador, creo entender que era uno en el que se pueden consultar las cosas que debe hacer un niño a los 2 años, y me dijo que efectivamente a esa edad ya debe tener un vocabulario de varias palabras claras y ser capaz de hacer pequeñas frases. Nada de nada. Además, como mi niña se siente cómoda en la consulta, no para, se mueve, pide, pude tener una interacción normal con ella de manera que la pediatra pudo comprobar cómo se comunica. Así que decidió que era el momento de derivarnos a atención temprana.

Hace dos semanas tuvimos la primera valoración en un centro perteneciente a la Asociación de Paralíticos Cerebrales. Me esperaba que nos recibiera una psicóloga o terapeuta, no lo tenía muy claro, y cuando nos dieron paso nos encontramos en una sala de reuniones con todo un equipo clínico que se fueron presentando: una fisioterapeuta, una logopeda, una psicóloga y la coordinadora del servicio. Todas para ocuparse de mi niña, ahí es nada.

Nos hicieron una enorme batería de preguntas en torno a su salud, desde el embarazo y el parto, sus primeros meses, crianza, alimentación, costumbres, enfermedades y demás mientras la peque iba a lo suyo, jugando en una pequeña mesa de actividades con puzzles, encajables y apilables. Como se sentía cómoda actuaba de manera natural, por lo que además pudieron comprobar perfectamente su forma de comunicación.
Luego la fisioterapeuta y la logopeda se la llevaron a una habitación aparte para valorarla sin estar nosotros delante, durante una media hora aproximadamente, en ese rato nosotros completamos la entrevista con la psicóloga y la coordinadora del servicio. 

Entre las muchas preguntas que nos hicieron le dieron especial importancia al tema de mocos, antecedentes de resfriados continuos, bronquitis u otitis, pues son motivos habituales por los que hay niños que empiezan a hablar más tarde. Descartamos ese motivo ya que los mocos nunca ha sido un problema y Antía no ha sufrido más que un leve resfriado -la neumonía curiosamente fue asintomática en ese aspecto-. 

Como siempre, en el momento de hablar de hábitos y costumbres y como no, de la lactancia materna y el colecho "a estas alturas", tuvimos nuestro momento "te doy todos los argumentos del mundo para demostrarte que no estamos haciendo nada anormal". 

Tema "TETA"

La pregunta del millón fue en concepto de qué toma teta: si de postre, de desayuno, de vicio, para dormir... Y yo respondí de manera totalmente natural que en concepto de nada, que toma teta en concepto de lo que es, teta. Ni vicio ni postre, la teta está ahí como cualquier otra cosa que puede tomar y siempre que yo esté la toma cuando quiere. No parecían entenderlo y la teta tenía que ser sustituto de algo o, en su defecto, un vicio adquirido. Mi marido lo arregló diciendo que es como si él va a la nevera y se toma un refresco, "pues entonces me estás diciendo que es un vicio"y ya me planté y dije que de vicio nada, que la teta es eso, teta, y la toma cuando quiere, ni sustituye ni complementa nada, como si se toma una galleta, un colacao, un plátano, un quesito o un vaso de agua cuando le apetece, es algo más. La teta es teta, ni más ni menos. "¿Qué pasa si tú no estás?" Pues que no pide. "¿Necesita la teta para dormir?"Pues no, se duerme con o sin teta, para dormir solo necesita tener sueño. "¿Se despierta por las noches para mamar?"Pues a veces se despierta, no se si para mamar o porque se despierta sin más. "¿Y si se despierta le das teta?" Pues unas veces sí, otras no, depende de la noche. "¿Y qué te supone eso?" A mi nada, lo mismo que si se despertara pidiendo agua.

Tema "COLECHO"

Como una ya está curtida en estas batallas, como que me hace hasta gracia que me pregunten sobre ello. "¿Qué tal duerme?" Estupendamente, como un tronco. "¿Se duerme sola?" Pues depende, hay veces que se duerme de pie si hace falta, y otras que la duermo yo. "¿Duerme sola en su habitación?"Pues ha dormido sola en alguna ocasion porque le pusimos este verano la cama en su cuarto pero como ahora hace frío dormimos mejor y más calentitas juntos en la cama. "¿Y por qué no le pones calefacción en la habitación?" Pues porque prefiero poner un radiador y no tres, que no está la cosa para que se nos dispare la factura de la luz, con lo bien que dormimos juntitos. "¿Y dormir con su hermano?"Ya lo hace, dormimos juntos. "No, en la habitación con su hermano". Pues no porque entonces no dormirían, que su hermano se mueve mucho y acaba encima de ella aplastándola. "¿Qué os supone que duerma contigo?" Pues me supone lo mismo que dormir con mi marido, ni más ni menos. Ya, pero la vida en pareja... Mira, a estas alturas la cama para dormir, para otros menesteres tiramos de imaginación, que lugares no faltan.

Al final me las llevé al huerto. No se si por convencerlas con mis argumentos o con dejarlas a ellas sin recursos de réplica, el caso es que claudicaron. Sí, a estas alturas soy hueso difícil de roer. En cualquier caso, dudo que la lactancia materna o el colecho influyan en el habla. Y ya de ahí pasamos a hablar de lactancia materna en sí y hasta a pedirme consejos, si es que conmigo no se puede.

Cuando Antía volvió con la fisioterapeuta y la logopeda nos aclararon conceptos. La niña no tiene ningún problema físico que le impida hablar, es más, posee un desarrollo orofacial espectacular gracias a la lactancia materna. Oh la lá!. Por lo visto es frecuente que el biberón, al ser un mecanismo que no requiere esfuerzo por parte del bebé, fomente el habla tardía por no desarrollar bien la musculatura del conjunto de la boca, y lo mismo el habla que, por ejemplo, la masticación, ya que al no tener fuerza muscular les cuesta más pronunciar y masticar. Nunca te acostarás sin aprender una nueva ventaja de la lactancia materna.

Así que, descartadas causas físicas, nos han emplazado a realizar pruebas neurológicas para descargar que pueda haber algo ahí. Poco probable nos han dicho, pero no pueden dejar de mirarlo porque el habla es la función del cerebro más avanzada y, por tanto, más difícil, y quieren asegurarse que el retraso en el habla no sea de origen neurológico. Así que nos toca visita al neuropediatra.

