¿Quién no hace balance de lo ocurrido al cabo del año?, ¿Quién no elabora una cuidada lista de propósitos al empezar un nuevo año?
Yo. Soy desastre hasta para eso, lo primero porque no me paro a pensar, y lo segundo por no perder tiempo en algo que probablemente no llegue a realizar. Y prometer por prometer, como que no.
Pero este año me ha dado por ahí, necesito analizar todo lo acontecido hasta ahora para calibrar lo que esperar del año nuevo y proponerme alguna que otra meta realizable, aunque realmente yo soy más de improvisar y, para qué negarlo, es cuándo mejor salen las cosas.
BALANCE DEL 2012
Pues no puedo decir que haya sido malo, pese a "la que está cayendo". Si lo comparo con el 2011 me doy con un canto en los dientes, pues salvo por que nació mi niña, fue un año de mucha incertidumbre laboral tanto para mi marido como para mi, estuvimos 3 meses sin cobrar ninguno de los dos, a él lo despidieron el día que nació nuestra princesa, y todo ello arrastró tensiones, nervios, estrés que ni quiero volver a pasar ni recomiendo a nadie.
El panorama laboral empezó con incertidumbre laboral que se resolvión con un ERE definitivo y me uní a la larga lista de parados. Para aprovechar el tiempo decidí dar un empujón al proyecto de los portabebés, dedicando mi tiempo al blog que había creado para ello. Además me apunté a un curso de Community Manager para adquirir algo de conocimientos en este nuevo mundo 2.0. Me surge la oportunidad de coger el traspaso de una pequeña tienda de ropa y al poco una mamá bloguera con la que tengo buen rollo me propone hacer algo juntas. En agosto abro mi pequeña tienda y en septiembre inauguramos nuestra tienda online. En un año he sido trabajadora por cuenta ajena, desempleada y autónoma emprendedora. No, no me ha ido nada mal.
De salud bien, empecé el año con achaques del postparto que con el tiempo se han ido solucionando (ya no sufro en silencio, mi rectocele parece que me ha dado tregua y mi tránsito intestinal ha vuelto a la normalidad). Mis niños bien, ni una visita al pediatra en todo el año salvo los controles de niños sano y vacunas de rigor. Y la familia también, afortunadamente.
Como familia bien. Nos hemos adaptado bien a ser una familia de 4, aunque reconozco que, por mucho que digan que no es para tanto, dos hijos no es lo mismo que uno y hay días que se nos hace muy cuesta arriba, pero aún así disfrutamos a tope de nuestros hijos.
Hemos viajado mucho con los niños, viviendo nuevas experiencias. Granada-Sierra Nevada y la novedad de la nieve; Galicia y las visitas a los museos científicos; nuestras vacaciones en El Algarve, la visita a Zoomarin y las preciosas playas que visitamos; fin de semana en Madrid para realizar mi curso de instructora de porteo aprovechando para visitar el Museo del Prado y el Zoo. Descubrir que puedes viajar con tus hijos y que, además de aguantar el trote que les damos, disfrutan, es maravilloso. También hemos aprendido a viajar con niños, organizar el equipaje, elegir la estancia adecuada, dosificar las horas de coche, y sobre todo viajar low-cost, que es la mejor opción si queremos salir de casa y conocer mundo.
Económicamente, pues tirando, como la gran mayoría. Como suelo decir no nos sobra, pero afortunadamente tampoco nos falta. No tenemos para lujos que tampoco precisamos ni echamos de menos, llevamos una vida cómoda y sabemos qué nos podemos permitir y qué no, cubrimos nuestras necesidades básicas y hasta de vez en cuando podemos darnos algún que otro pequeño capricho (que no lujo). Cierto es que con un poco más viviríamos más desahogadamente, pero sinceramente no me siento en el derecho de quejarme.
PROPÓSITOS PARA EL 2013.
Sinceramente, me conformo con seguir como estamos, pues con todo y con ello sería suficiente para vivir cómodos y tranquilos.A nivel personal:
- Perder peso: vale, que no estoy gorda, pero la maternidad me ha pasado una serie factura en la zona abdominal que si bien tengo todo el arte de saber camuflar en invierno, en verano no hay quien esconda semejante michelín. Esto implica quitarme de comer rico y obligarme a comer sano: menos chocolate y más fruta, menos embutido y más ensaladas, sustituir las porquerías ricas por una alimentación más equilibrada. No voy a hacer propósito de intentar hacer ejercicio porque se que quedaría por mentirosa.
- Hacer el curso de community manager: porque me matriculé en febrero y ya he tenido que pedir 3 prórrogas. Vergüenza me da. El martes 8 de enero me pongo. Doy fe.
- Gastar menos: Mi marido dice que sería la pareja ideal de Gastón el de la Bella y la Bestia, Gastón-Gastona, muy simpático mi costillo. Reconozco que de soltera sin hijos era de mano suelta y me podía más el quiero que el puedo, algo que he ido corrigiendo, afortunadamente, sobre todo a raiz de ser madre. Pasar por una época sin cobrar el sueldo y más apretada de los tornillos de un submarino te ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva, y sobre todo a darte cuenta de cuán inútiles son muchas cosas que compramos (que compro). Ahora me controlo bastante, aún así creo que si quisiera podría mejorar.
- Ahorrar: casi una utopía en estos tiempos, aún así espero poder hacer una huchita.
- Expandir mi mini-tienda física como tienda online y así ampliar las posibilidades de venta. Porque hay que mirar por el bien del negocio e internet es una gran veta a explotar.
- Ser menos gritona-enfadona: tener más paciencia, no saltar a la primera que cae y templar un poco mi carácter. Que luego digo que la niña me ha salido farruca, pero es que la jodía tiene a quién salir.
- Arreglar mi casa. Porque le hace falta: sofá nuevo, cama nueva, cortinas nuevas, baño reformado y un buen pintandito. Que todo no se podrá, pero al menos tener algo más de empeño en intentarlo, que un día por otro...
Me ha sentado bien exteriorizar esta reflexión interna, ver que el 2012 ha sido muy positivo, sin crearme expectativas sobre el 2013 pero esperando que, al menos, se mantenga como el 2012. Aunque si me toca una buena Primitiva juro que no me quejaré.