Esto es lo que no quiere Iván. Bueno, ni dormir solito no estar solito en general. Da igual que sea para dormir, para jugar, necesita estar acompañado, y es el principal motivo por el que jamás juega en su habitación si no hay nadie que lo acompañe.
Y lo dice con un sentimiento que parte el alma. Se duerme con mucha facilidad, normalmente no llega ni a la cama y cae como un tronco en el sofá; o se acurruca junto a mí, "Mamá, quiero dormir contigo", y así va cerrando sus ojitos hasta que se duerme, tranquilo. No le gusta irse a la cama, jamás se va solo, pero si yo voy con él, me acuesto en la cama y le leo un cuento, entonces se relaja y se duerme.
A veces aguanta toda la noche del tirón pero lo normal es que si se ha dormido temprano aparezca con los ojitos cerrados, como sonámbulo, en el salón, mientras nosotros vemos la tele, y entonces se acurruca donde puede y se duerme de nuevo. Otras veces se levanta y viene a nuestra cama si ya nos hemos acostado, y busca un hueco donde dormir con nosotros. Y siempre que se levanta de la cama lo hace sigilosamente, cierra la puerta de la habitación (pese a estar medio dormido, para que no entren los gatos) y balbucea a veces con una media llantina "no quiero dormir solito".
La mayoría de las noches es Papá quién duerme con él en su cama, así no se levanta... o sí, porque como quiera dormir conmigo le da igual su papá. Y no es que a mi no me guste dormir con Iván, ¡Me encanta!, escuchar su respiración pausada, cuando habla en sueños, su vocecita al despertar, sus besos mañaneros... Pero no siempre es tan ideal y ya es grande, da codazos y patadas, me clava las rodillas y los codos en el costado, se adosa a mi como una lapa hasta dejarme en el filo de la cama a punto de caerme, se destapa, me destapa y me pelo de frío... Y sobre todo que cuando necesito meter a la niña en la cama porque se ha despertado y quierte teta, no cabemos, es una realidad.
También hay noches que Papá duerme en su cama y yo duermo en la nuestra, con un niño a cada lado, en plan perrito caliente y totalmente aplastada, porque debo ser un imán que mis niños se pegan a mi cosa mala -o cosa buena-. Es la mejor manera de tener contentos a mis dos nenes pero el pobre de Papá tiene que dormir solo (aunque no puedo negar que así no escucho sus ronquidos, todo hay que decirlo).
Iván es un niño que necesita mucho. Es decir, así como es seguro de sí mismo, tiene la autoestima muy alta, se vale por el solo para muchas cosas cotidianas, no soporta la soledad y nos necesita siempre cerca. El otro día tuve que ir a cambiarlo al cole porque tenía diarrea y se había manchado la ropa, lo dejé un momento en el baño mientras iba a su clase a por toallitas y al volver me dijo "Mamá, no quiero quedarme aquí solito", qué sentimiento me dieron sus palabras. Para jugar en su habitación tiene que haber alguien con él; si se ha hecho de noche no quiere ir solo al baño; si me tengo que duchar es un continuo paseo del baño al salón; incluso si se despierta por la mañana antes que los demás prefiere quedarse en la cama con nosotros a levantarse e irse al sofá a ver los dibujo.
Lo pasa mal cuando se queda solo. No se si es miedo, o qué. Bueno, tampoco es que le de demasiada importancia, en el fondo me enternece mucho que me diga que no quiere estar solito. Siempre quiere estar acompañado y pensándolo fríamente creo que es una buena garantía, pues un niño que siempre está con alguien está mejor, más seguro y protegido que un niño que no tiene problemas en quedarse solo.
Pero lo cierto es que me sorprende muchísimo, es decir, cada vez que me dice "no quiero estar solito" es tanta la expresión de sus ojos, su cara, sus palabras que me hace entender que realmente es algo con lo que no puede. Creo que es su gran debilidad, mi niño, que parece tan fuerte, tan seguro, tan inteligente, debilidad que afortunadamente no teme ni se avergüenza en absoluto en mostrar.
Es fundamental que nuestros hijos sean capaces de transmitirnos sus dudas, sus miedos, sus inquietudes, pues así no solo los conoceremos mejor sino que podremos cubrir todas sus necesidades.