Tras toda la valoración nos explicaron las normas y funcionamiento del centro y concluyeron en que lo mejor era empezar tratamiento con la logopeda. No necesita refuerzo con la psicóloga ni la fisioterapeuta, no al menos de momento, y con la logopeda trabajará la estimulación.

Hasta hoy ha asistido a dos sesiones y debo decir que, para ser solo dos sesiones, estamos muy contentos. No voy a decir que habla por los codos porque esto es algo que requiere tiempo, pero sí vemos a la niña muy motivada y que ha hecho algún avance notable. Por ejemplo, pronunciar todas las vocales acompañada de grandes gestos con los brazos, me hace mucha gracia. Ha añadido a su vocabulario algo que suena a "león" y que lo consigue pasando la lengua entre los labios; Pee-Piii que puede ser Peppa Pig -sustituyendo hasta el hoy "oingggg oingggg"- o su seño de la guarde Pepi; te-taaaa que no requiere explicación; I-annnn que es su hermano, hasta ahora solo le llama Annnn.

Y lo más importante, verla muy contenta y orgullosa de sí misma por conseguir hablar y comunicarse un poco más, que parece mentira en una niña tan pequeña esas ganas de trabajar y de conseguir su objetivo. Está muy motivada y eso se le nota, es un gran arma.

Es lo que más valoramos del apoyo de la logopeda, ya que es algo que nosotros no hemos sido capaces de hacer por más que lo hemos intentado, estimularla adecuadamente. Ahora, con su trabajo y con las pautas que nos da para seguir en casa, nos está resultando mucho más sencillo y vemos un resultado no en cuanto a avances pero sí en actitud y motivación de la niña, que es muy importante.

Hasta ahora hemos tenido que escuchar los típicos tópicos de que no quiere hablar o no lo hace por comodidad, que eso es porque nosotros la entendemos y por eso no se suelta, que ya hablará, no hay prisa, por qué preocuparnos tan pronto. He escuchado de todo, y cuando viene de alguien que la conoce, pues vale, aunque quien la conoce realmente nos dice que no es normal que no hable con lo espabilada, vivaracha y comunicativa que es; pero cuando alguien que no la conoce te dice que no debemos preocuparnos, que es demasiado pronto para llevara a un especialista, que estamos exagerando, pues oye, reconozco que toca un poco las narices.

Y si bien no es algo que me preocupe, tampoco es algo que quiera dejar pasar. Porque tengo clarísimo que haré todo lo que esté en mi mano para mejorar la vida de mi hija en todo lo que pueda. Y este es un aspecto que, sin ser un problema preocupante, podemos mejorar, y que la espera no es más que alargar algo a lo que podemos poner remedio ya. De hecho, en la valoración de la niña nos dejaron claro que los niños tarde o temprano acaban hablando, pero que a más tarden en hablar les puede suponer que eso les influya negativamente en otros aspectos, como por ejemplo en el aprendizaje. De hecho mi madre me recordó eso de que mi hermano no habló hasta caso los 4 años, y ciertamente mi hermano ha sido un niño de fracaso escolar absoluto, desde muy pequeño tuvo problemas en el colegio, aprendió a leer y escribir muy tarde, y quizás ahora empiezo a atar cabos.

El hecho de que además haya logopeda en el colegio tampoco me tranquiliza como para esperarme un año más, ya que en este caso las sesiones son conjuntas con los compañeros de clase que necesiten el mismo apoyo y se hace en horario escolar, es decir, sacan a los niños del aula durante el horario de las clases para darles el apoyo del logopeda. Yo personalmente prefiero una terapia individualizada porque dentro de que haya varios niños que necesiten apoyo del logopeda, cada uno tendrá unas necesidades específicas, y por ello es mejor ser tratados individualmente y fuera del centro, para no perder el ritmo de la clase.

Solo puedo decir que nos sentimos satisfechos dehaber detectado una necesidad de nuestra niña y poner los medios necesarios para remediarla, que no va a ser un atajo sino un largo camino pero ya estamos en él, porque nuestra hija bien lo merece y es nuestro deber como padres. Aunque estoy segura que algún día echaré de menos cuando mi niña se comunicaba de una manera tan especial.

Todo le pica al Niño Jesús

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Hoy ha sido el festival de villancicos del cole. Este año, por no variar, ha sido diferente al pasado, y al anterior. 

El primer año se celebró en el gimnasio del colegio, un espacio muy pequeño para tanto niño  y tanto familiar entre padres, abuelos y demás. Un caos.

El año pasado, viendo el caos del primer año -no exagero si digo que hubo padres que casi llegan a las manos- el festival sólo fue para los niños, los padres nos quedamos sin ver a nuestros vástagos brillar con sus voces angelicales.

Este año, viendo que no se podía hacer ni como el primer ni como el segundo año, se ha celebrado en el salón de actos del centro cultural del barrio, que está justo frente del colegio. Gran idea, mucho espacio para niños y padres. 

Así que esta mañana hemos ido a ver a nuestro Príncipe lucirse con el villancico tan gracioso que llevaba semanas ensayando. Un villancico totalmente atípico pero la mar de original, y entre renos, pastores y demás tópicos navideños, ahí estaba la clase de mi hijo, todos vestidos de médicos. El mío, muy puesto en su papel, como no.

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Además tuvo el honor de presentar el villancico, pena de que la microfonía era pésima porque solo lo escuchamos los cuatro padres que estábamos de cuclillas intentando captar el momento a pie de escenario. Los únicos, además, que pudimos escuchar el villancico. Suspenso para el técnico de sonido, con lo bien que iban los niños.

Un villancico muy bonito y divertido en el que cuenta como le pica todo al Niño Jesús y tiene unas manchitas rojas por el cuerpo que parece sarampión. ¡Pues habrá que curarlo!



Así vamos entonando el cuerpo, que tenemos la Nochebuena en puertas. Otro más para el recuerdo, y para la colección de villancicos. ¿Os ha gustado?

