Desde hace unas semanas hay un virus que pulula por la blogosfera maternal. No tenemos claras sus intenciones pero sí que afecta a cada vez más blogueras, cual plaga bíblica.
¿Que de qué virus hablo? Pues sí, de ese que te tiene con el cuerpo raruno durante 9 meses aproximadamente y que luego te deja un regalito en forma de bebote. Sí, ese.
Efectivamente, los embarazos masivos pueblan la blogosfera maternal y el virus corre como por el monte las sardinas tralalá -o tralalí, que bien le habéis dao al tema-. Para que luego se diga que la maternidad deja la vida sexual pal arrastre y que las madres no damos abasto con la crianza, la casa, el trabajo y para más inri, el blog. Pues toma, se ve que sí hay tiempo pal arrejunteo marital, y a los hechos me remito.
Barajo algunas hipótesis sobre es repentino estado de buenesperanzismo:
- Contribuir con el crecimiento de la natalidad en el país, que a este paso no tendremos quien nos pague las pensiones cuando seamos viejetas.
- Sacarles a las marcas esas a quienes tanto gustamos las blogueras más regalillos por la patilla.
- Tener tema blogueril para al menos 18 meses más -como mínimo- y no tener que volver a pensar... "uff, a ver de qué hablo hoy en el blog".
- Hacer mala competencia para coger carrerilla en el ránkin de +Madresfera -el día que vuelva-.
No llevo la cuenta pero cada día aparece una bloguera preñada más, como cuando vas al monte a por setas. Algunas ya avanzadas y con dos bebotes de golpe, que digo yo, ¿cómo os habéis aguantado sin decir nada por esa boquita?. Pues que sepáis que todas, las que traéis una o dos -¿alguna que espere trillis en la sala? que levante la mano porfaplease-, me habéis alegrado infinito con vuestro estado.
¿Qué hacer entonces? En mi caso tengo dos alternativas, plastificarme entera o irme a vivir a un convento de clausura de esos en los que te ponen un candado... ahí. No sea qué, que la cosa está muy achuchada y ya llego a fin de mes haciendo un tetris con dos polluelos, no quiero pensar qué sería con tres.
Vale, dejémonos de tonterías. Sí, en el fondo me dáis envidia, envidiaca de la mala, para que os voy a engañar. Yo también quiero una barriga, no me importaría incluso que fuera doble, porque me encanta un embarazo y porque quiero tener más hijos, dar más teta y portear full time, es así. Es mi cruz de todos los días, sentir que quiero ser madre de nuevo y saber que ahora NO puede ser. Así que me tenéis loca, como la que está a dieta estricta y le ponen todos los días por delante un coulant de chocolate con nata y dulce de leche. Tal cual.
Esto está sucediendo en un mes fatal para mi, mi mes. Porque en mis dos embarazos mi FUR fueron el 19 y 17 de octubre respectivamente, con 3 años de diferencia entre ambos, por lo que si siguiéramos la progresión, este mes "toca". Pero no, pese a que esa lucha interna se debate a hierro diariamente en el interior de mi cabeza, vamos a hacer de oca a oca y a seguir jugando. Mirad, jugar al parchís, buena actividad en pareja que no entraña riesgo de embarazo --a no se que sea el strep-parchís, que ya sabemos cómo acaba luego la partida--.
No obstante yo sigo echando primitivas a ver si se tercia que me hago millonaria de un día para otro y me pongo a tener chiquillos pa montar mínimo un equipo de fútbol, que no se diga que no tengo esperanza, que es lo último que se pierde.
Así que, como hace muchísimo que no hablo del embarazo, y este blog en principio era sobre ello, mañana os regalaré un consejín de esos que vienen bien a los comienzos. Aunque seais secundíparas y ya lo sepáis todo, nunca está de más, y me apetece compartir algunos consejillos con vosotras. Así lo mismo me quito el monazo de preñamiento.
¿Que de qué virus hablo? Pues sí, de ese que te tiene con el cuerpo raruno durante 9 meses aproximadamente y que luego te deja un regalito en forma de bebote. Sí, ese.
Efectivamente, los embarazos masivos pueblan la blogosfera maternal y el virus corre como por el monte las sardinas tralalá -o tralalí, que bien le habéis dao al tema-. Para que luego se diga que la maternidad deja la vida sexual pal arrastre y que las madres no damos abasto con la crianza, la casa, el trabajo y para más inri, el blog. Pues toma, se ve que sí hay tiempo pal arrejunteo marital, y a los hechos me remito.
Barajo algunas hipótesis sobre es repentino estado de buenesperanzismo:
- Contribuir con el crecimiento de la natalidad en el país, que a este paso no tendremos quien nos pague las pensiones cuando seamos viejetas.
- Sacarles a las marcas esas a quienes tanto gustamos las blogueras más regalillos por la patilla.
- Tener tema blogueril para al menos 18 meses más -como mínimo- y no tener que volver a pensar... "uff, a ver de qué hablo hoy en el blog".
- Hacer mala competencia para coger carrerilla en el ránkin de +Madresfera -el día que vuelva-.
No llevo la cuenta pero cada día aparece una bloguera preñada más, como cuando vas al monte a por setas. Algunas ya avanzadas y con dos bebotes de golpe, que digo yo, ¿cómo os habéis aguantado sin decir nada por esa boquita?. Pues que sepáis que todas, las que traéis una o dos -¿alguna que espere trillis en la sala? que levante la mano porfaplease-, me habéis alegrado infinito con vuestro estado.
¿Qué hacer entonces? En mi caso tengo dos alternativas, plastificarme entera o irme a vivir a un convento de clausura de esos en los que te ponen un candado... ahí. No sea qué, que la cosa está muy achuchada y ya llego a fin de mes haciendo un tetris con dos polluelos, no quiero pensar qué sería con tres.
Vale, dejémonos de tonterías. Sí, en el fondo me dáis envidia, envidiaca de la mala, para que os voy a engañar. Yo también quiero una barriga, no me importaría incluso que fuera doble, porque me encanta un embarazo y porque quiero tener más hijos, dar más teta y portear full time, es así. Es mi cruz de todos los días, sentir que quiero ser madre de nuevo y saber que ahora NO puede ser. Así que me tenéis loca, como la que está a dieta estricta y le ponen todos los días por delante un coulant de chocolate con nata y dulce de leche. Tal cual.
Esto está sucediendo en un mes fatal para mi, mi mes. Porque en mis dos embarazos mi FUR fueron el 19 y 17 de octubre respectivamente, con 3 años de diferencia entre ambos, por lo que si siguiéramos la progresión, este mes "toca". Pero no, pese a que esa lucha interna se debate a hierro diariamente en el interior de mi cabeza, vamos a hacer de oca a oca y a seguir jugando. Mirad, jugar al parchís, buena actividad en pareja que no entraña riesgo de embarazo --a no se que sea el strep-parchís, que ya sabemos cómo acaba luego la partida--.
No obstante yo sigo echando primitivas a ver si se tercia que me hago millonaria de un día para otro y me pongo a tener chiquillos pa montar mínimo un equipo de fútbol, que no se diga que no tengo esperanza, que es lo último que se pierde.
Así que, como hace muchísimo que no hablo del embarazo, y este blog en principio era sobre ello, mañana os regalaré un consejín de esos que vienen bien a los comienzos. Aunque seais secundíparas y ya lo sepáis todo, nunca está de más, y me apetece compartir algunos consejillos con vosotras. Así lo mismo me quito el monazo de preñamiento.
¡¡¡FELICIDADES A TODAS LAS FUTURAS MAMÁS BLOGUERAS!!!