Resultado del Sorteo 6º CUMPLEBLOG

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Hecho el recuento de participantes totales por fin tenemos ganadores del sorteo con motivo del 6º cumpleaños del blog.

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Antes de desveralos a l@s afortunad@s tengo que daros las gracias por vuestra participación y difusión, pero sobre todo por los comentarios tan bonitos que habéis dejado. Si por algo merece la pena continuar esta aventura, además de comparti y dejar testimonio de mis embarazos y crianza, es por quienes me seguís día a día, pues quizá sin vosotr@s esta aventura no sería la misma.

Y en esta ocasión me alegro mucho de hablar en masculino y femenino porque son muchos los hombres que se han decidido a participar en un lugar que parecía coto exclusivo de mujeres, por lo que me hace infinitiamente feliz saber que este es un lugar de encuentre de mamás y también de papás. ¿A que me estáis dando una idea? Pues eso, que BIENVENIDOS SOIS que aquí contamos hombres y mujeres, mamás y papás, que para eso en mi casa somos una familia paritaria.

Pasamos ya a la lista de ganadores y antes os cuento cómo lo he realizado. Habéis sido un total de 106 participantes con 10 premios a repartir. He hecho un sorteo único con 10 premios otorgando los premios en el mismo orden en el que se anunciaban en la entrada del sorteoy que ahora mismo os recuerdo.


1. Gorro de Chincha Rabincha
2. Lote Suavinex
3. Camiseta Premamá Las Camisetas de Mami
4. Cesta de Almacenaje de Tutete
5.Calendario anual de Sarai Llamas
6. Recetario de Coquito's
7. Chaleco de poteo de Brazos y Abrazos
8. Cartera de Las Cositas de Teresa
9. Set cuaderno y bolígrafo Fofuchas de Ali
10. Cartel Personalizado La Jirafa Lola

Cada participante tiene asignado un número de participación en función del orden de llegada, es decir, por orden según habéis ido comentando en la entrada, a efectos de recuento de participantes. 

Los ganadores están representados en 10 puestos, el 1 al 10 como los regalos al sortear, de tal manera que al puesto 1 le corresponde el regalo 1 y así sucesivamente.

Y los ganadores son...

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Nos pondremos en contacto con vosotros para realizar los envíos o, si queréis agilizar el proceso, mandadnos un email con vuestros datos de envío.

¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES A TOD@S!  

Mil gracias por participar, y mil más por estar ahí, espero seguir viéndoos por el blog, que me gusta mucho vuestra compañía. ¡A por el 7º!

FELIZ NAVIDAD 2013

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Con todo nuestro corazón, de parte de la familia que compone este blog



Señores Reyes Magos: tenemos que hablar

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Ha llegado el momento de hablar claro. El tiempo me ha demostrado que ustedes serán magos pero no adivinos, así que mejor ir dejando las cosas claras para ahorrarnos confusiones, y desilusiones.

Vaya por delante que yo les tengo mucho respeto y son 35 años de fidelidad, ni el señor de rojo con barba blanca ha logrado engatusarme. Tiene su mérito, sepan ustedes.

No suelo ser muy pedigüeña, soy de pensar que en el don de pedir está la virtud de no dar, así que yo no pido o pido poco, para no abusar y recibir con alegría aquello que no espero.

Pero este año voy a pedir, porque con tanto no pedir a una ya se le queda cara de tonta, y ya está bien. Que si entre que no aciertan o directamente omiten su labor de traer regalos, aquí servidora va perdiendo la ilusión a la par que el poder adquisitivo.

Así que se lo voy a poner fácil con mi lista petitoria, para que no se me vayan por la parra, que nos conocemos.

Peticiones no materiales:

- Un 2014 tranquilito: porque el 2013 ha sido una puñetera mierda de año, no hay nada que salvar. 
- Un trabajo para mi señor esposo: porque 2 años y medio de paro es más que suficiente, porque esta familia no se sustenta con un mierda sueldo y porque ya está bien de llamar a miles de puertas, entregar miles de currículum y no encontrar respuesta en positivo.
-. Salud pa los míos, lo más importante.

Que no se diga que pido poco.

Peticiones materiales:

- Una funda para el portátil, una funda chula, chic y fashion. Lo pongo muy fácil, hay una sección para tal menester en MISAKO, que también tiene tienda física en el centro de la ciudad.

- Un ebook que me permita leer sin dejarme la vista como me pasa con mi tablet patatero. Un Kindle no estaría nada mal, BBB.

- Un bolso azul. Tipo bowling, shopping bag o bandolera, me da igual. Me encantan los de Parfois aunque en Sfera los hay preciosas y muy bien de precios. He visto uno por 15,95€ ideal.

- Complementos de bisutería. Pendientes, pulseras, collares y gargantillas, nada de joyería, en Stradivarius, Blanco, Sfera, Parfois, hasta en Primark los hay la mar de monos y apañados.

- Cualquier cosa de Sfera. Me encanta esa tienda, así que cualquier prenda de ropa de la sección joven, calzado, complemento, ¡Me gusta todo! 

Digo yo que no es tan complicado. Si a mi se me contenta con cualquier minucia. No hace falta gastarse un dineral para que me guste. El ebook es por si suena la flauta, lo demás, con 50€ se me apaña un regalo muy completito: bolso y complementos de bisutería. Y yo más feliz que una perdiz.

QUE NO SE DIGA QUE NO LO PONGO FÁCIL. Espero que vuesas majestades tengan a bien recibir mi petitoria, doy fe de que este año he sido buena, además de tonta, y que después de los palos que me he llevado me toca recibir algo agradable.

Y ahora... a hacer galletitas para agasajar a SSMM cuando tenga a bien visitar mi humilde hogar, a rescatar a la niña que vive en mi interior y a soñar con un paquetito con mi nombre bajo el árbol.

Adiós 2013

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Toca despedir otro año, y desde aquí digo bien alto y claro "vete 2013, vete de una puñetera vez ya".

Sí, 2013 ha hecho honor a la malaje de su número y para mi ha sido nefasto. Año horribilis. Tenía muchas esperanzas puestas en él porque llevo una racha de años que ninguno era bueno (exceptuando el nacimiento de mis hijos) y pensaba que peor no podía ser, pero 2013 ha dejado el listón de los malos años bien alto.

Aunque me temo que el 2014 no va a ser mejor. Me conformo con que no vaya a peor. Y espero que al menos lo malo que venga sea producto de las circunstancias y no de las personas, porque lo primero se asume, lo segundo, jode.

El 2013 ha sido un año de esperanzas truncadas. Un año de levantar la cabeza y volver a caerme cuando parecía que remontaba de nuevo el vuelo. Un año de intentar ver un rayito de sol entre las nubes y de sobrevivir a las continuas tormentas. Un año de grandes decepciones personales, que son las que más duelen.

Una mierda de año, sinceramente. Que se vaya ya y se lleve todo lo malo que trajo.

Pero... pero. Siempre hay un pero. Y es que aún hay algo que rescatar de este mierda año. De lo malo se aprende, se sacan recursos, se sale adelante, pero lo mejor sin duda, es ver la cantidad de gente que me ha tendido una mano cuando más me ha hecho falta, cuando lo daba todo por perdido. La gente que me ha ofrecido su ayuda sin pedir nada a cambio. La gente que ha estado a mi lado aún sin apenas conocerme. Esa gente que me ha dicho "ey, que se que no nos conocemos, no tenemos confianza, pero en lo que necesites, cuenta conmigo". Mucha gente, ha sido una sorpresa enorme para mi encontrarme con tantas buenas personas y no tengo palabras de agradecimiento suficientes para cada una de ellas. Sabéis quienes sois.

De este año, entre lo poco bueno me quedo con un momento, mi encuentro con esas amigas virtuales que nos conocemos desde hace tanto, que hemos vivido tanto juntas, y después de tanto tiempo compartiendo lo bueno o no tan bueno por fin pudimos abrazarnos. Nos supo a tan poco que no vemos el momento de juntarnos de nuevo, ojalá en 2014 haya muchas oportunidades de hacerlo.

Dejo atrás un año de muchas decepciones, de mucha frustración, de mucha impotencia. Nunca me había sentido así y es algo que me da mucha rabia, pero supongo que la vida te pone en estos aprietos para aprender y salir reforzada, pensemos que es así y que no hay una fuerza sobrenatural empeñada en jodernos la vida.

Cierro el año triste, desanimada y decepcionada. Solo pido que el 2014 me traiga un soplo de aire fresco que me permita respirar profundo y llenar de nuevo mis pulmones de aire fresco y renovado. Falta me hace.

2013... ¡SE ACABÓ!

Cosas que hacer con niños un domingo casero

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Los padres nos exprimimos el cerebro intentado buscar y organizar actividades adecuadas y entretenidas para toda la familia, en especial para nuestros hijos.

Después de una semana de trabajo, estudios, actividades extraescolares, anhelamos y deseamos que llegue el fin de semana para salir a la calle, despejarnos y disfrutar del aire libre. Es entonces cuando buscamos las diferentes ofertas de ocio y elegimos aquellas que más nos apetece en ese momento: ir  a la biblioteca, al cine, al parque, pasear por el campo, una barbacoa, visitar un zoo... ¡Las posibilidades son inmensas!

Pero ¿Qué pasa cuando decidimos quedarnos en casa?. Esos días fríos, lluviosos, que el tiempo no acompaña o que alguno de los peques está malillo y no conviene que salga a la calle. Algo habrá que hacer para que el tiempo en casa no parezca interminable.

Nosotros salimos mucho, hasta ahora siempre hemos intentado estar fuera de casa desde que empieza hasta que acaba el fin de semana. En gran parte provocado por el hecho de que gran parte de mi vida laboral haya transcurrido en un horario en el que disfrutar de las tardes y fines de semana libre era casi una utopía. eso me obligaba a aprovechar cada minuto libre y salir a donde fuera, hiciera el tiempo que hiciera, por no verme encerrada en casa tras pasar casi toda la semana encerrada en el trabajo.

Hace ya tiempo que mi vida no es así, soy más pobre pero tengo más tiempo libre, no hay mal que por bien no venga. Pero me cuesta desconectar de la idea de aprovechar cada pequeño minuto fuera de casa, máxime si hace un día que invita a ello.

Aún así, estamos aprendiendo a disfrutar también de los planes caseros por placer, o sea, quedarnos en casa porque sí, sin ningún motivo, porque nos apetece. Y hemos descubierto que también nos lo podemos pasar estupendamente, idear entretenimientos y hacer que el día se nos pase volando.

Hoy ha sido un día de esos. Ayer estuvimos todo el día por ahí en el parque, en los hinchables, montando en bicicleta, salimos por la mañana y volvimos casi anocheciendo, cansados pero con el sabor de boca de haber pasado un día estupendo. Así que nos apetecía pasar el día en casa y descansar.

Por eso hoy ha tocado idear planes para pasar un domingo casero con los niños, sin que ellos acaben haciendo el mono en los sofás por puro aburrimiento.

¿Qué podemos hacer con niños un día casero?

- Poner orden en los juguetes: se puede plantear como un juego, clasificarlos en cajas o cajones, seleccionar aquellos que ya no estén en condiciones para dejar los buenos, buscar piezas sueltas o aquellas que parecen perdidas... lo que se nos ocurra.

- Maratón de películas: escoger aquellas que más gustan a las películas y acompañarlas de unas palomitas.

- Siesta comunitaria: nada mejor que una buena siesta en familia, esa en la que todos duermen... ¿Quién dice que dormir no es un buen plan?

- Hacer repostería: magdalenas, galletas, un bizcocho, se puede preparar por la mañana para comerlo en la merienda, y los niños seguro que se se ofrecen a echar una mano, ¡les encanta!

- Juegos de mesa familiares: este año los Reyes Magos nos han traído varios juegos de mesa. Con un parchís, un Quien es quién o una baraja de cartas al diversión está asegurada.

Repartir las tareas caseras: engorrosas pero obligatorias, pueden ser una tarea muy entretenida si involucramos a los peques. Ayudar a hacer las camas, darles un plumero o un pañito, dejarles pasar la aspiradora, probablemente tendremos que ir luego por detrás a rematar pero es una excelente manera de normalizar el hecho de tener que recoger y limpiar la casa y enseñarlos a que entre todos lo hacemos mejor y más rápido.

- Hacer manualidades: aquí la imaginación manda, podemos probar a hacer cosas útiles, decorativas, aquello que tenga un fin que motive a los peques. No hace falta tener un arenal de materiales, a veces con una caja de cartón, pegamento y colores tenemos más que suficiente para ingeniar cosas como un castillo medieval, un disfraz de robot, podemos decorar cajas y transformarlas en cajas de secretos o de ordenación, hacer adornos navideños, farolillos, banderines decorativos... Las posibilidades son infinitas y ayudamos a desarrollar la imaginación, la creatividad, la motricidad...

¿Cómo hemos disfrutado de nuestro domingo casero?

Está acabando el día y el resultado es que ha sido un día estupendo. No hemos hecho nada especial pero lo cotidiano se ha transformado en entretenido y agradable.

- Recoger y limpiar la casa: Yo me he puesto con la limpieza profunda mientras papá recogía los juguetes desperdigados por el salón y los repartía según correspondía en las habitaciones de los niños, con su inestimable ayuda, por supuesta.

- Hacer una comida especial: de esa por la que los niños se vuelven locos. Hace unos días inventé unos macarrones gigantes rellenos de boloñesa y, en vista de su éxito, hoy los he vuelto a hacer, con tranquilidad y mejorando la receta. Nos hemos chupado los dedos y no ha quedado ni una gota de salsa. Prometo receta. Además me dio tiempo a preparar algo de repostería para la merienda.

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- Dormir la madre de todas las siestas: Los peques cayeron ipso facto después de comer, los dos arrebujados sobre mi pecho y yo encantada de la vida. Cuando me di cuenta la estampa era de lo más peculiar, dos niños, dos adultos y dos gatos en un sofá, cada cual más dormido.

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- Merendar chocolate a la taza con bizcochos: mientras hacía la comida preparé unos bizcochitos de nata, así que cuando nos despertamos de la siesta preparé un rico chocolate a la taza totalmente casero -nada de preparados comerciales- que nos comimos la mar de a gusto viendo la película de Harry Potter. Iván lo dijo todo, "Mamá,cuánto me gusta merendar todos juntos en familia". Con esto tengo más que suficiente.

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- Rellenar el libro viajero: esta semana nos ha tocado el libro viajero, en el que cada alumno debe escribir un poema e ilustrarlo con un dibujo. Nosotros nos hemos inventado un poema sobre los planetas e Iván ha dibujado su sistema solar.

Lo mejor, sin duda, además de la siesta, el no habernos quitado el pijama en todo el día, ¿habrá algo más cómodo y casero?. Las fotos, pues como véis, no son muy allá, es lo que tiene improvisar y tirar de cámara del móvil -la única que tengo-, pero plasman a la perfección la estupenda imperfección de esta familia.

Ahora, mientras yo escribo esta entrada con "Mamma Mía!" de fondo en la tele, toca baño y cena, con el regusto de haber pasado un domingo casero la mar de entretenido, y las ganas de repetir. Porque no solo se pasa bien saliendo de casa. Porque la felicidad también se encuentra en las pequeñas cosas.

Y llegaron los Reyes Magos

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Hay una semana al año en la que vuelvo a ser niña. No puedo evitar sentirme igual de ilusionada los días previos a la noche de Reyes, aún esperando no recibir nada -dada las puñeteras circunstancias económicas, pero no puedo evitarlo, me hace una ilusión tremenda.

Desde que soy madre es aún más fuerte, como si volviera a revivir mi infancia a través de los ojos de mis hijos. Ellos me transmiten sus nervios y su ilusión, sus ganas de vivir a tope estos días, y disfruto como una condenada con todos los preparativos, intentando que sea un día muy especial y que la sorpresa de la mañana de Reyes supere nuestras expectativas.

Este año no podía ser menos, a pesar de que la contingencia de regalos ha sido menor. La crisis se nota mucho, y aunque parezca una pena que la paguen los más pequeños que no tienen culpa de nada, en el fondo no hay mal que por bien no venga: su ilusión se mantiene y, realmente, no necesitan tantas cosas. De hecho, una montaña de juguetes no sirve más que para acumularse, jugar con los más existosos y que los que lo han sido menos acaben en el fondo de un baú. Porque no se en vuestros hogares pero en el nuestro se han sacado juguetes de reyes de hace uno o dos años sin abrir ni siquiera la caja, porque en su momento no gustó, porque no era adecuado a la edad o simplemente por que pasó desapercibido.

Han sido unos días bastante tranquilos comparados con años anteriores, hemos "previsto" todo a tiempo para no dejar nada a última hora, tenido menos compromiso y hemos disfrutado del 5 enero con más relajo, pues llevábamos unos años que entre quedar con unos y con otros el día era una carrera continua por llegar a tiempo a todas partes.

Empezamos en familia. La cabalgata sale de nuestro barrio y este año el tito Adrián tocaba con su banda escoltando al Rey Baltasar, mis hijos estaban emocionadísimos con ello y lo invitamos a comer para que ya saliera vestido de jeque árabe desde nuestra casa. Y nosotros también salimos a ver los primeros pasos de la cabalgata por la ciudad, a recoger los primeros caramelos, y a disfrutar de las primeras caras de ilusión. Iván emocionado, Antía desconfiada y algo asustada con tanto jaleo.

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Nos fuimos a casa a descansar porque el día prometía ser largo, intentamos dormir una siestecilla pero Iván parecía que había metido los dedos en un enchufe porque menuda energía que tenía,n o se callaba, no paraba quieto, venga a saltar en los sofás, a tirarse encima de alguno, hasta que le dije "¡Iván hijo estate quieto ya! ¿Qué te pasa que no paras?" y me contestó "¡Mamá no puedoooooo, estoy muy nerviosoooooooo!".  ¿Pero cómo no iba a estar nervioso? Ya me vale por preguntar, ¡qué ingenua soy a veces!.

Baños, ponernos guapos y a la calle, esta vez a ver la cabalgata con los abuelos maternos, que les gusta disfrutar de esta tarde con sus nietos. Viendo el percal decido ser práctica, conducir yo -soy más astuta a la hora de callejear y buscar aparcamiento- y directamente lo meto en el parking de El Corte Inglés tras comprobar que tienen la valla levantada. No me tocará la lotería pero siemrpe aparco bien, no se puede tener todo en esta vida.

La peque duerme como un tronco, Papá se la cuelga en la mochila ergonómica y salimos a esperar la llegada de la cabalgata, y de los abuelos. Iván se percata que hay una pequeña feria a las puertas de la tienda y le prometo que al acabar lo dejaré subirse a algun cacharrito. Llegan los abuelos, llega la cabalgata, Iván disfruta como un enano viendo las cutre carrozas y recogiendo caramelos que nunca comerá - porque no le gustan, pero  los coge, que la tradición manda - mientras Antçia sigue dormida como un tronco a pesar de todo el jaleo. Pasa Melchor que más bien parece Neptuno entre tanta sirena, concha y delfín, Gaspar al son de Paquito Chocolatero que solo le falta subir los brazos y cantar "heyyyy, heyyyyy" mientras se agacha cual amigo borrachuzo del novio, Baltasar que por alguna extraña razón siempre es el más generoso tirando caramelos. Princesas Disney que más bien parecían... me voy a callar lo que parecían, de todo menos princesas. Un dinosaurio articulado la mar de molón, todo el mundo sabe que los Reyes además de camellos llevaban un dinosario para las cargas mayores. A los peques les gustó que es lo más importante.

Nos llevamos algún caramelazo a traición, de esos que casi te ponen un ojo a la birulé, me estoy planteando seriamente hacerme de un casco y un escudo para estas lides, porque más de un año he salido lesionada.

Al acabar lo prometido es deuda, fuimos a la feria pero no sin antes decirle a Iván que debía escoger una atracción porque son muy caras y no puede ser. Es un niño muy comprensivo, eligió el castillo hinchable que además era el más barato, se subió tan feliz y se bajó igualmente feliz. Antía se despertó cuando Iván salía del castillo así que nos fuimos antes de que se diera cuenta de la fiesta, pues ella no es menos y también querría subirse. Una última adquisición para la noche de reyes y a casa del abuelo a cenar con la familia y esperar a que algún rey mago nos dejara allí los primeros regalos.

Decir que se cortaba el ambiente con un cuchillo era poco. Los nervios de los más peques de saber que tras la cena vendría uno de sus majestades a entregar los regalos en persona eran palpables. ¿Palpables? Estaban como motos, ni comer querían como es lógico, y si por ellos fueran no comeríamos ni los mayores. Pero una mesa de ibéricos, mariscos y demás delicatessen no es para comer con prisa, y más servidora que venía sin merendar. Mi hijo me preguntaba "Mamá, ¿cuándo vendrán los Reyes?"y yo contestaba "después de cenar, cariño", mientras chuperreteaba cuerpos y bocas de cangrejo real como si no hubiera un mañana.

Los niños se fueron a ver la tele juntos a la salita, los mayores cenamos en familia con la grata visita de unos tíos alemanes, me encantan estos momentos familiares en los que comemos como orcos, compartimos anécdotas y nos reímos un ratito. Y de vez en cuando asomaba una cabecita infantil en plan emisario, "¿Falta muchooooooooo?", para que luego digan que los niños son impacientes.

A las 10 era la hora señalada. Entre cuchicheos, abrir y cerrar de puertas, luces y sombras, mi sobrino rompe su nerviosismo porque cree haber visto la silueta de un Rey Mago. "Que no hombre, que es tu tío que le ha entrado un apretón y se ha ido al baño". Se hace silencio, se abre la puerta y aparece un Rey Melchor sentado en el trono silladelordenadordelabuelo y los niños se cuadraron como soldados en la mili. Y empezó el reparto de regalos con los correspondientes agradecimientos a su majestad, besos, abrazos y choques de manos, según fuera niño o adulto. Antía perdió rápido el miedo, habiendo regalos de por medio no hay susto que valga, y no se cortó un pelo a la hora de acercarse a Melchor, coger su paquete y abrirlo tan feliz. Iván lo tiene más que superado, se puso el primero en cola no fuera que así le tocaran más regalos.

Hijos míos, alguna vez os contaré que el Rey Melchor era vuestro tío Borja camflado y con una voz que no era capaz de disimular, bendita sea vuestra inocencia.

De allí nos fuimos con un cuerpo humano, un sistema solar montable y un barco de soldados de Playmobil, para Iván, ¡Lo que había pedido! Y Antía feliz cual perdiz con su super caja registradora, su carro de la compra, su arca de Noe de Playmobil y su avión de Pin y Pon, los quería llevar todos ella sin ayuda, ¡Son míos!

Iván se durmió en el coche y directamente a la cama, Antía estaba bien espabilada pero un poco de teta en la cama bastaron para que se durmiera. A nosotros aún nos quedaba trabajo, Papá debía subir los regalos de la tienda, ya que en casa no hay donde esconderlos, y yo montar el "escenario" para la sorpresa del día siguiente, y envolver algún que otro regalo que se me había olvidado.

Decidí hacer un caminito de monedas de chocolate desde la puerta de la habitación hacia el árbol, montamos un conjunto de mesas y sillas que compré cuando abrí la tienda con la intención de ponerla allí para los niños pero nunca se llegó a sacar del embalaje, así que añadíamos un regalo más totalmente improvisado. Y una vez todo puesto, colocado y ordenado, foto hecha, me fui a la cama casi más nerviosa que mis enanos. De hecho apenas dormí pensando en la cara de sorpresa de mis niños a la mañana siguiente.

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Se portaron bien, Iván no abrió el ojo hasta las 9 de la mañana, me despertó con un beso preguntándome si podía ir ya al salón y le dije que mejor esperar a que su hermana se despertara. Como la impaciencia nos podía al final la despertamos con besitos y caricias y la peque, que es peque pero no tonta, le faltó tiempo para pegar un salgo en cuanto dije "¿vamos a ver si han venido los Reyes Magos?".

Me sorprende porque Iván con 2 años y medio aún no se enteraba muy bien del tema, Antía sabe demás quiénes son sus majestades y tiene muy clara su misión de dar juguetes. Mi niña espabilada.

Al abrir la puerta enseguida descubrieron el caminito de monedas pero Iván se fue directo a los regalos mientras Antía hacía acopio de todas y cada una de las monedas en sus pequeñas manos. Y entre saltos y gritos de alegría empezó el reparto de regalos, Iván hizo los honores y se ocupó de darle a Antía sus paquetes. Lo veía ahí, de perfecto hermano mayor, leyendo con solemnidad los nombres de las tarjetas, ayudando a su hermana a romper el papel hasta que le dije "Iván venga, ¡abre los tuyos!" y me contestó "No mamá, primero mi hermana que es la más pequeña, cuando ella acabe abriré yo los míos". Me dejó sin palabras, qué generoso es mi niño incluso en un día tan especial. Efectivamente, esperó a que su hermana acabara de abrir todos sus regalos y luego le tocó a él.

Se puedo decir que hubo pleno al quince y que su majestades trajeron todo lo pedido porque no hubo quejas. A Iván su primer libro de Geronimo Stilton, un parchís, un Quién soy yo -el primo pobre del Quién es quién-, un nomeacuerdocomosellama primo pobre del Twister y su añorado y deseado tren Thomas en el Castillo.

Antía no fue menos y se encontró con una preciosa muñequita, un perrito en su transportín con un kit de primeros auxilios veterinarios, la caravana de Pin y Pon y tocador de Minnie Mouse.

Era una mañana fresquita y nublada así que apetecía quedarse en casa, como no teníamos más compromiso que ir a casa de los abuelos decidimos dejarlo para la tarde y aprovechar la mañana para montar juguetes y jugar tranquilamente, sin prisas. Y allí, como locos, probando todo, jugando el uno a lo del otro, el otro a lo del uno, los dos a lo de uno y a lo del otro... Comprobamos que da igual que el juguete sea para uno o para otro, de niño o de niña -que nosotros intentamos no hacer distinción en ese aspecto-, mis niños comparten juego ya sea con una Pin y Pon, un parchís o un tren eléctrico. Mis niños son listos y saben que juntos tienen más juguetes y disfrutan el doble, me encanta verlos jugar porque sí, a veces se pelean, pero la máxima es verlos sentados compartiendo juegos.


La anécdota de este año la tuvimos en casa de los abuelos. Por la tarde temprano fuimos a buscar lo que había dejado allí los Reyes, Iván estaba muy nervioso y al llegar se puso a buscar regalos por todos los rincones. Momento abuela "Iván, ¿has visto los regalos?" y respuesta "no abuela, aquí solo hay bicis" vaticinaba que la cara no sería de sorpresa buena... 

Seamos sinceros. Iván no pidió una bici. A Iván no le llama nada la atención una bici. Iván no se esperaba una bici, cualquier cosa menos una bici. Así que cuando le dijimos que esa bici era su regalo en casa de los abuelos, se mascó la tragedia. Cara de decepción y un llanto lastimero fueron lo siguiente, eso y miradas a mi madre de "¿ves? te lo dije", porque odio decirlo pero es cierto que le dije que no le iba a gustar. Para colmo a Antía le flipó la bici, tanto que tardó cerocoma en subirse y tocar el timbre, timbre que la de Iván no tenía y el pobre, por no decir que no le gustaba la bici decía llorando que la suya no le gustaba porque no tenía timbre.

Al final conseguimos convencerlo para salir a la calle y dar un paseo, una vez ajustamos y nivelamos los ruedines que para colmo hacía que la bici basculara hacia un lado y se cayera. Por suerte, en cuanto se arregló, salimos y empezó a dar las primeras pedaladas, su cara fue cambiando, tanto que al llegar al carril bici de la avenida aquello era, por fin, un niño feliz estrenando la bici que le habían estrenado los reyes. Del llanto al "qué regalo más guay" un paso, afortunadamente.

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Faltaban los regalos de los padrinos, por una parte fueron recibidos esta semana, y otra vez pleno porque a Iván le trajeron una pista de Hot Wheels, de los pocos juguetes de niño que le gustan, y a Antía un carrito de limpieza con aspiradora y todo que la tiene loca. Y faltan los otros padrinos, que vendrán este finde, seguro que son otro acierto.

Días después disfruto mucho viéndolos jugar, probando cada día alg nuevo, inventando nuevos juegos. Antía disfruta como una enana pasando la cesta de la compra por su caja registradora y pasando la aspiradora, Iván está loco con su tren Thomas que es uno más de la familia y emocionado con su cuerpo humano, y más desde que puso el cd interactivo en el ordenador con un montón de actividades para aprender sobre él. 

Pero curiosamente puedo decir que los más exitosos han sido el parchís y el Quién soy yo, y es que como dice Iván, "lo mejor es jugar toda la familia junta". Y qué verdad es que a veces, con poco, se consigue disfrutar a tope.

Dermatitis atópica: un nuevo brote

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La dermatitis atópica es una de las afecciones cutáneas más comunes, muy presente en niños, y que puede dar más de un quebradero de cabeza sobre todo en sus primeras manifestaciones, más aún si se produce en niños pequeños o bebés.

No es la primera vez que hablamos sobre la dermatitis atópica en este blog dado que mis dos hijos la padecen. El mayor ha tenido la mala suerte de sufrirla desde bien pequeña, pues solo era un bebé de 15 días cuando comenzó con sus primeras manifestaciones, y su primer año de vida fue muy complicado en este aspecto. La pequeña tuvo más suerte, parecía tener una piel maravillosa hasta que a los 21 meses tuvo un brote que os contaba en esta entrada, pequeño y que corta duración, pero que ya ha condicionado su piel.

Hemos asumido que la atopia es una condición de la piel, que puede mejorar pero no se cura, no se quita. Intentar que sea así creo que es una batalla perdida, y creo que lo mejor que podemos hacer es cuidar la piel en la medida de lo posible para que sufra lo menos posible.

Iván hacía años que no sufría un brote, tres años exactamente, y lo contaba en esta entrada. Después de luchar contra lo que parecía un imposible durante el primer año de vida, finalmente encontramos en la Nivea de toda la vida, la de la lata azul, la solución para mantener su piel estable. Desde entonces no hemos dejado de prestar atención a su piel, ofrecerle los cuidados oportunos, y afortunadamente los brotes fuertes han sido puntuales.

Con todos los cuidados, se nota que su piel es atópica, a pesar de no sufrir brotes o lesiones. Basta observar para percibir que no es tersa sino rugosa y seca, al tacto es áspera, como una fina lija, siempre con una capa de pequeños granitos. En invierno se nota sobre todo en su cara, pues la sequedad hace que las zonas más delicadas se descamen y asomen unas pequeñas manchas blancas. Sí, no tiene una piel lustrosa pero el hecho de no sufrir eccemas o lesiones es todo un triunfo.

Hace dos días noté por la noche que se rascaba mucho. No llegaba a despertarse pero dormía inquieto y no dejaba de rascarse, pero pensé que era algo puntual. Nada más despertares me dijo que le picaba mucho la piel y no se calmaba rascándose, así que cuando nos levantamos y lo vi a la luz, me di cuenta de que ese picor no era casual, pues tenía el torso totalmente irritado. Afortunadamente no había lesiones, no olvido aquellas heridas que mi niño tenía perennes en su cara y cuero cabelludo, o la peor de todas, la herida supurante de su brazo que tardó meses en curar.

En general tenía todo el torso tanto el frente como la espalda irritada, pero las zonas más delicadas eran cuello, pecho y sobre todo las axilas , la zona con más picor.

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Viendo su molestia decidimos que no fuera al colegio, no tenía necesidad ninguna de pasarlo mal entre picores, así que se quedó en casa. Y yo que no soy de automedicar pero ya hemos sufrido esto más de una vez, le apliqué crema hidratante en todo el cuerpo y una pomada con corticoides que me recetaron cuando el brote de Antía, en la zona más irritada.

Se quedó en casa y tras varias llamadas durante la mañana, dudando si llevarlo al pediatra no por el brote en sí sino por la molestia de los picores, concluímos que no hacía falta porque Papá me decía que ya estaba mejor. Pero al llegar a casa a mediodía, no se si porque la vista de Papá no es como la mía, o porque le pasó el efecto de la aplicació de la pomada, lo tenía más irritado que por la mañana.

En 10 minutos estábamos en la consulta del pediatra, ya que a las 15 horas finalizan las consultas de urgencias del centro de salud y no era una cuestión para ir al hospital. Yo sabía realmente lo que debía darle, pero preferí que la pediatra me confirmara el diagnóstico y el tratamiento antes de ir po mi cuenta. Finalmente era un brote de dermatitis atópica y el tratamiento el mismo que yo creía: corticoides en pomada para las lesiones y antihistamínico en jarabe para el picor, que era lo más molesto y el motivo real de la consulta.

Hoy ya ha ido al cole, sigue la irritación pero los picores ya han remitido, toca seguir tratando la piel hasta que vuelva a su estado normal y luego continuar con nuestros cuidados básicos. Para quien esté en la misma situación, os cuento los cuidados que teneos nosotros para mantener la piel atópica en buenas condiciones:

- Hidratación diaria: todos los días aplicamos crema hidratante en todo el cuerpo y lo hacemos con generosidad, que la piel se empape y absorba bien para obtener una buena hidratación.

- Baños alternos: no los bañamos a diario sino día sí día no o cada dos días, esto ya depende del día que haya pasado ele niño, hay días que están más guarretes y hay que bañarlos sí o sí. En ocasiones usamos aceite corporal al final del baño ya que la piel lo absorbe muy bien y se mantiene más hidratada y por más tiempo que con uan crema hidratante.

- No usar jabones: el jabón reseca muchísimo la piel y casi todos los geles de baño, incluso los específicos para pieles atópicas, incluyen jabones en su composición. Un gel sin jabón dejará la piel igual de limpia sin resecarla.

- Aplicar el gel con las manos: en lugar de usar esponja, con la mano daremos un suave masaje a la vez que limpiaremos su piel sin arrastrar ni hacer rozar.

- Prendas de tejidos naturales: optamos por lo general por prendas de algodón y evitamos sobre todo los tejidos sintéticos o aquellos susceptibles de irritar como la lana o tejidos con pelo.

- Productos específicos: geles de baño, aceites corporales o cremas hidratantes, siempre mejor que sean especiales para pieles atópicas. Aunque nosotros intentamos que su piel se adapte a todo tipo de productos y en ocasiones usamos un gel o una crema hidratante normal, pero no es lo habitual. Las marcas típicas de bebé que se encuentran en cualquier supermercado son las que peor nos van pues les irritan mucho. 

Y la pregunta del millón...

¿Cuál es la mejor marca de productos para pieles atópicas?

Pues a estas alturas puedo decir que muchas, o ninguna. Siempre va a depender de la piel de vuestr@ hij@. Tengo más que comprobado que marcas que a una piel van de maravilla, a otra le va fatal, por lo que es cuestión de probar y descartar.

Dada la tremenda variedad de marcas que existen en el mercado, yo recomiendo por propia experiencia empezar por las más económicas y las que tenemos más a mano. Porque pueden funcionar igual de bien y nos habremos ahorrado un buen dinero, en lugar de empezar por una cara que no nos funcione y llegar a la más barata en último recurso.

Aquí una servidora probó todas las cremas, geles, emolientes, aceites, de las mejores marcas, las más caras, y al final lo que mejor nos funcionó fue Nivea. Ahora vamos alternando porque intentamos que la piel se acostumbre a diferentes productos, pero hay productos que no nos fallan, como el gel de baño Lactacyd o la crema hidratante Bio Care, son productos que podemos usar con total confianza.

Espero que nuestra experiencia con la dermatitis atópica os sea útil, y espero también tardar mucho tiempo en volver hablar del tema, signo de que la mantenemos a raya. Si tenéis alguna duda, ya sabéis dónde estoy.


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